SNTE: línea salarial descendente

- en Foro libre

Wenceslao Vargas Márquez

Es el segundo año consecutivo (2014 y 2015) que el SNTE pierde su ‘autonomía relativa’ de negociación salarial ante el gobierno.

logo_snteHasta el año 2013 la negociación salarial se manejaba prácticamente (¡qué bueno que hay adverbios!) entre el liderazgo del SNTE y la SEP, por separado de otros sindicatos magisteriales de importancia, como los de la UNAM, y lo usual era que los sindicatos de la UNAM se quedaran rezagados respecto de la Educación Básica del SNTE de EE Gordillo. Ahora llevamos dos años seguidos donde el SNTE está alineado al tope salarial oficial que este año 2015 es del 3.4% para los sindicatos magisteriales, universitarios y no. Expliquemos con cifras lo de la autonomía relativa que el SNTE perdió:

En los últimos quince años la UNAM y sus sindicatos tuvieron la menor cifra de aumento en el año 2005 que fue de un 3.3% mientras el SNTE lograba para Educación Básica un 4.3% (La Educación Superior del SNTE nos quedábamos en 3.3% en ese pésimo año por estar ‘homologados’ a la UNAM). El SNTE lograba en 2005 un punto porcentual encima del referencial de la UNAM. En el régimen de expoliación y depredación económica que vivimos las raquíticas cifras porcentuales que anotamos hacen una diferencia importante.

En el año 2011 el SNTE obtuvo para Educación Básica 4.75% vs. 3.8% de la UNAM (STUNAM, referente como tope salarial anual, porcentaje aplicado a Tecnológicos,  CBTis e IPN del SNTE). En el año 2012 el SNTE obtuvo 4.25 contra 3.8 del STUNAM. En el año 2013 la Educación Básica del SNTE obtuvo en mayo un 3.9% mientras la UNAM obtuvo en octubre un 3.5%. El SNTE –en todos los casos- quedó encima del tope salarial.

Como la Educación Superior afiliada al SNTE está ‘homologada’ a la UNAM nos quejamos en Tecnológicos, CBTis e IPN del SNTE de que estábamos siempre debajo de los aumentos salariales de Educación Básica aunque unos y otros cotizamos con nuestro uno por ciento de sueldo. La merma salarial de la Educación Media Superior y de la Educación Superior del SNTE se paliaba de vez en cuando con alguna ‘retabulación’ salarial de un punto o tres cuartos de punto, insuficientes para empatar a los logros del SNTE para Educación Básica. Es notorio en estas comparaciones cómo el SNTE, usando cierta autonomía relativa iba más lejos que los sindicatos universitarios que eran -y siguen siendo- la referencia.

Esos triunfos salariales se acabaron con el año 2013 de tantas significaciones políticas para el sindicato más grande del país: la prisión de EE Gordillo y la reforma educativa. La caída de EE Gordillo significó también la pérdida de esa autonomía relativa para el SNTE tanto en la defensa del trabajador en su inamovilidad laboral como en la defensa de su salario. Se perdieron las dos cosas. Las repito por si no se leyó bien. Se perdieron: 1) La inamovilidad en el empleo por la reforma educativa y 2) la desaparición de la autonomía relativa para negociar salarios por encima de los topes salariales universitarios (además de la negociación estatal porque ahora presume el gobierno de que es única).

¿Qué pasa ahora? En los dos últimos años el SNTE captó (capturó) para sí la cifra del aumento salarial de la UNAM (3.5% en 2014 y 3.4% en 2015) y con ello se disciplinó al sindicato más grande de Latinoamérica a los aumentos marcados por los topes salariales universitarios que nacen en la última semana del octubre de cada año y se aplican en el mayo del siguiente. Ocurre esto cuando –paradójicamente- prevalece en el SNTE, desde febrero de 2013, un ‘sindicalismo de servicios’.

Cuando hace 20 años se inició en el CEN del SNTE el discurso sindical de llegar a un piso de 6 salarios mínimos generales para la plaza inicial se describía este piso como el salario tabular (sin prestaciones) de una plaza de grupo de primarias. Hoy engañosamente se presenta una medición que incorpora al salario tabular un largo ferrocarril de prestaciones (07, 38, 39, 44, E9, RE9, CPC, SC, CNU) para, sólo así, llegar a un salario profesional piso de 5.91 salarios mínimo generales, cosa que es falsa porque no es esa la definición original sino, repito, el salario 07 solo, sin ningún tipo de acompañamientos.

En la argumentación que se presenta en estos párrafos de que la línea salarial del SNTE no es ascendente sino descendente (3.9%, 3.5% y 3.4% para los tres últimos años) intencionalmente no metemos el índice de la inflación para no empeorar el análisis, pero hemos de añadir –por lacerante- el caso particular de la Educación Superior y la Media Superior donde por más de 30 años hemos tenido tres distintos sueldos.

Para la Sección 32 del SNTE desapareció el más bajo, el tabulador I, en los trienios 1990-1993 y 1993-1996, y desde entonces está el pendiente de unificar el que es actualmente el más bajo (el II) al más alto (el III). Sin mucho ruido, los trabajadores asalariados y sindicalizados del apartado A del art. 123 constitucional han logrado eliminar sus tres tabuladores (zonas A, B C) y fundirlos en uno solo, proceso que concluirá en este año 2015. El SNTE no ha podido con su trabajo y no tiene nada qué festejar en este renglón. El tema está indebidamente estancado. Nunca ha habido la corrección. Sólo, de vez en cuando, una lánguida promesa cuando llegan las campañas del PRI.

¿Qué sigue para el año 2016? Ya uniformados todos los sindicatos magisteriales dentro de los topes salariales, el SNTE esperará a que UNAM y sus sindicatos resuelvan su negociación en los últimos días de octubre de 2015 y esa será la cifra tope (por tercera vez consecutiva) del aumento salarial del SNTE en 2016 tanto para Educación Básica Docente, como para el Personal de Apoyo… como para la Educación Superior, quienes antes nos quedábamos rezagados ante los aumentos de Educación Básica.

Exhalemos: Ahora los rezagados somos todos.

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