A raíz del Big Bang (la “explosión” colosal con la que nació el universo), se creó hidrógeno, helio y un poquito de litio. Más tarde, algunos elementos químicos más pesados, entre ellos el hierro, se forjaron en las estrellas. Pero uno de los mayores misterios de la astrofísica es: ¿cómo se crearon y distribuyeron por el universo los primeros elementos químicos más pesados que el hierro, como el oro?
Un nuevo estudio ha encontrado en qué puntos del universo y con qué proceso se genera una parte importante de ese oro.
El estudio lo ha realizado un equipo encabezado por Anirudh Patel, de la Universidad de Columbia en la ciudad estadounidense de Nueva York.
Patel y sus colegas reanalizaron datos de archivo obtenidos a lo largo de 20 años de observaciones realizadas por telescopios de la NASA y la ESA, respectivamente las agencias espaciales estadounidense y europea.
Su revisión de esa información indica que una fuente importante de oro la constituyen los magnetares.
Un magnetar es una estrella de neutrones con un campo magnético extremadamente potente.
Las estrellas de neutrones son los núcleos derrumbados sobre sí mismos de estrellas que han explotado. Son tan densas que una cucharadita de material de estrella de neutrones pesaría en la Tierra unos mil millones de toneladas.
En raras ocasiones, los magnetares liberan una enorme cantidad de radiación de alta energía cuando sufren lo que podríamos definir como terremotos. Estos terremotos estelares fracturan la corteza de la estrella de neutrones. Los terremotos estelares también pueden estar asociados a potentes estallidos de radiación.
Los autores del estudio estiman que estos estallidos pueden haber aportado hasta un 10 por ciento de la masa total de elementos más pesados que el hierro en la galaxia. Dado que los magnetares comenzaron a existir relativamente pronto en la historia del universo, el primer oro probablemente se creó de este modo.
El estudio se titula “Direct Evidence for r-process Nucleosynthesis in Delayed MeV Emission from the SGR 1806–20 Magnetar Giant Flare”. Y se ha publicado en la revista académica The Astrophysical Journal Letters. (Fuente: NCYT de Amazings)
Comentarios