Alcalde morenista de Fortín encubre desvío millonario en El Kiosko para beneficiar a su candidato de Morena

A pesar del volumen millonario recaudado, a pocos meses de este 2025 sólo se reporta un gasto total de 434 mil 500 pesos, correspondiente a tres conceptos.

Efraín Hernández

Fortín.- Entre 2022 y 2025, el restaurante El Kiosko generó ingresos por 11 millones 36 mil 843 pesos, monto que debía destinarse a fortalecer los servicios médicos de la unidad donde opera. Sin embargo, dichos recursos fueron manejados con total opacidad por Gerardo Rosales Victoria, quien ha encubierto a Eduardo Alonso García Viveros, actual candidato de Morena a la presidencia municipal de Fortín y operador del establecimiento.

A pesar del volumen millonario recaudado, a pocos meses de este 2025 sólo se reporta un gasto total de 434 mil 500 pesos, correspondiente a tres conceptos:

Electrocardiógrafo y ultrasonido adquiridos en este 2025: 240 mil pesos

Silla dental: 40 mil pesos (sin especificar el año de adquisición)

En la solicitud de acceso a la información, no existe evidencia de adquisiciones ni inversiones durante los ejercicios 2022, 2023 y 2024. Las únicas compras reconocidas no justifican, ni remotamente, el manejo de más de once millones de pesos.

Además, Rosales Victoria no ha desglosado el destino de los recursos año con año, lo que impide conocer en qué se aplicaron los ingresos de ejercicios anteriores. La única certeza es que el electrocardiógrafo y el ultrasonido fueron adquiridos este 2025, mientras que la fecha de compra de la silla dental permanece sin claridad.

Los montos reportados resultan ofensivos frente al abandono y las carencias en el servicio médico. Un electrocardiógrafo cuyo precio en el mercado asciende a 240 mil pesos y un ultrasonido de 154 mil 500 dan un total de 394 mil 500 este año, mientras que el gasto en una silla dental —40 mil pesos— parece más un intento de disfrazar el subejercicio de los recursos.

El funcionario no solo evadió transparentar el destino del dinero, sino que utilizó su cargo para blindar políticamente al operador morenista, quien convirtió el restaurante público en una plataforma económica personal con fines electorales.

La protección institucional, el ocultamiento de información y la falta de rendición de cuentas confirman que El Kiosko ha sido utilizado como caja chica operada desde el poder para beneficiar a un candidato, mientras el resto del recurso sigue sin aparecer.

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