Juan Antonio Valencia/ Desde el Sur
En el verano del año 2001, un trabajo reporteril nos llevó a internarnos en la sierra de Soteapan y Hueyapan de Ocampo acompañado por el fotógrafo Felipe Guzmán. La encomienda; investigar el robo de combustible de los ductos de Petróleos Mexicanos y presentar evidencias de los mismos, para su publicación.
Tras una semana de investigaciones entre el lodo y los cañaverales, se conocieron muchos nombres y acciones de presuntos responsables, nunca se pudo imaginar que algunos datos, pudieran ser asociados en presunción, con otros hechos que ocurrirían en el invierno y que serían de difusión nacional: el secuestro y desaparición del Regidor Quinto del Ayuntamiento de Hueyapan de Ocampo, José Leovigildo Ciau Medina, activista del PRD.
LA DESAPARICION
La tarde del 10 de diciembre del año 2001, en la población de Juan Díaz Covarrubias, al salir de la escuela de la que era director, es secuestrado por unos desconocidos, el profesor José Leovigildo Ciau Medina, Regidor Quinto del Ayuntamiento de Hueyapan de Ocampo, Veracruz.
Los días posteriores, se tejieron miles de versiones alrededor del secuestro, pero había un sello inigualable en la historia de la criminalística que se sigue en estos casos; la falta de petición de un rescate, posterior a las ocho horas de ocurrido el secuestro; como lo marcan los “reglamentos”.
Era obvio que se estuviera en la posibilidad de un secuestro, para ejecución programada.
¿Pero a quien le interesaba desaparecer al Regidor de extracción perredista?
Genaro Ríos Fararoni y Gustavo Gómez Molina, Regidores del Ayuntamiento de Hueyapan, en ese entonces, culparon al alcalde Gaspar Gómez Jiménez de la desaparición de Ciau Medina, incluso así lo declararon en la Averiguación Previa 1028/2001 que se abrió por parte del Agente del Ministerio Público del Distrito Judicial de San Andrés Tuxtla, José Feliciano Cosme Chapol.
MOTIVOS
¿Los motivos?; una alianza de Regidores del Ayuntamiento de Hueyapan que habían detectado presuntos desvíos en el gasto público por parte del alcalde, alianza de la que formaba parte el regidor desaparecido.
Ciau Medina y demás Regidores formaron un frente común, acusando ante la H. Legislatura al presidente municipal de Hueyapan, Gaspar Gómez Jiménez, de haberse robado el dinero del programa “Crédito a la Palabra”, que ascendía a 436 mil pesos con 53 centavos, cantidad que los Regidores sostienen, fue depositada en una cuenta particular.
Tras la desaparición forzada del Regidor del Ayuntamiento de Hueyapan, se iniciaron las investigaciones en una mar de especulaciones, declarando a más de 20 personas que dijeron haber escuchado que el alcalde Gaspar Gómez Jiménez, buscaba a quien le quitara de enfrente a José Leovigildo Ciau Medina, por el cual ofrecía, según testigos, 20 mil pesos.
Al defenderse el alcalde, muchos testigos se retractaron de sus declaraciones, otros como el comerciante Rodolfo Irving Wirth Escalante, acusaron incluso, al Coordinador Regional de la Policía Ministerial en Veracruz, Gregorio Rodríguez, de haberle ofrecido cinco mil pesos, para declarar ministerialmente, que Gaspar Gómez Jiménez era el autor intelectual de la desaparición del Regidor.
“EL CHARRO NEGRO”
En las declaraciones de la mayoría de los testigos, salió a relucir el nombre de José Luis Hernández Alarcón (a) “El Charro Negro” o “El Pedro Infante”, como el presunto autor material de la desaparición de Ciau Medina.
Cuando los cuerpos policíacos llegaron a su casa, el señalado se había dado a la fuga, debido a la presión que se tuvo en el caso, el comandante de la Policía Ministerial de San Andrés Tuxtla, Ramón Sandoval, fue detenido e internado en el penal de San Andrés Tuxtla, acusado de extorsión en contra de los familiares de “El Charro Negro”
Así se tejieron miles de historias, también hallazgos de cadáveres en Las Choapas, en Orizaba, en Tierra Blanca, en Oaxaca, pero el Regidor no aparece ni vivo ni muerto, pareciera que se lo hubiera tragado la tierra.
