Inocencio Martínez Cortes/ En Pie de Lucha
Vivo en el Veracruz donde no pasa nada, ni existe nada…
El grueso de los gobernados vivimos en la anarquía, las balaceras siguen a la orden del día y para la sociedad es un acto cotidiano, ya ni la prensa escrita, hablada y visual registran tales hechos.
Hay un sinnúmero de accidentes automovilísticos y nadie informa nada, salvo los más grotescos o espeluznantes.
En los hospitales no hay, camillas, medicamentos, aparatos para pacientes que padecen cáncer o están próximos a ello.
Las dependencias encargadas de atender asuntos de los campesinos solo les toman el pelo, jamás ven realidad el sueño de ser beneficiados con apoyo para ser más productivos.
La procuración de justicia está enredada ahora que implementaron los famosos juicios orales no saben qué hacer, dicho por empleados de la dependencia al cuestionarles por qué no avanzan los procedimientos, existen rezagos de denuncias que duermen el sueño de los justos, por eso creo se aumentado la delincuencia común en el centro de la ciudad y la periferia.
Y cuando hemos tenido la oportunidad de lograr entrevistarnos con los funcionarios de segundo nivel, no saben que decir ante los cuestionamientos que se le hacen del porque el estado de Veracruz vive como nunca una severa crisis, solo se limitan a contestar que se trata de un fenómeno nacional, hacen malabares tratando de vender ilusiones sin lograrlo, pues en estos menesteres ya tenemos nuestra edad y ellos son apenas unos aprendices en el oficio de la política.
La realidad es que don Javier Duarte de Ochoa recibió un estado hipotecado, hecho sabía desde antes de llegar a la gubernatura, pues el fue cómplice de ello, ya que manejo las finanzas en la administración pasada y supo muy bien la cantidad millonaria y la forma en que adquirió la deuda su antecesor.
Don Javier tiene serios predicamentos para solventar los gastos propios de su administración, lo titulares de todas la áreas tienen que capotear la realidad para hacer frente al cumplimiento de depósitos para su personal, proveedores y los que mas sufren solos que tienen que entregar prerrogativas como el caso del Instituto electoral Veracruzano.
Lo preocupante es la situación de nuestros paisanos jarochos, que no tienen para invertir en sus negocios, la educación de sus hijos, comer y sobre todo para la salud que es lo fundamental para mantenerse de pie y poder luchar por la sobrevivencia.
Triste la realidad que vive Veracruz.
Comentarios