Por Efraín Hernández/
Córdoba, Ver.— El cierre de la Escuela Secundaria de Artes y Oficios (ESAO) por segundo día consecutivo no solo refleja el rechazo hacia el nuevo director, Ignacio p de familia ante lo que perciben como procesos opacos e impositivos en el sistema educativo.
La comunidad escolar bloqueó el ingreso al plantel, ubicado sobre la avenida 11, impidiendo que el profesor designado pudiera asumir formalmente la dirección.
Aunque el docente asegura haber sido evaluado y nombrado conforme a los lineamientos legales, su arribo generó una oleada de inconformidades, que van más allá de su persona y apuntan directamente a las formas en que se toman decisiones dentro del sector educativo.
“No hay necesidad de cerrar la escuela”, dijo Domínguez Munguía tras encontrarse con las puertas selladas y cartulinas con mensajes de rechazo.
“Estoy apelando al diálogo, a que se me permita ingresar y que podamos llegar a un entendimiento”.
Sin embargo, los inconformes no cuestionan únicamente la legalidad del procedimiento, sino la falta de transparencia con la que fue desplazada la anterior directora, María Angélica Lluvia, de quien exigen su restitución inmediata. Para ellos, el problema no se limita a un nombramiento administrativo, sino a la constante exclusión de las voces de la comunidad educativa en decisiones que afectan directamente el rumbo del plantel.
Dato Mientras la Secretaría de Educación de Veracruz guarda silencio y el conflicto escala, el alumnado permanece sin clases y el ambiente en la ESAO sigue en tensión.
La exigencia es clara: poner fin al autoritarismo disfrazado de legalidad y abrir paso a procesos verdaderamente participativos.
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