A la Rectoría de la Universidad Veracruzana
A la Contraloría de la Universidad Veracruzana
A la comunidad universitaria
Al público en general
Por medio de la presente, estudiantes y docentes de la Facultad de Pedagogía Región Xalapa expresamos nuestra profunda inconformidad ante la realización del concurso de una plaza de docente de tiempo completo en la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana (modalidad Escolarizada, Xalapa), el cual consideramos ilegal y plagado de irregularidades. Este proceso, claramente sesgado, ha favorecido a personas cercanas a la actual directora de la Facultad, la Dra. Maribel Domínguez Basurto, mediante la conformación de un jurado complaciente, a modo y carente de imparcialidad, cuya actuación parece haber estado motivada por el deseo de congraciarse con la gestión administrativa en turno.
El caso más evidente es el del profesor Carlos Alonso Pulido Ocampo, quien ha sido señalado en diversas ocasiones por acoso hacia estudiantes de esta institución y no solo de acoso sino de intimar, además de que se tienen pruebas de que etiqueta a los estudiantes en sus listas como “el problemático” “la enojona” “el flojo” y demás símbolos principalmente sobre estudiantes de género femenino. De manera cuestionable, dicho profesor obtuvo una puntuación de 964 puntos en el reciente concurso, cifra inusitadamente alta si se compara con su evaluación inmediata anterior —realizada hace apenas un año— en la que no superó los 625 puntos, ubicándose incluso por debajo de los actuales concursantes.
Esta calificación resulta particularmente dudosa, dado que su trayectoria académica no destaca en ningún ámbito relevante, ni por producción científica ni por docencia de excelencia. Por el contrario, se sabe que su permanencia y ascenso dentro de la institución no responden al mérito académico ni al compromiso con la comunidad universitaria, sino a sus vínculos personales con integrantes de la Dirección de la Facultad y del Área Académica de Humanidades. En abierta complicidad, estas personas han avalado y emitido constancias irregulares para inflar su puntaje, favoreciéndolo de manera descarada. A ello se suma su cercanía con miembros del jurado, con quienes mantiene una relación de amistad y complicidad, y que han actuado con total impunidad al incluirlo en actividades académicas en las que ni siquiera participó.
Todo este entramado tiene un propósito claro: colocar al beneficiado, en el plazo de un año —como él mismo ha declarado sin reservas en la facultad— al frente de la dirección de la facultad, quiere ser el próximo director de la Facultad de Pedagogía, con la intención de perpetuar una red de intereses personales, corrupción, abuso de poder y amedrentamiento, y encubrir los múltiples errores y faltas de la gestión actual, además de estar en el tendedero de acosadores de la Facultad.
Lo anterior ha derivado en un proceso evaluativo injusto, donde se ha menospreciado el trabajo de otros concursantes, con grados de doctorado, miembros del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores SNII, y reconocimientos recientes al desempeño docente. Mientras tanto, el aspirante seleccionado no cuenta ni con grado de doctor, ni con reconocida trayectoria académica, ni con publicaciones académicas de calidad; las pocas que tiene están ligadas a círculos cercanos al jurado calificador donde no es el autor sino coautor ¿qué raro no?
Resulta especialmente grave que el profesor Pulido Ocampo sea señalado de manera recurrente en los tendederos de denuncias estudiantiles por conductas de acoso. A ello se suma el hecho de que mantiene relaciones íntimas con estudiantes, con quienes se muestra abiertamente, sin recato alguno, tanto en las instalaciones de la facultad como en reuniones y eventos académicos, normalizando una dinámica de poder profundamente cuestionable y contraria a los principios éticos que deben regir a la Universidad Veracruzana. Lo cual constituye un claro abuso de poder y una violación al Código de Ética de la Universidad Veracruzana. Resulta irónico que, a pesar de estas denuncias, haya impartido la asignatura de Ética Profesional, siempre protegido por la dirección de la Facultad. ¿qué se sabrán? ¿qué secretos se guardan? ¿Qué se querrán tapar para seguir virtualmente con el poder?
Este caso evidencia una lamentable práctica institucional en la que se premia y protege a personas con antecedentes de comportamiento inapropiado y no por sus méritos académicos, sino por sus relaciones personales dentro de la universidad. Rechazamos tajantemente este tipo de procesos y exigimos una revisión transparente y objetiva del concurso, así como el respeto irrestricto a los principios de legalidad, mérito y ética profesional en nuestra casa de estudios.
En el marco de la crisis que tiene la Universidad Veracruzana no se puede tolerar este tipo de acciones que atentan contra la máxima casa de estudios, ahora entendemos porque algunos directores buscan solapar la continuidad del rector, por que realizan las mismas malas practicas.
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