Por: Isaac Martínez Pérez.
La candidatura de Pedro Miguel Rosaldo García a la presidencia municipal de Coatzacoalcos por Morena parece flotar sobre un terreno pantanoso. No son los ataques de sus oponentes los que la hunden, sino el legado –o más bien, la herencia maldita– de sus antecesores: Víctor Carranza Rosaldo y Amado Cruz Malpica. La campaña de Rosaldo cosecha los frutos podridos de gobiernos que dejaron a Coatzacoalcos en el abandono.
La «ciudad de las grandes avenidas», otrora promesa de progreso, se desmorona bajo el peso de la negligencia. Las administraciones de Carranza y Cruz parecen haber operado bajo una filosofía de «dejar que se caiga», permitiendo que la infraestructura se deteriore sin una mínima intervención reparadora. Hoy, los baches gigantes engullen vehículos, los registros rotos amenazan a peatones y la imagen de una Coatzacoalcos descuidada y olvidada es la que prevalece.
El Parque Independencia, un espacio público emblemático, sirve como ejemplo perfecto del desdén oficial. La falta de inversión y mantenimiento evidente se traduce en un espacio degradado, donde incluso la ausencia de un simple kiosco habla a gritos de la indiferencia gubernamental. El descuido no es simplemente estético; refleja una falta de atención a las necesidades básicas de la comunidad.
La candidatura de Rosaldo, por lo tanto, no es un lienzo en blanco; es una continuación, un eslabón en la cadena de la desidia. Aun cuando se planteen promesas de cambio, la sombra de la ineficiencia pasada lo persigue. Los ciudadanos de Coatzacoalcos tienen memoria, y recordarán que la ciudad que se presenta ante ellos hoy es el resultado preciso de años de gobiernos fallidos.
La pregunta que queda en el aire es, ¿qué futuro les aguarda si la misma línea de trabajo continúa? ¿O será que Rosaldo logrará romper con esta herencia negativa y ofrecer una verdadera alternativa para el desarrollo de Coatzacoalcos? El tiempo, sin duda, dictará la respuesta.
El principal problema con su candidatura es que tiene enquistado en su gobierno, a dos regidores impuestos por amado cruz Malpica, su sobrina y su primo NEOPOTISMO puro, ¿cómo se sacude eso? Fácil no puede, el representa los mismos vicios que los gobiernos pasados. Ahora bien, su secretario partícular quien le lleva la campaña es José Luis Cabañas, secretario del actual alcalde Amado Cruz, cabañas es un falso abogado que firma cómo abogado sin cédula profesional. ¿Cómo se explica que una persona preparada de su calibre con nivel de doctorado, se deje imponer gente que está relacionada con la corrupción y con un gobierno fallido? La respuesta es obvia: No tiene control al interior de su grupo. Por lo tanto lo que mal enpieza mal acaba. Además el candidato no conecta con la gente, su discurso es cuadrado, frío, los que lo acompañan en los recorridos son empleados del municipios que saben que de ganar repiten HNA do grandes salarios, otro error de Pedro Miguel es no haber reunido a los mejores perfiles de Coatzacoalcos para involucrarlos en la campaña política y hacer un deslinde con el pasado. lamentablemente perderá las elecciones.