Durante décadas, la anorexia nerviosa ha sido considerada principalmente un trastorno psicológico influenciado por factores socioculturales. Sin embargo, investigaciones recientes están sacando a la luz un componente clave muchas veces ignorado: la genética. Diversos estudios científicos han demostrado que la predisposición genética desempeña un papel relevante en el desarrollo de esta enfermedad compleja, que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente adolescentes y mujeres jóvenes.
¿Qué es la anorexia nerviosa?
La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por una restricción extrema en la ingesta de alimentos, un miedo intenso a ganar peso y una imagen corporal distorsionada. Aunque los factores ambientales, sociales y personales son fundamentales, la genética puede ser el detonante silencioso que predispone a ciertas personas a desarrollar la enfermedad.
Evidencia científica del papel genético en la anorexia
En los últimos años, importantes estudios de asociación del genoma completo (GWAS, por sus siglas en inglés) han identificado variantes genéticas que aumentan el riesgo de padecer anorexia. Un ejemplo clave es el estudio internacional liderado por investigadores del Psychiatric Genomics Consortium (PGC), publicado en Nature Genetics en 2019, que encontró ocho loci genéticos asociados con la anorexia nerviosa.
Estos loci están implicados no solo en funciones cerebrales como la regulación emocional y la percepción del hambre, sino también en procesos metabólicos, lo que sugiere que la anorexia no es únicamente un trastorno mental, sino también una enfermedad metabólica-psiquiátrica híbrida.
Herencia y antecedentes familiares
Estudios con gemelos han demostrado que la heredabilidad de la anorexia nerviosa puede superar el 50%, lo que significa que más de la mitad del riesgo de padecer la enfermedad puede deberse a factores genéticos. Las personas con familiares de primer grado que han sufrido anorexia tienen entre 5 y 10 veces más probabilidades de desarrollar el trastorno.
Genes involucrados
Algunos de los genes relacionados con la anorexia incluyen:
-CADM1 y MGMT: asociados a funciones cerebrales y control del apetito.
-ESYT1: vinculado al metabolismo lipídico.
-DRD2: receptor dopaminérgico, implicado en el sistema de recompensa cerebral.
Estas asociaciones sugieren que las personas genéticamente predispuestas pueden experimentar una relación diferente con la comida, el hambre y la recompensa, lo que las hace más vulnerables al desarrollo de trastornos alimentarios en contextos de presión social o emocional.
Genética, metabolismo y tratamiento personalizado
El descubrimiento del componente genético ha abierto la puerta a tratamientos más personalizados. Comprender los mecanismos biológicos subyacentes permite diseñar intervenciones específicas, desde tratamientos farmacológicos dirigidos hasta programas de prevención en personas con alto riesgo genético.
Además, estos hallazgos refuerzan la importancia de destigmatizar la anorexia, ya que no se trata de una simple elección de estilo de vida ni de un capricho estético, sino de una condición médica con raíces biológicas reales.
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