Persisten agresiones contra mujeres en Veracruz pese a leyes y discursos

A pesar de contar con leyes enfocadas en su protección, la falta de una aplicación efectiva continúa dejando a muchas en una situación de vulnerabilidad.

Luis Ortiz

A pesar de los avances legislativos y los discursos institucionales en favor de la equidad de género, la violencia contra las mujeres en Veracruz sigue siendo una realidad constante, advirtió Rafaela Pérez, presidenta de la agrupación Mujeres en Lucha por un Veracruz Mejor.

Como ejemplo de esta situación, mencionó el caso de María Cristina Pacheco Salazar, quien fue brutalmente atacada con un machete junto a su hija en la colonia Los Volcanes. Este hecho, dijo, refleja la urgencia de aplicar con mayor rigor las leyes diseñadas para proteger la integridad de las mujeres.

En estos tiempos pasan muchos casos y quedan olvidados. Confío en los cambios y en que haya justicia para estos delitos, que no sean olvidados y archivados. Hay colonias donde no tienen acercamiento con la autoridad por gastos o por economía y son olvidados. A veces muchas por miedo no levantan la voz”.

Recalcó que los casos de violencia de género no pueden seguir siendo tratados como hechos aislados, pues Veracruz ha sido señalado en reiteradas ocasiones por organismos nacionales e internacionales debido a su alta incidencia de violencia hacia las mujeres.

A pesar de contar con leyes enfocadas en su protección, la falta de una aplicación efectiva continúa dejando a muchas en una situación de vulnerabilidad.

“Hay muchas instituciones y muchas agrupaciones que pueden apoyarlas, que no se queden calladas, que no sean una víctima más de su agresor. En todo México hay violencia. Hay maltrato a los animales, a la mujer, hasta como te tratan. Es en todas partes”.

Finalmente, subrayó que la violencia contra las mujeres en Veracruz es una problemática real, cotidiana y muchas veces invisibilizada. Por ello, hizo un llamado urgente a las autoridades para que garanticen la seguridad de las veracruzanas, no solo desde el discurso, sino a través de políticas públicas activas, justicia pronta y acompañamiento real.

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