Dado al protagonismo de las autoridades, que con declaraciones tratan de resolver los problemas que a través de investigaciones se deben atender, el entonces Procurador de Justicia en la entidad Pericles Namorado Urrutia, señaló que la desaparición del Regidor José Leovigildo Ciau Medina, era por un lío de faldas.
No lo pudo probar, como tampoco a pudo probar quien es el autor intelectual y material de la desaparición de Ciau Medina, y el más importante en donde está el cuerpo si es que ya falleció, o en donde esta físicamente si está vivo.
VIVO O MUERTO
Porque sepa usted amable lector que si un cuerpo no aparece, no existe el delito y aquí nos podemos llevar varios años, hasta que se olvide.
Para los Regidores del Ayuntamiento de Hueyapan de Ocampo, Genaro Ríos Fararoni y Gustavo Gómez Molina, el presidente municipal Gaspar Gómez Jiménez, pagó la cantidad de 500 mil pesos para que mataran al Regidor Quinto, José Leovigildo Ciau Medina, por que contaba con más pruebas que podrían significar cárcel para el alcalde, así lo dieron a conocer en rueda de prensa el 27 de febrero a las 11; 00 de la mañana de 2002 en el restaurant del hotel colonial en Coatzacoalcos.
Habitantes de Covarrubias y Hueyapan de Ocampo, eran de las mismas conjeturas, pero no hay pruebas suficientes, estamos ante una desaparición perfecta, en donde no aparece el cuerpo, en donde no se tienen autores materiales, solo las sospechas de un autor intelectual.
Las nuevas versiones de la voz popular en Covarrubias, apunta como autor intelectual de la desaparición, no al alcalde, si no a su padre, Juan Gómez Soto, rico terrateniente, ganadero, empresario y principal proveedor del Ayuntamiento que preside su hijo Gaspar.
Pero estas versiones que andan de boca en boca, nadie las quiere declarar ante el Ministerio Público, para analizar si arrojan alguna luz sobre la desaparición del Regidor, de quien se aventuran a especular, pudiera estar sepultado en una gravera abandonada, que en años anteriores fue propiedad de la familia Gómez Jiménez, y que se ubica en el municipio de Isla, pero nadie quiere mostrar el camino de terracería que conduce de Covarrubias a ese lugar.
EL ALCALDE
El 2 de junio del 2001 con la finalidad de investigar el robo de combustible a Petróleos Mexicanos, nos internamos en la sierra de Los Tuxtlas, procedentes de los municipios de Coatzacoalcos, Minatitlan, Soteapan y Acayucan.
En brechas y veredas llegamos también a Covarrubias en donde pasan ductos de PEMEX entre los cañaverales.
El 30 de Junio del 2001, en el periódico Diario del Istmo publiqué los resultados; los propios empleados eran los ladrones, pero también particulares favorecidos por funcionarios.
En ese artículo publicado, existe un párrafo que llama poderosamente la atención y que reproducimos fielmente:
“Su compadre le puso los ductos en su rancho”
“La región de Los Tuxtlas, es parte del engranaje de robo de combustibles a PEMEX, gracias a esa actividad ilícita pero impune, algunos personajes se volvieron millonarios de la noche a la mañana.
Juan Gómez Soto, ahora próspero contratista, es señalado por uno de sus ex guardaespaldas, como quien presuntamente se ha beneficiado de esas actividades.
A inicios de 1980 (señala un informante) la compañía Protexa inició el tendido de los ductos de PEMEX, ahí un ingeniero de esa compañía, al que Juan Soto le bautizó un hijo, le instaló a su compadre Juan, los ductos en dos de sus ranchos que se ubican; uno en el municipio de Acayucan y otro en el municipio de Hueyapan de Ocampo.
En su rancho, Juan, tenía varios tanques de almacenamiento de combustible, se hizo millonario, inauguró un cine en Juan Díaz Covarrubias, papelerías, tiendas de materiales, compró graveras, camiones materialistas, pipas tráilers, maquinaria pesada, hasta convertirse en el único proveedor del Ayuntamiento de Hueyapan.
Es tal el poderío de Juan Soto, que mando a matar al dueño de la gasolinera de Covarrubias, por diferencias en el robo de combustible, dijo el informante.
