Recesión y fracaso / Felipe de Jesús Fernández Basilio / Desde A Janela

El país entró en Recesión Económica a raíz de la mala política que ya se traía y la aplicación de aranceles.
- en Foro libre

Antes que nada, les deseo a todos unas felices Pascuas; y ese deseo ahora más que nunca espero se vuelva realidad porque los tiempos que vivimos se están volviendo sumamente difíciles por muy diversos motivos tanto nacionales como internacionales, pero aquí estamos y mientras estemos en este mundo habrá que tener optimismo ya la vez seguir observando para reflexionar sobre los acontecimientos.

Y hablando de acontecimientos, fíjense que entre tantas cosas que sucedieron durante el asueto de la Semana Santa, nos enteramos que de acuerdo a lo más aceptado por quienes cultivan la disciplina de la economía, México se encuentra ya en una recesión económica al llevar ya más de dos trimestres consecutivos con una contracción del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual se traduce en que llevamos más de un semestre con una disminución de la producción, del empleo, del ingreso real y del consumo.

No vamos a hablar de indicadores y cuestiones técnicas que son cansadas y poco comprensibles para quienes no somos expertos en la materia, pero sí vamos a pensar en cosas simples como el para qué sirven mil pesos al ir al supermercado o que tan difícil es vender y/o adquirir un bien o un servicio y que sea pagado oportunamente; nada más con pensar en eso vemos cuánta razón tienen los economistas al hablar de una recesión económica y cuán mentecato fue López Obrador al decir que medir el PIB no sirve para nada.

Pero el problema es que la historia no terminó ahí, sino que ahora el gobierno mexicano lanzó un plan para reactivar la economía que consiste en elevar la producción de bienes nacionales a través de la inversión privada interna y externa.

Algo que, en el “bla, bla, bla” matutino suena muy bien y algo que también a los estatistas trasnochados que ahora están incrustados en el gobierno les encanta, ya que son expertos en pontificar con que basta que las autoridades supremas del Estado digan que vamos todos a producir e invertir para que la economía vuelva a crecer y así todos seamos felices.

Solo que olvidan que en realidad el Estado solamente es un promotor de las inversiones, de la producción y del consumo y que para poder cumplir con ese objetivo su trabajo consiste en generar las condiciones propicias para que los factores económicos mencionados se puedan desarrollar.

Y esas condiciones propicias para desarrollar la economía nacional son brindar seguridad pública, certeza jurídica, educación y salud; cuatro aspectos en los que las últimas administraciones no solo no han avanzado, sino que han retrocedido dramáticamente.

Esto lo podemos notar al igual que como lo hicimos con los indicadores económicos, ya que, en lugar de hablar de números fríos, mejor veamos cómo desenvuelve la escuela pública, sobre todo las que aplican el nuevo plan de estudios, o veamos la atención que brindan los hospitales públicos o pensemos qué tan seguro se siente uno al viajar por carretera, incluso de día.

Seguramente hemos vivido o sabido de alguien que ha vivido una o varias experiencias en lo que señalamos y con ello se comprueba que los números que se publican son ciertos y no meras ganas de hacer quedar mal al gobierno.

Ahora bien, si el quitar presupuesto para el desempeño de cada función básica del Estado fue ir contra la esencia de todo lo que dicen representar, porque quieren estatizar todo para luego dejarlo sin presupuesto ya la deriva, lo que es una verdadera contradicción, acabar con la certeza jurídica verdaderamente no tiene nombre.

La elección judicial que ya está en marcha cada vez está más enredada y ni Ustedes ni yo y ni los mismos candidatos saben bien cómo va la cosa, ya que parecen candidatos, les cambian el orden en la boleta y lo que es peor, los ciudadanos no sabemos ni quiénes son y ni qué van a hacer.

Y si a lo anterior le sumamos todas las incongruencias que van saliendo, el embuste cada vez es más notorio.

Vemos una de esas incongruencias que consideramos que es la que mejor ejemplifica la farsa que es esta reforma judicial.

Resulta que desde hace seis años y medio nos vienen diciendo diariamente desde el púlpito matutino y sus repetidores que la elección judicial es indispensable porque los juzgadores actuales son una punta de corruptos vendedores de sentencias, nepotistas, ladrones, etc.

Y resulta que tanto a nivel federal como local se han postulado infinidad de juzgadores actuales para repetir en el cargo con la venia del régimen; fíjense bien, tenemos a tres ministras en funciones y de dudosa reputación (una plagia de tesis y otro ignorante del derecho) y que incluso buscan presidir a la Corte.

Y a nivel estatal, por lo menos en Veracruz, sucede exactamente lo mismo, ya que tanto la presidente del Tribunal Superior de Justicia como muchos magistrados y jueces actuales se encuentran en campaña para repetir en el cargo.

¿No que la elección era para quitar a los corruptos?

¡Pamplinas!, es cambiar para en parte quedar igual; solo que, con juzgadores más dóciles, ya que en los futuros órganos de disciplina judicial entrarán comisarios políticos, a la manera del comunismo, que se encargarán de expulsar sin contemplaciones al que ose salirse del redil, así y haya tenido millas de votos.

Y dije en parte, porque otra parte de la judicatura será conformada por abogados corruptos, por payasos de circo y por meros oportunistas, lo cual va a dejar aún peor a los poderes judiciales de este país.

En fin, con esta gran estafa judicial la certeza jurídica será prácticamente inexistente y la consecuencia natural de esa ausencia del Estado de derecho será el fracaso de cualquier plan para salir de la recesión económica.

DOS GRANDES PÉRDIDAS LATINOAMERICANAS

En esta pasada Semana Santa, Latinoamérica perdió a dos grandes hombres, un escritor y un religioso: Mario Vargas Llosa y el Papa Francisco; ambos fueron de los grandes en su rubro y ambos fueron duramente criticados porque a lo largo de su vida dijeron muchas verdades con la crudeza que eso implica.

La hipocresía acomoda, la verdad, y más si es cruda, incomoda.

Descansen en paz.

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Twitter: @FelipeFBasilio

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