El Mal Llamado Café Americano/Opinión

Café Veracruzana en vez de Café Americano

·       Empezar a llamarlo como “Café Veracruzano”

·       Algunos restaurantes ya han empezado a cambiarlo

·       Deberían de realizar una campaña publicitaria para lograrlo

 

Por Miguel Ángel Cristiani G/Columna

Ahora que está de moda el cambiarles el nombre a todas las cosas, sería conveniente que quienes pueden y debieran hacerlo, iniciaran una campaña publicitaria, para cambiarle el nombre del llamado Café Americano por el de Café Veracruzano.

Así como se ha hecho ya con otros alimentos y vinos que tienen la llamada denominación de origen como ocurre con el vino, el champaña o el mismísimo tequila, que obedecen su nombre a la región de donde son originarios.

Porque por principio de cuentas, el café americano no es producto de los Estados Unidos, sino de otros lugares en todo el mundo, entre ellos México, en los estados de Veracruz, Chiapas, Guerrero y Tabasco.

Si Donald Trump ya le quiso cambiar el nombre al Golfo de México, no hay razón por la que nosotros no podamos llamar al café como Veracruzano.

Incluso algunos restaurantes como La Parroquia, en sus cartas ofrecen ya el Café Americano como Café Veracruzano.

El café es más que una bebida; es un ritual, una cultura, y en muchos casos, un estilo de vida. Entre todas las variedades de café, el Café Americano tiene una historia interesante y un lugar especial en la rutina diaria de millones. Es interesante conocer sobre su origen, características y su impacto en la sociedad.

1. Orígenes en la Segunda Guerra Mundial: El Café Americano nació durante la Segunda Guerra Mundial. Los soldados estadounidenses en Europa buscaban una forma de recrear el café de su hogar. El café expreso, fuerte y concentrado, era la norma en Italia y otros países europeos, pero los soldados lo encontraban demasiado intenso. Para suavizarlo, comenzaron a añadir agua caliente, creando una versión más ligera que recordaba a su café cotidiano.

2. El Proceso de Preparación: La preparación del Café Americano es simple pero efectiva. Se elabora vertiendo agua caliente sobre un espresso, generalmente en una proporción de 1:1 o 1:2. Este método permite disfrutar del sabor robusto del espresso, pero con una textura más suave. A diferencia del café filtrado, que infunde durante un período más prolongado, el Americano ofrece una experiencia rápida y satisfactoria.

3. Un Café Global: Con el paso del tiempo, el Café Americano se ha popularizado en todo el mundo. Su versatilidad lo ha convertido en una opción preferida en cafeterías y restaurantes. En países como Australia y Nueva Zelanda, se ha adaptado y se sirve con un toque de arte latte, mientras que en otras regiones se mantiene fiel a la receta original. Esta globalización del Café Americano refleja la conexión cultural que el café establece entre las personas.

4. La Evolución del Café en la Cultura: El Café Americano ha trascendido su origen militar para convertirse en un símbolo de la cultura del café en Estados Unidos. En las últimas décadas, se ha visto un resurgimiento del café de especialidad, donde se valora la calidad del grano y su origen. El Americano, aunque en ocasiones menospreciado por los conocedores, sigue siendo un favorito por su simplicidad y facilidad de preparación. En las reuniones sociales, se ha convertido en una opción segura para aquellos que buscan una bebida reconfortante.

5. Reflejo de una Sociedad en Cambio: El Café Americano también es un reflejo de cambios sociales y económicos. Durante la pandemia, muchos se convirtieron en baristas en casa, experimentando con diversas formas de preparar café. El Americano, fácil de hacer y personalizable, se convirtió en un aliado para quienes buscaban un momento de normalidad en tiempos inciertos. Este fenómeno muestra cómo una simple bebida puede ser un ancla emocional en la vida cotidiana.

La historia del Café Americano es un viaje fascinante que va más allá de su simple preparación. Desde sus humildes comienzos en el campo de batalla hasta su estatus en la cultura moderna, el Americano sigue siendo un símbolo de adaptación y conexión. En cada sorbo, no solo degustamos café, sino también una parte de la historia que nos une a través de generaciones y continentes. Así que, la próxima vez que tomes un Café Americano, recuerda que estás disfrutando de una parte de la rica y compleja narrativa del café en el mundo y puedes empezar a pedir un “Café Veracruzano

 

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