Despide alcalde de Fortín a más de 100 trabajadores en venganza porque perdió MORENA

Existe un grupos de WhatsApp que era de la estructura de Eduardo Alonso García Viveros, donde se exhibieron a los trabajadores que apoyaron a "Piccolo", y solicitaron su despido de la administración pública.

Efraín Hernández

FORTÍN, VER.- Más de 100 trabajadores sindicalizados y de confianza fueron cesados abruptamente por instrucciones del presidente municipal Gerardo Rosales Victoria, en lo que exempleados calificaron como un acto de venganza por no respaldar el proyecto político de Eduardo Alonso García Viveros, excandidato a la presidencia municipal y figura protegida del actual gobierno local.

Los afectados, quienes solicitaron mantener el anonimato por temor a represalias, detallaron que la mañana del jueves fueron notificados de manera informal que su vínculo laboral con el Ayuntamiento llegaba a su fin. Algunos ya habían sido advertidos en semanas anteriores sobre posibles bajas, pero la medida se concretó de forma sorpresiva tras concluir el proceso electoral.

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De acuerdo con versiones recabadas, las remociones estaban previstas desde días antes de la jornada comicial, y estuvieron dirigidas contra empleados que no se adhirieron a la campaña del exaspirante oficialista. Las áreas donde ya se registraron recortes incluyen al DIF municipal, Desarrollo Humano, Desarrollo Social, Desarrollo Económico y Bibliotecas. Los exservidores públicos denunciaron que únicamente se les pretende entregar un bono simbólico de entre 3 mil y 4 mil pesos, sin respetar sus derechos laborales ni ofrecerles la liquidación que por ley les corresponde.

Trabajadores del propio Ayuntamiento señalaron que Herminio Nolasco, dirigente del sindicato de empleados municipales, se habría “vendido” con el alcalde Gerardo Rosales, ya que guardó silencio ante las arbitrariedades cometidas y permitió despidos de personal con años de antigüedad en el servicio público. Acusan que lejos de defender a los sindicalizados, el líder gremial habría negociado con la administración actual para mantenerse en su puesto y obtener beneficios personales.

Además, revelaron que durante su permanencia en el gobierno municipal nunca contaron con seguridad social ni afiliación al IMSS, ya que únicamente recibían atención en la Unidad Médica local, evidenciando la precariedad con la que fueron mantenidos durante esta administración.

Ante este panorama, los despedidos hicieron un llamado urgente a la gobernadora del estado, Rocío Nahle García, para que intervenga ante lo que calificaron como un clima de ingobernabilidad, represalias y amenazas constantes que desde hace meses se venían gestando desde la oficina de la presidencia municipal.

Asimismo, exhortaron al alcalde electo, Alfonso «Piccolo» Marín, a no guardar silencio frente a esta situación. Aunque aún no entra en funciones, los excolaboradores demandaron su respaldo ante lo que consideran una injusticia que deja a decenas de familias en el desamparo.

Existe un grupos de WhatsApp que era de la estructura de Eduardo Alonso García Viveros, donde se exhibieron a los trabajadores que apoyaron a «Piccolo», y solicitaron su despido de la administración pública.

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