Efraín Hernández
Tomatlán, Ver. — Con apenas 12 años de edad, Uriel García García ha demostrado que la pasión y la disciplina pueden abrir fronteras, incluso cuando el entorno parece adverso. Originario de este municipio veracruzano, el joven forma parte del equipo PS México Coscomatepec y actualmente representa a su país en un torneo internacional juvenil en Colombia, donde su historia ha comenzado a tocar corazones más allá de la cancha.
Su incursión en el fútbol fue casi fortuita: un grupo de niños lo invitó un día a jugar en el campo y, desde entonces, no ha dejado de entrenar. Más de un año y medio después, Uriel no solo ha pulido su talento, sino también su carácter competitivo. Su debut oficial en el futbol organizado ocurrió en un amistoso disputado en su comunidad, donde desde el primer toque de balón dejó claro que su entrega no conoce obstáculos.
A pesar de que algunos especialistas médicos etiquetaron su condición física como una “limitante”, Uriel ha hecho todo lo contrario: convertirla en impulso. Rechazó el uso de prótesis en los brazos y aprendió a valerse por sí mismo, tanto en la escuela como en el deporte. Hoy cursa la secundaria en la Álvaro Gálvez y Fuentes, donde el respaldo de sus maestros y compañeros ha sido clave en su desarrollo integral.

La fuerza detrás de su camino ha sido su familia. Su madre lo acompaña en esta travesía internacional, mientras que su padre, desde casa, no oculta el orgullo. Ambos coinciden en un mensaje que Uriel encarna con cada paso: «Los sueños de un niño no deben tener barreras. Las capacidades se miden en el corazón, no en el cuerpo.»
Uriel no solo representa a Tomatlán ni a Coscomatepec. Representa a miles de niños que enfrentan retos físicos o sociales, pero que se aferran a su pasión con una tenacidad admirable. En cada partido en Colombia, su entrega resuena como un grito de esperanza para todos los que alguna vez escucharon que “no se puede”.
Comentarios