Manuela V. Carmona
Orizaba, Ver.- Mientras Puebla implementa operativos de vigilancia en el Parque Nacional Pico de Orizaba para combatir la tala ilegal, incendios y deforestación, del lado veracruzano persiste la desatención de autoridades, denunció el ambientalista César Silva Reyes, quien alertó sobre el grave deterioro de la zona y la presencia de grupos armados que controlan el acceso al área natural.
En entrevista Silva Reyes señaló que, a diferencia de Puebla, donde ya opera una Policía Forestal con rondines y estrategias de protección, en Veracruz no existe un esfuerzo coordinado entre gobiernos estatal, municipal y federal para salvaguardar el parque. «En el lado veracruzano, lo que hay son retenes de grupos armados que cobran cuotas por entrar, mientras las autoridades no actúan», afirmó.
El activista explicó que la tala desmedida no solo afecta la biodiversidad, sino que acelera el cambio climático y reduce la recarga de mantos freáticos, vitales para cinco barrancas clave en la región, que son el Río Chiquito, La Carbonera, Río Orizaba, Metlac y Río Jamapa. «Estos cauces son de respuesta inmediata ante lluvias; su deterioro aumenta riesgos de inundaciones y escasez de agua», advirtió.
Aunque recientemente el volcán ha amanecido cubierto de nieve, Silva Reyes aclaró que se trata de eventos atípicos y breves: «Los glaciares desaparecieron. Antes eran bloques de hielo de 10 a 15 metros de grosor; hoy solo quedan recuerdos».
El ambientalista valoró los avances en el lado poblano, donde la Policía Forestal ya realiza patrullajes, pero exigió a Veracruz sumarse a la protección del parque con acciones concretas: garitas, retenes oficiales y programas de reforestación. «Urge un plan conjunto antes de que sea demasiado tarde. Sin bosques, no hay agua ni futuro», concluyó.
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