Rogue One…, «filme de guerra crudo con pocos ingredientes para niños»

Por Martín Arceo S/

Ciudad de México. (La Jornada). Rogue One: una historia de Star Wars arrasa en las taquillas de los cines de buena parte del planeta Tierra desde su estreno, el pasado 16 de diciembre. Pero no sólo es la cinta número uno en venta de boletos –al cierre de esta edición había recaudado 155 millones de dólares en Estados Unidos, y otros 135 millones fuera de ese país–: es un parteaguas en la historia de una saga que comenzó hace 39 años.

Gareth Edwards, director de Godzilla (2014), hizo la primera cinta de La guerra de las galaxias dirigida expresamente a los aficionados adultos a las películas originales [producidas por George Lucas], un filme de guerra crudo con pocos ingredientes para niños”, afirmó Peter Debruge, crítico de la revista Variety.

Rogue One… tiene todo para ser la película más popular de la temporada: un público que espera emocionantes aventuras en un universo en una galaxia muy, muy lejana; una narrativa vertiginosa, que casi no permite descanso entre una escena de acción y otra, así como personajes muy bien delineados, que si bien hacen referencias a otros filmes y programas de televisión de la saga, no impiden disfrutar del relato central, presentado desde 1977 en el texto introductorio de la primera cinta de Star Wars: Naves rebeldes, atacando desde una base oculta, han ganado su primera victoria contra el malvado Imperio Galáctico. Durante la batalla, espías rebeldes lograron robar planes para el arma definitiva del Imperio, la Estrella de la Muerte, una estación estelar blindada con suficiente poder para destruir un planeta entero.

Ergo, no nos podemos llamar a sorpresa. Los hechos de Rogue One… ocurren inmediatamente antes de las peripecias del joven granjero vuelto caballero jedi Luke Skywalker, presentadas en La guerra de las galaxias episodio IV, Una nueva esperanza, y años después del episodio III, La venganza de los Sith.

Elenco genial

En cuanto al elenco, el consorcio internacional de entretenimiento Disney, propietario del Universo Star Wars, no escatimó en reunir geniales actores de diversos puntos del planeta, desde el danés Mads Mikkelsen, quien deja sus acostumbrados papeles de villano e interpreta al científico Galen Erso, a su vez padre de la joven aventurera Jyn, una muy capaz Felicity Jones, hasta el mexicano Diego Luna, pasando por Donnie Yen, de Hong Kong, que hace al monje guerrero Chirrut Îmwe, e incluso al genial Forrest Whitaker, ganador del Óscar, el Globo de Oro y el premio de la Academia Británica de Artes de Cine y Televisión por El último rey de Escocia (Kevin McDonald, 2006) en la parte del extremista Saw Gerrera.

Mención aparte merece la aparición del actor Peter Cushing (1913-1994) en el papel del burócrata imperial Grand Moff Tarkin, no obstante que el histrión falleció hace más de 20 años. Con magia, producto de la tecnología, el frío, diabólico Tarkin espeta órdenes y derrama vileza, vuelve a vivir y a causar el repudio del respetable público.

Por si fuera poco, el villanísimo Darth Vader regresa para causar terror, repartiendo muerte con su sable de luz escarlata y en las escenas finales miramos a un entrañable personaje del episodio IV a punto de entrar en acción, en una aparición sorpresa cuyos detalles sería imperdonable desvelar.

Asimismo, Rogue One… es un festival de referencias para los fans de La guerra de las Galaxias, lo mismo una brevísima aparición (cameo) de los populares, entrañables droides Artu-Ditu y Ci-Tripio, que de los malandrines Evazan y Ponda Baba, bribones que combaten con el Maestro Jedi Obi Wan Kenobi en la Cantina de Mos Eisley del episodio IV.

También aparecen o se mencionan la leche azul que bebe Luke Skywalker siendo un granjero en el planeta Tatooine; los cristales de Kyber, que los Caballeros Jedi usan para elaborar sus sables de luz; transportes artillados imperiales, al igual que el Castillo Bast, guarida de Darth Vader.

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