CIUDAD DE MÉXICO (apro).- De entre todas las economías del mundo, México será el país más afectado en 2025 por la guerra arancelaria de Donald Trump, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En su informe Proyecciones de Crecimiento de Perspectivas de la Economía Mundial, el organismo expuso que México podría caer en un escenario de recesión este mismo año, dado que estima una contracción de 0.3% en su Producto Interno Bruto (PIB).
A pesar de ello, el FMI también contempla que México podría registrar un crecimiento de 1.4%.
Este ajuste también representa un deterioro respecto a las previsiones que el propio FMI había planteado en enero de 2025, cuando proyectaba para México un crecimiento de 1.4% para este año y de 2% para 2026.
El organismo reconoció que la imprevisibilidad con la que se han desplegado las comerciales del presidente Trump ha tenido un impacto negativo no solo en la actividad económica inmediata de diversas naciones, sino también en sus perspectivas de crecimiento a mediano plazo.
“Al mismo tiempo, dificulta más de lo habitual plantear supuestos que constituyen la base para realizar un conjunto de proyecciones oportunas y con coherencia interna”, señaló el Fondo en su informe.
Durante la conferencia de prensa para el lanzamiento del documento, el director de investigación económica del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, detalló que el impacto de los aranceles es mayor por la profunda interconexión de las economías globales, ya sea a través de cadenas de suministro, redes logísticas o vínculos de inversión.
Por ello, los aranceles, al interrumpir el flujo comercial, se traducen en retrocesos económicos a nivel global.
Gourinchas subrayó que los riesgos «desfavorables más intensos» dominan actualmente las perspectivas económicas, en un entorno en el que persiste la posibilidad de un recrudecimiento irreversible de la guerra comercial y un aumento en la incertidumbre sobre las políticas comerciales.
Estos factores, estimaron, “podrían reducir aún más el crecimiento a corto y largo plazo de las economías”.
No solamente se podrían dar más efectos negativos en el comercio internacional. Se suma también posibles “bruscas fluctuaciones de los tipos de cambio y los flujos de capital, sobre todo en las economías que ya soportan tensiones por sobreendeudamiento”.
También destaca la inestabilidad financiera, que podría propagarse y afectar incluso al sistema monetario internacional, mientras que fenómenos estructurales como los cambios demográficos y la contracción de la fuerza laboral a nivel global amenazan con frenar el crecimiento potencial y minar la sostenibilidad fiscal de muchas naciones.
“Los efectos persistentes de la reciente crisis del costo de vida, sumados al agotamiento del margen de maniobra para la aplicación de políticas y las deslucidas perspectivas de crecimiento a mediano plazo, podrían reavivar el malestar social”, se lee en el documento.
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