Censura, opacidad, militarización, destrucción de contrapesos, capitalismo de cuates, gobernantes que viven como sultanes y población cada vez más dependiente de las “ayudas” que reparte el gobierno.
Como bien se puede ver, el germen de la dictadura cubana que López Obrador López Obrador inoculó en México ha destruido prácticamente a todas las instituciones republicanas y va por las pocas que aún quedan en pie.
Después de acabar con los tres poderes y los órganos autónomos, ahora van por el llamado por el llamado “Cuarto Poder” o sea los medios de comunicación y hasta con las opiniones ciudadanas que se opongan al régimen.
En varios estados de la república, creando normas penales o abusando de las existentes, ya se han cerrado periódicos como el “Tribuna” de Campeche, se ha obligado a pedir disculpas públicas por expresar una opinión sobre un político, también se han torcido las normas sobre violencia de género para inhibir opiniones políticas, cuando es un caso en el que no aplican debido a que la cosa pública, pública es.
También se está legislando tanto a nivel federal como en las entidades con la finalidad de tener un control lo más absoluto posible sobre medios de comunicación, plataformas digitales y hasta teléfonos móviles de particulares.
Por otra parte, en materia electoral buscan hacer lo mismo con el INE que lo que hicieron con el Poder Judicial, es decir, hacerlo más chiquito, con elección popular a través de acordeones de los consejeros y quitarle el mayor presupuesto posible.
Y ya que tocamos este tema, con la elección judicial vimos un ensayo del modelo electoral cubano: elección por listas, sin confrontación de ideas entre las diversas opciones y con indicación de a quien hay que favorecer.
Aunado a lo anterior, ahora también se busca que los militares puedan ser electos para cargos populares estando en activo, lo cual no es nada sano para la vida democrática debido a que nuestra historia es rica en abusos y desgracias causadas por militares empoderados.
En México el ejército ya no tiene razón para existir y si se tiene como como un mal necesario, de sus cuarteles no debería de salir.
Pero no, el gobierno de la transformación que no fue ni tampoco será lo ha hecho policía, agente aduanal, constructor, administrador de puertos y aeropuertos y todo lo que se vaya ocurriendo.
Y han convertido en todo eso al ejército, porque así lo mandata el canon cubano, ya que en esa isla todo el paisaje es de color verde olivo.
Así es queridos lectores, cada vez que se desaparece a un órgano autónomo, a una libertad o que se aplasta con toda la fuerza del Estado a un medio de comunicación o a un ciudadano por el solo hecho de publicar o expresar algo que no es del agrado del gobierno, se está cruzando el Canal de Yucatán y créanme que, al otro lado del mismo no existe nada bueno, más bien todo lo contrario.
Y sí, con jueces a modo del gobierno, con militares haciendo y controlando todo y con represión legaloide a cualquier información u opinión que incomode a quienes están en el poder, ya México no huele sino que apesta a dictadura cubana.
Twitter: @FelipeFBasilio/
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