Funeraria Alfa y Omega: Un mal servicio en la cremación de mascotas en Coatzacoalcos/Opinión

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Por: Isaac Martínez Pérez/Columna

La indignación del señor Erasmo Reyes Segura ante el servicio de cremación de su perrita en la funeraria Alfa y Omega de Coatzacoalcos no es un caso aislado.

Refleja una preocupante falta de regulación y ética en un sector que, por su naturaleza, debería manejarse con el máximo respeto y transparencia.

La mezcla de cremaciones humanas y animales en un mismo horno, la entrega de una cantidad excesiva de cenizas, y la negativa a mostrar pruebas del proceso, pintan un cuadro sombrío de prácticas cuestionables que rozan la estafa.

El bajo costo del servicio, lejos de ser un atractivo, debería encender una alarma. ¿A qué precio se ofrece la “economía”? ¿A costa de la dignidad de las mascotas y la tranquilidad de sus dueños?.

La sospecha de que las cenizas entregadas no correspondan exclusivamente a la perrita de Reyes Segura es una acusación grave que exige una investigación exhaustiva por parte de las autoridades sanitarias. Este caso no solo pone en entredicho la integridad de la funeraria Alfa y Omega, sino que revela una laguna legal alarmante.

La falta de regulación específica para la cremación de animales permite que operen negocios sin supervisión, poniendo en riesgo la salud pública y la confianza de la ciudadanía. La mezcla de restos humanos y animales en un mismo proceso es un acto profundamente antihigiénico, que implica un riesgo sanitario inaceptable.

La demanda de intervención de las autoridades es más que justificada. Es necesario establecer un marco regulatorio claro y estricto que garantice la transparencia y la higiene en los servicios de cremación animal. Esto implica la implementación de protocolos específicos, la supervisión de las instalaciones, y la obligación de entregar pruebas fehacientes del proceso a los dueños de las mascotas.

La muerte de una mascota es un momento doloroso para sus dueños. La falta de respeto y la opacidad en el servicio de cremación agravan aún más ese dolor, convirtiendo una experiencia ya de por sí difícil en una situación de desconfianza e indignación. Es hora de que las autoridades actúen con firmeza y garanticen que este tipo de prácticas no queden impunes. La memoria de nuestras mascotas, al igual que la de nuestros seres queridos, merece respeto y dignidad.

Comentarios

  1. Creo que no hay nada antihigiénico en el proceso, puede suceder tambien que se revuelvan las cenizas de una persona con otra y no por eso van a cerrar el crematorio. Lo más que puede pasar ante esto es que no cremen mascotas.

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