A siete kilómetros de Covarrubias, se encuentra el ejido Norma, por donde cruzan entre los cañaverales, los ductos de combustible, ahí se observan rodadas de autotanques y unidades pesadas, los campesinos aseguran que hay dueños de ranchos que roban gasolina y diesel, varios coinciden en señalar a Juan Soto, pero no dan mayores pruebas.
A los ranchos de esta persona es imposible entrar, sólo desde lejos se advierte la presencia de pipas y unidades pesadas.
A pesar de que uno de sus ranchos se encuentra en la región de Acayucan, son policías municipales de Hueyapan de Ocampo, los que hacen la vigilancia, dicen sus detractores; esas podrían ser las actividades, esa es la impunidad, algunos denuncian, pero no pasa nada”.
PIDEN EL NOMBRE DE CIAU
Un año después de realizada esta investigación, sobre el robo de combustible a los ductos de PEMEX, no teníamos idea de quién era el presidente municipal de Hueyapan de Ocampo.
El lunes 9 de julio de 2001 a las 19:15 horas, se presentó a la redacción de Diario del Istmo, un tipo alto, moreno con botas vaqueras, tipo ganadero. Se identificó como el presidente municipal de Hueyapan de Ocampo, Gaspar Gómez Jiménez.
Exigía en tono enérgico los nombres de los regidores que filtraron la información, sobre quien dijo era su padre, Juan Gómez Soto, acusado públicamente como único proveedor del Ayuntamiento y sospechoso de robo de combustible.
Dijo que seguramente, se trataba de Ciau Medina, Ríos Fararoni y el protegido de este Cándido Ríos Vázquez.
Insistió una y otra vez, pero no se le proporcionaron nombres, sólo se procedió a redactar una nota, en donde se inconformaba y negaba que los ductos de PEMEX, pasaran por el rancho Nuevo Juquila, ubicado en el municipio de Acayucan.
SECUESTRO
Con anterioridad, el 22 de mayo a las 11 de la mañana en Covarrubias, fue secuestrado el activista político y reportero Cándido Ríos Vázquez, identificado por el entonces Regidor de Hueyapan, Genaro Ríos Fararoni, como su ex jefe de prensa en campaña a la presidencia municipal de Hueyapan.
Dicha información fue publicada en el Diario del Istmo, el 7 de junio del 2001 en la sección policíaca, luego de que el agraviado presentara denuncia ante la Agente del Ministerio Público de Hueyapan, Ramona Cano, y proporcionara copia de la denuncia a la redacción.
En ese escrito de denuncia, Ríos Vázquez denunció al presidente municipal Gaspar Gómez Jiménez, al comandante de la policía municipal Andrés Alvarado Pérez, a los policías “El Molacho”, “El taxista”, “El Murillo” y a otros dos no identificados, como quienes lo secuestraron en una camioneta del DIF de Hueyapan.
Reseña en su denuncia, Ríos Vázquez, que a las once de la mañana en que el transitaba a pie, por un camino vecinal, fue interceptado por los ocupantes de la camioneta, los cuales lo subieron a la batea, a golpes.
“Me dijeron que iban a desaparecer por órdenes del alcalde, me vendaron los ojos, me golpearon, me hicieron caminar a pie entre el monte, casi al anochecer me llevaron a San Andrés Tuxtla, para entregarme a la Policía Judicial Federal, en mi portafolios habían metido marihuana, salí de la cárcel presenté denuncia no me la querían recibir y fue hasta el 5 de junio en que me tomaron declaración para ratificar el escrito de denuncia, pero no pasó nada, ahí sigue archivada”.
VENGANZA
Según Ríos Vázquez el alcalde lo veía como enemigo porque abanderaba las protestas de la ciudadanía, y también intervino a favor de la señora Simona Felipe Hernández del poblado Hueyapan de Soconusco a cuyo hijo Ricardo Felipe López de 14 años, un policía de Hueyapan, le dio un escopetazo en el pie, siendo internado en el Hospital Comunitario de Coatzacoalcos, el policía nunca fue castigado.
Historias de impunidad, casos no resueltos que caminan a la impunidad, como en la desaparición del Regidor José Leovigildo Ciau Medina, quien fue desaparecido, las autoridades no han dado ni dieron con su paradero vivo o muerto.
