Por Efraín Hernández/
Fortín.– El presidente municipal Gerardo Rosales Victoria volvió a utilizar recursos públicos con fines electorales, al movilizar personal del gobierno municipal y del DIF en favor de Eduardo Alonso García Viveros, aspirante a la alcaldía por Morena, cuya candidatura arrastra un notorio rechazo ciudadano.
A esta maniobra se sumó Trinidad Puentes Esquivel, aún titular del DIF local, quien abandonó sus responsabilidades para integrarse como operadora de campaña.
Mientras los programas sociales se estancan y las necesidades de la población se desatienden, la funcionaria del DIF fue captada en actos proselitistas, alineada con el equipo de García Viveros, en un claro ejemplo del uso clientelar de los cargos públicos.
Su presencia confirma lo que muchos fortinenses denuncian: detrás del proyecto de Morena está el mismo grupo que ha fallado desde el poder. La estructura montada por Rosales Victoria, con el respaldo de personajes reciclados como Puentes Esquivel, deja ver una estrategia agotada, que intenta sostenerse en el aparato gubernamental disfrazado de «ciudadanía organizada«, sin base social ni propuesta real.
Para amplios sectores, la participación de funcionarios en campaña refleja que no hay intención de cambio, sino de perpetuar al mismo círculo que ha convertido el servicio público en plataforma electoral. “Solo faltó que salieran Rosales y su esposa con la camiseta del partido”, ironizó un vecino al ver desfilar a los rostros de siempre, camuflados con otro logo, pero con las mismas prácticas.
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