Por ELVIA ANDRADE BARAJAS/ ALMOLOYA DE JUAREZ, ESTADO DE MEXICO/ – A través de un túnel de 1.500 metros de largo que iba desde la ducha de su celda a una casa en construcción, cercana al Centro de Readaptación Social N°1, donde estaba preso en el área de tratamientos especiales, pasillo número 2, estancia 20, escapó El Chapo, por segunda ocasión de la cárcel de máxima seguridad El Altiplano, donde estaba presos unto con los jefes narcos, asesinos y violadores más peligrosos de México.
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, más conocido como «El Chapo Guzmán» nacido en La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, el 3 de abril de 1957, es el líder de la organización internacional de droga “la Alianza de Sangre”, también conocida como el Cártel de Sinaloa.
Después del arresto de Osiel Cárdenas del Cártel del Golfo, Joaquín Guzmán se convirtió en el principal traficante de drogas de México.
En 1993 fue detenido en Ciudad de Guatemala, y extraditado a México, pero ocho años después escapó de la prisión de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco.
Desde su fuga en enero de 2001, se convirtió en el segundo hombre más buscado por el FBI y la Interpol después de Osama Bin Laden.
Tras la muerte de este último en 2011, el ranking titulado «Los nuevos 10 más buscados», que se elaboró a partir de una lista realizada por la revista Forbes, colocó en primer lugar a Guzmán Loera, a quien calificó como un hombre «implacable y determinado».
Forbes calculó su fortuna en mil millones de dólares.
En 2013 se le colocó en el lugar 67 entre las personas más poderosas del mundo.
Admitió haber asesinado entre 2000 y 3000 personas, entre las que se encontraba Ramón Arellano.
El 22 de febrero de 2014, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto confirmó que Guzmán Loera había sido capturado en un operativo conjunto de la Secretaría de Gobernación, Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Procuraduría General de la República, la Policía Federal y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional.
La noche del 11 de julio de 2015 El Chapo Guzmán volvió a fugarse y la noticia fue dada a conocer por la prensa mexicana hasta entrada la madrugada del 12 de julio. Se dijo que la fuga ocurrió al rededor de las 9 de la noche.
A las 20:52 horas del día, en el Sistema Permanente de Videovigilancia del Penal Federal del Altiplano I, Mejor conocido como «El Penal de Almoloya» se observó que Joaquín Guzmán Loera se aproximó al área de la regadera dentro de la estancia 20 del pasillo 2, donde habitualmente, además de su aseo personal, lavan sus enseres.
Al prolongarse la no visibilidad del interno, se ingresó a la celda, la cual se encontraba vacía, por lo que de inmediato se emitió la alerta correspondiente por la probable evasión del mencionado recluso.
Las autoridades lanzaron un operativo de búsqueda en la zona y en las carreteras de los estados circunvecinos. Cerraron temporalmente, además, el aeropuerto de Toluca.
Esta es la segunda ocasión que Joaquín Guzmán Loera «El Chapo» escapa.
Fue recapturado en febrero de 2014, a tres días de la visita a Toluca, México, del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien esa ocasión ofreció el apoyo de su país para combatir al narcotráfico en la tierra azteca.
En la fuga de este sábado también está involucrado personal del penal, ya que “nadie” se dio cuenta que se construía un túnel de 1,7 metros de alto y unos 80 centímetros de ancho y desemboca en el municipio de Santa Juanita, en la misma ciudad, e incluso se encontró ropa y calzado en el túnel y la casa por donde salieron, para mudarse de vestimenta y no ser advertidos.
Las autoridades descubrieron que el túnel «iniciaba con una hueco de forma rectangular de la ducha de aproximadamente 50 por 50 centímetros y metro y medio de profundidad» y que a su vez comunica con un conducto vertical de diez metros de profundidad habilitado con una escalera.
«Así se llega a hasta un túnel de 1,7 metros de altura y de 70 a 80 centímetros de ancho, que se extiende con una longitud aún indeterminada, pero que en línea recta, de punto a punto, representa más de 1.500 metros», agregaron las autoridades mexicanas.
El túnel cuenta con tubería para ventilación y para alumbrado, una motocicleta adaptada sobre rieles como mecanismo de tracción mediante el cual se extraía la tierra producto de la excavación y transportaba las herramientas y máquinas utilizadas para la perforación.
