Afrontar un examen importante al día siguiente puede generar ansiedad y desconcierto. ¿Deberías estudiar hasta tarde? ¿Dormir más o repasar una vez más? ¿Café o té? Conozcamos la mejor estrategia para prepararte la noche anterior a un examen, basada en evidencia científica actual. Tanto si eres estudiante universitario como si estás opositando o terminando el bachillerato, aquí encontrarás las claves prácticas y científicas para maximizar tu rendimiento.
1. Planificación: Lo que haces hoy impacta mañana
El cerebro consolida la memoria durante el sueño
Estudios en neurociencia cognitiva han demostrado que el aprendizaje se fortalece durante el sueño, en un proceso llamado consolidación de la memoria. Por eso, estudiar todo la noche antes del examen puede ser contraproducente. Un repaso inteligente y un sueño reparador ofrecen mejores resultados.
Estrategia óptima:
-Repasa los temas clave por la tarde.
-Usa técnicas activas: hazte preguntas, resume en voz alta, explica a otra persona.
-Evita introducir nueva información la noche anterior: genera interferencias y reduce la retención.
2. Técnicas de estudio recomendadas
Práctica espaciada y recuperación activa
Aunque solo tengas un día, puedes simular la práctica espaciada con intervalos de 25 minutos de estudio y 5-10 minutos de descanso (técnica Pomodoro). En lugar de releer apuntes, practica con preguntas, esquemas o mapas mentales.
Revisión efectiva:
-Haz un repaso rápido de tus errores frecuentes.
-Practica con simulacros o preguntas tipo test si aplica.
-Usa tarjetas de memoria o apps tipo Anki si ya tienes contenido precargado.
3. Cena ligera, sin pantallas y con rutina relajante
Melatonina y ciclo circadiano
La luz azul de móviles y ordenadores inhibe la melatonina, la hormona del sueño. Dormir mal impacta directamente en la memoria de trabajo, la atención y la toma de decisiones.
Recomendaciones:
-Cena 2 horas antes de dormir.
-Evita cafeína después de las 17:00.
-Realiza una actividad relajante (lectura, música tranquila, meditación).
-Apaga pantallas al menos 30 minutos antes de acostarte.
4. Dormir bien: tu arma secreta
7 a 9 horas de sueño, no negociable
El sueño profundo (especialmente durante las fases NREM) es crucial para consolidar lo aprendido. No dormir lo suficiente puede disminuir el rendimiento hasta un 40%, según la American Academy of Sleep Medicine.
Consejos clave:
-Acuéstate temprano y a la misma hora de siempre.
-No uses el móvil en la cama.
-Si estás nervioso, prueba con respiración 4-7-8 o meditación guiada.
5. Mañana del examen: activar el cerebro sin ansiedad
Rutina de activación cognitiva
-Despiértate al menos 90 minutos antes del examen.
-Toma un desayuno equilibrado: carbohidratos complejos + proteínas (por ejemplo, avena con yogur y fruta).
-Haz un repaso breve o visualiza tus esquemas.
-Si te ayuda, repite afirmaciones positivas (“Estoy preparado”, “Puedo manejarlo”).
Conclusión
La mejor estrategia para afrontar un examen al día siguiente no consiste en estudiar más, sino en estudiar mejor. La combinación de repaso activo, descanso de calidad y una rutina tranquila potencia la retención y reduce el estrés. Recuerda: no es la cantidad de horas que estudias, sino cómo y cuándo lo haces lo que marca la diferencia.
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