En la entrega anterior platicamos sobre delincuentes y delitos electorales, ahora debo decirle que existe una Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales, creada en 1994, y tiene facultades para investigar, perseguir, prevenir y combatir la comisión de delitos electorales. Se le conoce en la jerga electoral como la FEPADE, tiene un equipo ministerial especializado para que actué de oficio o vía una denuncia.
También realiza tareas de prevención, divulgación de las leyes y de educación cívica. En resumen, de acuerdo con la Ley, debe perseguir el delito electoral, castigar los delincuentes electorales y realizar tareas de prevención. Así que doña Herminia, su pregunta formulada queda contestada, le aseguro que existe una institución que debería castigar a los delincuentes electorales, se llama FEPADE, nuestra frágil democracia electoral cuenta con ella.
En el mes que corre, José Luis Esteban Mirón García, fiscal adjunto de la FEPADE, declaró al periódico digital Al Calor Político, que de las denuncias recibidas en la FEPADE “únicamente el 25% están bien hechas y cumple con todo lo necesario para su seguimiento, misma que podría tardar cinco años en ser resueltas.” Anímenos a hacer denuncias ciudadanas señor fiscal. Para después afirmar que “… la mayoría de las personas nada más denuncia y pide que la FEPADE investigue y eso no nos ayuda, por eso es importante que el denunciante diga, denuncié, aporté los elementos y es cuando va a fructificar”, (Roberto Téllez, Córdoba, Ver.08/05/2015) sólo le faltó pedir que el denunciante se convierta en agente investigador de la FEPADE, para que después detengan, juzguen y encarcele o multe al delincuente electoral. De acuerdo con esa argumentación el ciudadano deberá realizar las tareas sustantivas de la FEPADE: investigar, perseguir, prevenir y combatir la comisión de delitos electorales.
La declaración del funcionario de la FEPADE, es el un ejemplo la cultura de la legalidad que se impone en nuestro país; para que la justicia se aplique, el denunciante debe aportar las pruebas o evidencias. Existe un dicho leguleyo que reza de la siguiente manera: “quien acusa debe probar”, la víctima de un delito debe reunir las pruebas para que la justicia se aplique a su favor, como si no existiera el Ministerio Público Investigador. Esa cultura de la legalidad niega la impartición de justicia, hace crecer la impunidad, es inhibidora de la participación ciudadana y contribuye aumentar la desconfianza en los organismos públicos que deben impartir justicia en nuestro país. Hemos leído o escuchado al funcionario cínico expresar “que me comprueben” o “le exijo que presente las pruebas”, cuando un ciudadano le denuncia por un intento de condicionamiento político. De acuerdo con la Ley la FEPADE debe investigar, ya que de no hacerlo fomenta incumple su obligación legal. La Ley le obliga a actuar de oficio, en su página electrónica de la multicitada institución (http://www.blindajeelectoral.gob.mx/), lo reconoce y dice que actúa de oficio o vía denuncia para “iniciar averiguaciones previas y/o actas circunstanciadas con el sistema tradicional y carpetas de investigación en el nuevo sistema para combatir la comisión de ilícitos”, ahora con la nueva Ley General en Materia de Delitos Electorales se establece penas más severas: nueve años de cárcel a quien utilice fondos públicos para su campaña y quince años de cárcel a quien utilice fondos o bienes de origen ilícito o en montos que rebasen los permitidos por la ley. Tal vez por ello, en estas elecciones no hemos visto el derroche de recursos que se hizo en la elección pasada o los ladrones de elecciones utilizan nuevas estrategias para ganar de manera ilegal. No lo sabemos, toca a la ciudadanía vigilar que la FEPADE cumpla con su deber legal.
Usted pensara que el mejor antídoto para evitar los fraudes es salir a votar, y si la FEPADE no castiga por que le denunciante no presentó pruebas, la ciudanía puede castigar no votando por los partidos que han hecho uso, en otras elecciones, de los recursos públicos y han obligado a la población a votar por ellos bajo amenaza de quitarles el programas social. Es la hora de ejercer en libertad nuestro derecho a votar, es la hora de la ciudadanía, votemos libres. Usted que opina amable lector o lectora.
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