Córdoba, Ver. — La soledad política de Juan Martínez Flores quedó exhibida este domingo durante el acto cívico por el 407 aniversario de la traza de la Villa de Córdoba, donde apenas lo acompañaron la síndica Patricia Dorantes Gatica y los regidores Daniel Vázquez Hernández y María Luisa Martínez Ramírez.
La falta de respaldo no es nueva. Apenas un día antes, ocho ediles fueron señalados públicamente por su ausencia en la ceremonia del 407 aniversario de la fundación del primer cabildo de la Villa Rica de Córdoba, evidenciando la fractura interna que atraviesa la administración municipal.
A pesar del creciente desinterés y la falta de compromiso de los representantes populares, el alcalde negó de manera rotunda que se vayan a aplicar sanciones contra quienes han incumplido de manera reiterada con sus obligaciones cívicas.
Desde el arranque del gobierno, figuras como Isamar Balderas Flores, Georgina Aguilar Sánchez, Sergio de la Llave Migoni, Olga Leticia Luz López y María del Carmen Mendoza Aguilar se han caracterizado por su constante ausentismo en eventos oficiales. Lejos de corregir estas prácticas, Juan Martínez Flores ha optado por solapar a los regidores ausentes y a varios directores de área que tampoco cumplen con su obligación institucional, pues en lugar de atender sus funciones, han preferido dedicarse a operar políticamente en favor de Morena, buscando un nuevo «hueso» en la próxima administración.
Particularmente llama la atención el caso de la regidora tercera, quien presume cercanía política con el morenista Juan Martínez Flores, pero ha sido una de las principales ausentes en los actos oficiales más importantes.
La ausencia de liderazgo, el oportunismo electoral y la indisciplina interna han profundizado la crisis política en el Ayuntamiento de Córdoba, dejando a Juan Martínez Flores cada vez más aislado, debilitado y rebasado por sus propios colaboradores.
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