El poder tras el trono en la Universidad Veracruzana: ¿autonomía o secuestro institucional?/ Opinión

Martin Aguilar y Enrique Levet lider vitalicio del FESAPAUV planean la reelección

José Mirón/ Opinión

La Universidad Veracruzana (UV), una de las instituciones educativas más emblemáticas del sureste mexicano, enfrenta hoy una crisis de legitimidad que amenaza con erosionar su autonomía y credibilidad. La reciente extensión del periodo rectoral de Martín Gerardo Aguilar Sánchez ha encendido las alarmas dentro y fuera del campus, al realizarse de manera directa y sin el debido proceso, lo que ha generado serias dudas sobre su legalidad y legitimidad.

El hecho no es menor: la autonomía universitaria está protegida por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, específicamente en su artículo 3º, fracción VII, que establece el derecho de las universidades públicas a gobernarse a sí mismas conforme a sus estatutos (CPEUM – DOF). Sin embargo, todo parece indicar que esta facultad ha sido manipulada para beneficiar a un pequeño grupo con intereses personales, más que institucionales.

Leopoldo Alafita de los perversos que apoyan a Martin Aguilar en su ambición de quedarse al frente de la UV

El operador sindical detrás del poder

Durante la semana posterior a este anuncio, fuentes universitarias confiables informaron sobre la constante presencia del líder vitalicio del FESAPAUV, Enrique Levet Gorozpe, en la oficina del rector. En estas largas reuniones participaron también personajes cercanos a Aguilar Sánchez, como su asesor Leopoldo Alafita Méndez y su secretaria particular Suri Génesis Sánchez, ambos con vínculos directos al liderazgo sindical.

Según testimonios, en estas sesiones se habrían definido las estrategias para “asegurar” la continuidad del rector mediante el control de los órganos clave: el Consejo Universitario General y la Honorable Junta de Gobierno, órganos cuya independencia debería ser garante del equilibrio institucional, no instrumentos de ratificación automática. No es la primera vez que se acusa al FESAPAUV de operar con prácticas cupulares que favorecen el clientelismo, como ha documentado la prensa regional (Al Calor Político).

Censura disfrazada de gobernabilidad

Mientras tanto, en la región Veracruz-Boca del Río, el vicerrector Jorge Genaro Vicente Martínez, ha actuado como operador de contención. Se ha dedicado —según reportes internos— a persuadir y presionar a trabajadores para que no expresen su descontento en redes sociales o foros públicos. Este acto no solo infringe el derecho a la libertad de expresión reconocido por el artículo 6º constitucional (CPEUM – DOF), sino que también representa una regresión autoritaria en la vida universitaria.

Su llegada al cargo, coincidentemente, está marcada por el compadrazgo académico: su padre, profesor de la Facultad de Ciencias Químicas de Orizaba, mantiene cercanía con otro personaje influyente del FESAPAUV, Jobo Lara Faticati, quien también se beneficia del control sindical sobre la UV.

La sombra de Levet: permanencia y privilegios

Enrique Levet Gorozpe ha sido líder del FESAPAUV desde 1980. Su longevidad sindical y cercanía con las sucesivas rectorías lo han convertido en un actor central en la toma de decisiones estratégicas de la universidad, sin ostentar un cargo dentro del organigrama oficial. Diversas investigaciones han señalado cómo el sindicato ha acumulado privilegios, canonjías y un control desproporcionado sobre plazas y recursos (Proceso, E-Consulta Veracruz).

¿Es esto un caso de protección del interés colectivo o una muestra más de un sistema feudal disfrazado de vida académica?

Conclusión: ¿quién defiende a la Universidad Veracruzana?

Lo ocurrido en la UV no debe verse como un conflicto interno aislado. Se trata de un caso paradigmático de cómo el poder político y sindical puede cooptar instituciones autónomas para fines personales o grupales. La comunidad universitaria, los estudiantes y la sociedad civil tienen el derecho —y el deber— de exigir transparencia, rendición de cuentas y el respeto a los principios fundacionales de la educación pública.

La pregunta persiste: ¿quién es el verdadero rector de la Universidad Veracruzana?

Comentarios

  1. Martinillo contrató al oso Isunza, quien tiene experiencia en el desmadramiento del INE, el IFAI, etc. pa hacer lo propio con la JdeG y lo logró; eso se evidencia en la renuncia de 2 miembras y en la necesidad de hacer una consulta muy al estilo 4T.
    El ganón entre tanta ocurrencia es el Papo, quien ahora mismo puede aprovechar el desmantelamiento del consejo de ancianos -que siempre estuvo en su contra- para pedir la «democratización» de la UV; esto es, pedir que para próximas decisiones de importancia -como la elección de un próximo rector- se busque el voto (secreto o a mano alzada y a ojos, oídos y bocas cerrados) de la comunidad universitaria, especialmente la sindicalizada.

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