Una de las versiones con que se trató de cubrir la desaparición, fue que había violado a una de sus alumnas y por eso se dio a la fuga. Otras, que se encontraba en el estado de Campeche o Yucatán, ninguna de esas versiones fue comprobada.
Lo único que está probado, es que desapareció; lío de faldas, fuga por actos delictivos, una venganza política, ¿cuál le gusta?
EL TIGRE
A inicios del mes de abril, fue sacado del retiro en que se encontraba, el comandante de la Policía Judicial Antonio Rodríguez Hodking, (a) “El Tigre Toño” su última plaza fue en Orizaba en donde fue sometido a una amputación de la pierna, afectado por la diabetes.
Rodríguez Hodking fue comisionado por la Procuraduría para resolver el caso del Regidor desaparecido.
En los municipios de Huimanguillo, Macuspana y Comalcalco, Tabasco, creen por versiones de declarantes, que el cuerpo del regidor este sepultado en ese estado.
Del secuestrado del Regidor José Leovigildo Ciau Medina, no existen responsables, solo un sospechoso de ser autor intelectual; Gaspar Gómez Jiménez, el presidente municipal de Hueyapan de Ocampo.
Todas las pistas apuntan hacia él, pero no existen pruebas, ¿antecedentes de secuestro? posiblemente pero hay que probarlo, de eso precisamente se trata la nueva investigación, de aportar pruebas que fortalezcan el juicio de procedencia, que el Procurador Pericles Namorado Urrutia, solicitó la Legislatura para desaforar al alcalde.
En visita a Coatzacoalcos, los Regidores Genaro Ríos Fararoni y Gustavo Gómez Molina, dijeron tener la certeza de que el alcalde fue el que mandó a matar al regidor, sin embargo su cuerpo no aparece, en cinco meses han declarado más de veinte personas, los regidores aseguran que el alcalde ha regado dinero para que los testigos se retracten.
José Luis Hernández Alarcón (a) “El Charro Negro” al que culpan de la desaparición material, aparece en un video televisivo y culpa a los regidores Ríos Fararoni y Gómez Molina de la desaparición de Ciau Medina.
Estos dicen que fue pagado y difundido por el alcalde para confundir y lo logra, el procurador, retira el proyecto para el juicio de procedencia por imperfecto y cita a declarar a los regidores, el alcalde gana tiempo y alarga el asunto, la Procuraduría no le puede probar nada, pareciera que se trata de una desaparición perfecta, y así ha transcurrido el tiempo, entre dimes y diretes y la Procuraduría ha caído en el juego, pero el Regidor no aparece, ni vivo, ni muerto.
¿Aparecerá algún día el Regidor José Leovigildo Ciau Medina?
LO ACTUAL
Invierno de 2017, a dieciséis años de los hechos. El cuerpo del regidor nunca apareció.
En 2001 cuatro integrantes de una banda de delincuentes, liderada por José Luis Hernández Alarcón, “el Charro Negro” y a los que se les atribuía el crimen, señalaron el, lugar en donde fue sepultado, pero no se halló nada. Tiempo después un juez federal les concedió el amparo y en la revisión les confirmaron. Y evitaron 42 años de prisión. No existió cuerpo del delito. El crimen quedó impune.
En agosto de 2017, el periodista Cándido Ríos Vázquez, acusó por enésima vez amenazas de muerte de parte del ganadero y ex alcalde, Gaspar Gómez Jiménez. Días después fue asesinado. El crimen sigue impune. Gómez Jiménez fue requerido por la fiscalía y comentó no tener nada que ver en el homicidio y hasta se dijo asustado por los hechos que le vinculan.
El martes 19 de diciembre de 2017. Es asesinado en Acayucan el reportero Gumaro Pérez Aguilando, amigo cercano del ahora occiso Cándido Ríos Vázquez, quien era su informante y reportero en el portal “La Voz del Sur”.
Una fuente gubernamental de Veracruz, vinculada a la defensa y protección de periodistas, aseguró públicamente que el periodista había denunciado amenazas de muerte de parte del ex alcalde de Hueyapan de Ocampo, Gaspar Gómez Jiménez, por su relación con Cándido Ríos.
¿Existen los crímenes perfectos, o deficiencias en la investigación?
Otra versión apunta que el reportero era enlace de un grupo delincuencial, la fiscalía investiga, pero nuevamente sale a relucir el nombre de Gaspar Gómez Jiménez…
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