Por: Jorge Tolentino García/Columna
La inauguración del Hospital Materno Infantil de Coatzacoalcos, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y la gobernadora Rocío Nahle García, se ha convertido en un símbolo del fracaso de las políticas de salud en la región.
Un acto público que celebraba la apertura de un nuevo centro médico se ha transformado, apenas un día después, en una fría realidad: un edificio vacío, sin equipo, sin medicamentos, sin personal operativo, y por lo tanto, sin la capacidad de atender a la población que tanto lo necesita.
La imagen de un hospital inaugurado pero inoperativo es una bofetada a la cara de los ciudadanos de Coatzacoalcos. ¿Para qué una fastuosa inauguración si la realidad es que el hospital sigue cerrado, sin la infraestructura ni los recursos necesarios para funcionar? ¿Se trató de una estrategia propagandística, un intento de maquillar la precaria situación del sistema de salud en la región? Las preguntas abundan, y las respuestas, por el momento, brillan por su ausencia. La situación del Materno Infantil refleja la problemática sistémica que aqueja a los hospitales del IMSS e ISSSTE en Coatzacoalcos, así como a la clínica de Pemex: deficiencias graves, falta de medicamentos y una atención médica deficiente.
Este nuevo hospital, en lugar de ser una solución, parece destinado a seguir el mismo camino de fracaso. La pregunta obligada es: ¿se replicará la misma falta de planificación y ejecución en otros proyectos de salud? La presencia de la gobernadora Rocío Nahle García en la inauguración añade una capa más de complejidad a este asunto.
Su participación implica una responsabilidad compartida en este evidente fracaso. ¿Se trató de una complicidad en la presentación de un proyecto incompleto? La transparencia y la rendición de cuentas son cruciales para esclarecer este grave problema. Más allá de la imagen, la falta de inversión en el sector salud es una problemática que trasciende este caso particular.
El escándalo del desvío de 1800 millones de pesos del sector salud, y la posterior designación del exgobernador Cuitláhuac García a un puesto directivo en el gobierno federal sin que se le haya sometido a una investigación exhaustiva, arroja una sombra de sospecha sobre la gestión de los recursos públicos y la prioridad que se le da a la salud de la población. La inauguración del Hospital Materno Infantil de Coatzacoalcos se ha convertido en un símbolo de la ineficiencia y la falta de compromiso con la salud pública.
El pueblo de Coatzacoalcos merece una explicación clara y contundente, y sobre todo, un sistema de salud que funcione de manera eficiente y eficaz.
La falta de transparencia y la ausencia de rendición de cuentas solo profundizan la crisis. Es necesario un cambio radical en las políticas de salud para evitar que este tipo de situaciones se repitan. La salud no puede ser un tema político, debe ser una prioridad ineludible.
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