En años recientes, se ha legalizado en algunos países el consumo de cannabis (marihuana). Esto ha facilitado ver qué cambios en la salud de las personas pueden deberse al consumo de cannabis.
Uno de esos países es Canadá. Allí, un equipo integrado, entre otros, por Jessica Ahrens, de la Universidad McGill en Montreal, y Ali R. Khan, de la Universidad del Oeste de Ontario, ha descubierto una relación entre el consumo habitual de cannabis y la psicosis.
Para la investigación, se contó con 61 sujetos de estudio, de entre 18 y 35 años de edad. Se reclutó a personas con y sin trastorno por uso de cannabis. Este trastorno es de tipo mental.
El nuevo estudio aporta datos nuevos y reveladores sobre cómo el trastorno por uso de cannabis está vinculado a cambios en el cerebro que están asociados a la psicosis. Utilizando técnicas captación de imágenes del cerebro, los investigadores descubrieron que los individuos con trastorno por uso de cannabis, que llevaban mucho tiempo consumiendo cannabis de forma frecuente, tenían niveles más altos de dopamina en la misma región del cerebro que está vinculada a la psicosis. Esa región la componen la estructura conocida como substantia nigra y la conocida como área tegmental ventral.
Estudios anteriores han demostrado que en los servicios de urgencias de todo Canadá, llega más gente con psicosis tras la legalización del cannabis. Los resultados del nuevo estudio aportan evidencias de que ese incremento puede efectivamente deberse a un mayor consumo de cannabis en la población.
La dopamina es un importante neurotransmisor (un mensajero químico en el cerebro) que ayuda a procesar los impulsos mentales vinculados a la motivación, el estado de ánimo, el aprendizaje y el control motor. Unos niveles excesivos de dopamina pueden alterar los procesos cerebrales normales y aumentar el riesgo de psicosis, sobre todo en personas que ya de por sí son vulnerables.
Mediante una técnica no invasiva de captación de imágenes del cerebro llamada resonancia magnética sensible a la neuromelanina, los investigadores pudieron observar una sustancia llamada neuromelanina, un pigmento negro que queda en el cerebro y que se acumula con el paso del tiempo si hay demasiada dopamina. La neuromelanina aparece en los escáneres como puntos negros, que sirven de marcadores para medir e identificar las zonas con actividad de dopamina.
En las personas que consumen mucho cannabis, esas manchas son más negras de lo que deberían ser para su edad en comparación con los individuos sanos. Esto indica que tienen niveles de dopamina excesivamente altos.
El estudio se titula “Convergence of Cannabis and Psychosis on the Dopamine System”. Y se ha publicado en la revista académica JAMA Psychiatry. (Fuente: NCYT de Amazings)
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