Xalapa, Vr.- Adal Jair Marcos, originario de San Mateo del Mar, del Istmo de Tehuantepec en Oaxaca es el segundo cadete que murió estrellado en el puente de Brooklyn porque el capitan del buque Victor Hugo Molina, no tuvo la prudencia ni la pericia de ordenar que descendieran mientras el buque se dirigía directo a estrellarse con un puente.
Las autoridades de México dirán mañana que la culpa es del pilóto de las naves americanas que acompañan al Cuauhtémoc, sin embargo, el capitan del barco pudo hacer varias maniobras para detenerlo. Pero hasta ahora no se sabe en dónde estaba, por que no tuvo tiempo siquiera para bajar a los chicos de los mástiles.
El incidente sigue siendo relevante para México, aún y cuando culpen a los pilotos americanos, porque cuando se trata de símbolos como el Cuauhtémoc, cada maniobra, cada decisión y cada error se reflejan en la imagen nacional.
Ceder el control técnico a autoridades extranjeras es un protocolo habitual en cada puerto, pero NO EXIME al capitán del barco y a otras autoridades de SEMAR, de supervisar con rigor ni de proteger con celo lo que se representa, llevar la bandera de México.
Este hecho nos recuerda que en aguas internacionales, los errores también son compartidos. Y que el prestigio –construido por décadas en altamar– puede tambalearse en segundos si no se acompaña de una reacción inmediata, clara y digna.
La Marina guarda silencio. QUE MAS LES QUEDA. pero ahora debe exigir una investigación exhaustiva y, si corresponde, una disculpa pública por parte de las autoridades portuarias neoyorquinas. y también como ciudadanos le exigimos una DISCULPA PUBLICA DEL SECRETARIO DE MARINA A LA FAMILIA DE LOS CADETES MUERTOS, DE LOS 30 HERIDOS Y DEL PUEBLO DE MÉXICO, ya que es una desgracia que nos enluta como NACION.
El Cuauhtémoc no solo transporta marinos, lleva consigo la bandera, la historia y el respeto de una nación. Y por cierto, surge la pregunta quién permitió a militantes de MORENA subir al barco para hacer promoción pidiendo el voto para Lenia Batres en la renovación del Poder Judicial.
Que haya sido mal dirigido en aguas ajenas no es excusa, sino llamado a proteger con mayor celo lo que representamos en el mund
Lamentablemente este chico de solo 21 años también pierde la vida en esta vorágine de muerte contra nuestros jovenes que pesa sobre México como la peste guinda que todo lo que toca, lo destruye. Pobre México.
Vaya desde este espacio un sentido pésame para las familias de Yamilet de Xalapa y Adal Yair Márcos de Oaxaca.
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