A lo largo del pasaje subterráneo se encontraron tanques de oxígeno, recipientes con combustible, madera de cimbra (para la construcción) y tubería PVC, entre otros objetos.
El pasaje desemboca en un inmueble que se encuentra en obra, ubicado al suroeste del centro federal en la colonia Santa Juanita, que está rodeado por sembradíos de maíz y que hoy lucía custodiado por unos 250 uniformados mientras un helicóptero sobrevolaba la zona.
En un intento por recapturar al líder del cártel de Sinaloa, de 60 años, se montó un operativo que incluyó revisiones a los vehículos que circulaban en la zona y se suspendieron operaciones áreas no revisadas en el aeropuerto internacional de Toluca, capital del estado de México.
CORRUPCIÓN DENTRO Y FUERA DEL PENAL: Benítez Manaut
La titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Arely Gómez González, tomó de manera directas las investigaciones por la fuga de Joaquín Guzmán Loera, del penal federal Altiplano, las que informó hay 30 personas presentadas ante el Ministerio Público Federal, entre ellos el director del penal.
La PGR, informó, realizó un recorrido por las instalaciones del Centro Federal de Readaptación Social número 1, y por la casa en construcción ubicada en la colonia Santa Juanita, donde desembocaba el túnel por donde escapó el líder del Cártel del Pacífico.
Con la fuga de El Chapo la lucha del presidente de México, Enrique Peña Nieto, se ha visto despojada de su mayor trofeo en la estrategia de seguridad, y evidencia la corrupción en México, incluso en sus cárceles de máxima seguridad.
En los últimos tres años de gobierno de Peña Nieto ha presumido el arresto de los capos de la droga más notorios del país, entre ellos los jefes de los Zetas, los grupos criminales Caballeros Templarios y del Golfo, coronándose con la captura de El Chapo Guzmán, pero ahora con su fuga se ensombrece su estrategia de seguridad, que había sido reforzada por agentes de la DEA que participaron en el arresto del capo mexicano, en Sinaloa, tras visita a México del presidente Barack Obama.
Fiscales estadounidenses pidieron extraditar al sinaloense, pero el gobierno de México insistió en llevarlo a juicio por primera vez.
Tras la detención de Guzmán, en febrero de 2014, el propio Peña Nieto ha reconocido en una entrevista con el canal estadounidense Univisión que sería «verdaderamente imperdonable» si él se escapó de la cárcel de nuevo.
En declaraciones durante su visita a París el domingo, Peña Nieto dijo que está «profundamente preocupado» y aseguró que se hará una exhaustiva investigación sobre si los guardias ayudaron al peligroso preso a huir.
“El Chapo” y el cártel de Sinaloa han sido el talón de Aquiles de los últimos tres presidentes mexicanos.
Durante el mandato del panista Vicente Fox que Guzmán escapó escondiéndose un carrito de lavandería en una prisión de máxima seguridad en el estado de Jalisco occidental en 2001.
Su sucesor, el también conservador Felipe Calderón, inició su gobierno lanzando una lucha militarizada contra los carteles en 2006, provocando una sangrienta guerra contra las drogas que mató a miles de personas.
Al asumir la presidencia el priísta Peña Nieto en diciembre de 2012, en menos de dos años se apuntó un triunfo con la captura de El Chapo, pese a que muchos cuestionaron la identidad del mismo.
El entonces fiscal general, Jesús Murillo Karam, dijo que México procesaría por primera vez a Guzmán, desestimando que el gobierno de Estados Unidos pidió su extradición, pero México no lo entregó y ahora facilito su fuga», dijo Raúl Benítez Manaut, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México.
«Sin duda fue la corrupción dentro y fuera de la prisión«, dijo Benítez Manaut.
Esto aunado al caso de Iguala, que aún retumba en la capital del país, donde los padres de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa colocaron en Reforma un gran número 43 en alusión a los jóvenes desaparecidos y en reclamo a su presentación con vida, será combustible para magnate multimillonario Donald Trump en su camino a la presidencia de Estados Unidos.
La fuga de El Chapo fue arovechada de inmediato por el antimexicano Trump, quien escribió en Twitter : «el mayor capo de la droga de México se escapa de la cárcel. En ese país la corrupción es increíble y EE.UU. está pagando el precio que te lo dije . . ! Información enviada por www.reportajesmetropolitanos.com.mx
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