En protesta contra su próximo desafuero Renato Tronco tomó autopista en sur de Veracruz

En claro desafío a Javier Duarte de Ochoa, Renato Tronco les tomó autopista para negociar su "desafuero"/ Foto Plumas Libres
En claro desafío a Javier Duarte de Ochoa, Renato Tronco les tomó autopista para negociar su «desafuero»/ Foto Plumas Libres

Las Choapas, Ver.- Con tamales de barbacoa, chicharrones, cerveza y cumbias, así mantiene Renato Tronco a unas cien personas que tomaron la mañana del miércoles la autopista Raudales-Ocozocoautla-Las Choapas para protestar contra el gobernador Javier Duarte de Ochoa. 

Los seguidores de Tronco Gómez, según versiones, están recibiendo 100 ó 200 pesos al día por estar en el piquete de paro apoyados por líderes cercanos a tronco que andan con radios de frecuencia, palos, y en unos casos, armas, para parar el tráfico.

Cientos de automovilistas del sur de México y que van para el norte del país desde Chiapas o Tabasco se quedaron varados durante horas, pues la gente de Tronco Gómez les da paso de uno por uno, demasiado lento en unos casos.

Durante horas el tráfico está parado, la autoridad, no hace nada/ Foto Plumas Libres
Durante horas el tráfico está parado, la autoridad, no hace nada/ Foto Plumas Libres

Los campesinos en su mayoría sacrificaron una vaca la cual hicieron en tamales para darle de comer a los asistentes a la protesta.

De hecho, hasta se montó un campamento desde el cual los manifestantes se quedarán a dormir, a tomar café y a comer pan para seguir la protesta para defender a su líder y cacique.

Con carnitas y tamales mantienen a los protestantes además de 200 pesos/ Foto Plumas Libres
Con carnitas y tamales mantienen a los protestantes además de 200 pesos/ Foto Plumas Libres

El paro es la respuesta de Tronco Gómez contra la presentación de solicitud de Juicio de Procedencia contra el candidato por el distrito rural de Las Choapas, al que acusan de ser autor intelectual del homicidio en 2012 del regidor perredista Alfredo Pérez Juárez

Hasta el cierre de esta nota, la protesta seguía en pie, y el campamento, listo para montar turnos y guardias. Colocaron baños móviles y bocinas gigantes para amenizar el ambiente. «Hay que chupar, hay que chupar, hay que chupar, que el mundo se va acabar«, se oye por los aparatos altoparlantes mientras los traileros matan el tiempo jugando a las cartas sobre la carretera.

 

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