Fortín.– Aunque el candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Fortín, Alfonso Piccolo Marín, se queja públicamente de una supuesta guerra sucia en su contra, lo cierto es que su campaña se ha sostenido con prácticas de desinformación, ataques y violencia política, especialmente hacia candidatas mujeres, a través de grupos de facebook afines como Fortín en caliente.
Desde estos espacios, administrados por operadores cercanos a su equipo, se ha hostigado de forma sistemática a mujeres de los diferentes partidos políticos, dejando en evidencia el doble discurso del “casi regio” aspirante, quien por más de 35 años vivió en Monterrey, desconociendo la realidad y las necesidades de Fortín.
A esto se suma la presencia en su campaña de figuras cuestionadas como Víctor Vargas Barrientos, exaspirante a la presidencia municipal por Morena, quien aún acaricia la esperanza de ser postulado por ese partido, a pesar de que buena parte de su estructura se niega a sumarse al proyecto de Piccolo.
La ambigüedad y la falta de liderazgo han generado fracturas internas que evidencian un respaldo forzado y sin convicción.
Otro de los personajes que arropa su candidatura es el exalcalde panista Antonio Mansur Oviedo, señalado por su paso plagado de corrupción y cuya inclusión en el equipo de Movimiento Ciudadano confirma que lejos de representar una opción nueva o limpia, Piccolo Marín encabeza un reciclaje de políticos con oscuros historiales. Su desconocimiento de la vida local, su lejanía con las problemáticas del municipio y la compañía de figuras desprestigiadas, desmontan el discurso del cambio que intenta vender. En realidad, Alfonso Piccolo representa más de lo mismo: oportunismo, simulación y una estrategia basada en el ataque y la división.
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