El fin de los tiempos

- en Foro libre

Por Osciel Ronson Muñoz *

No existe el bien y el mal, son los actos de los Humanos quien los define

Qué situaciones les hace pensar estimado lector la frase “El fin de los tiempos” al escucharla generalmente se piensa en la destrucción del planeta ya sea por desastres ambientales provocados por la explotación desmedida de los recursos naturales junto con los altos niveles de contaminación o la presencia de una guerra global, en tales eventos desafortunados la humanidad y los ecosistemas se verían seriamente afectados.

Afortunada o desafortunadamente mi narrativa sobre el fin de los tiempos no son estos escenarios, si no aquellos contextos sobre el respeto y valor que se da a la vida humana, que en nuestros tiempos las formas y maneras agravian la dignidad e integridad de las personas.

Trata de personas ha incrementado en todo el país
Trata de personas ha incrementado en todo el país

Son diversas las representaciones perversas que han hecho en la sociedad un colectivo de crisis humanitaria, una discordia entre el mal contra el bien, donde el mal adoptado formas siniestras que van en crecimiento, en contraparte el bien se encuentra vulnerable ante estos actos de crueldad y barbarie cada vez más en desventaja con escasas estrategias de contrarrestar esta avalancha deshumana, germinando la ira, indignación y miedo en una sociedad que camina sin un destino y objetivo claro de vida.

Uno de los actos perversos que se encuentran a la alza, son las violaciones a los derechos humanos, donde el respeto y dignidad a los seres humanos se ha convertido en un discurso sociopolítico; como la trata de personas, comercio de personas con el propósito de esclavitud reproductiva, la explotación sexual, extracción de órganos, trabajo forzados, o cualquier forma moderna de esclavitud particularmente en niños y adolescentes.

Otro suceso es la violencia en nuestro país, cada vez más extrema, con sus formas sanguinarias de terminar con las vidas de las personas actos sin arrepentimientos de quienes lo ejecutan, violencia que ha llegado a las mentes inocentes de nuestros hijos, cruzando la línea de espectadores a protagonistas en hechos atroces hacia sus iguales. Actos de barbarie que nos ha cegado la capacidad de asombro por un crepúsculo siniestro que se alimenta de la sumisión y temor como control social.

Así mismo encontramos al binomio de la política – económica, un régimen de poder y privilegios para pocos y una vulnerabilidad para la mayoría de las personas, creando un sistema de opresión y desigualdad, generando una lucha de todos contra todos, influyendo en desacuerdos y futuros inciertos en las masas sociales más indefensas en que la seguridad social, laboral, educativa, entre otras son cada vez más inseguras.

Un ejemplo de lo anterior lo denota en mi consulta terapéutica con mis pacientes jóvenes, expresando sentirse confundidos, desesperados con más preguntas que respuestas sin saber la mayoría de ellos que caminos tomar por tantos candados existentes para ejercer su profesión en el ámbito laboral. En el uso de sus voces expresan contar con la preparación académica lo lastimoso, irritable y angustioso es la falta de espacios y condiciones laborales para aplicar los conocimientos adquiridos. Bajo estas circunstancias me pregunto si se justifica que algunos de ellos elijan ser delincuentes como una opción para mejorar sus condiciones de vida, decidir por una vida digna y prospera pero corta por sus riesgos, que elegir llevar una vida larga en agonía y con escasas oportunidades de crecimiento. Una simbiosis de posturas donde el sistema les ha negado ese derecho humano.

O en aquellos jóvenes que deciden desconectar sus corazones, apagando sus almas y espíritus por no tener esa oportunidad, de igual forma en aquellas chicas que eligen la prostitución como una forma de vida laboral, como una forma fácil y rápida de obtener dinero para salir de la pobreza que les alberga siendo un ejercicio que extingue sus almas y espíritus convirtiendo sus cuerpos en un aparato. A veces me pregunto dónde están los padres de esos jóvenes, los adolescentes  narran a ver sido amados queridos y protegidos, en la actualidad son ignorados y abandonados por sus familias.

Por otro lado están aquellos actos que van en incremento como los feminicidios, el aumento de niños de la calle sin saber los riesgos que implica para sus vidas, la separación creciente de las familias dejando a los hijos del divorcio con inseguridades, miedos, confusiones y vulnerables en el cual fuerzas siniestras están en espera que salgan de sus casas para ser cazados, así como el silencio del ejercicio periodístico como una forma de represión para enmudecer la verdad, en una democracia conveniente que pretende rebasar su deber austero, disfrazando los derechos individuales en el deseo como felicidad.

Parece ser que este mundo va en caminos inciertos, la sociedad no permite ver las posibilidades que están en sus manos para cambiar esta inercia proclive a un cataclismo. Individualidades cada vez más grises en sus pensamientos por un sistema social que apremia las locuras y censura la cordura en una metamorfosis de valores y principios. Esencias narcisistas que solo buscan su bienestar sin un objetivo que seguir, donde el capitalismo estimula los deseos mediáticos de la felicidad materialista y el fuego del ego, esclavizados por un hedonismo que invade sus espíritus ávidos de libertad de disfrutar las formas simples que este mundo les ofrece.

Este es mi fin de los tiempos la sustitución del bien como valor que por un tiempo daban esperanza de vivir en una sociedad de armonía y respeto con los demás, ante una perversidad presente que nos oprime llenándonos de temor y cólera manteniéndonos como prisioneros y sin dirección como si el destino jugara con nosotros en espera de ser sorteados para ser víctimas ante una indefensión del sistema. Las voces han sido enmudecidas e ignoradas ante un régimen que solo nos engaña con esperanzas a medias formando dudas entre los gobernados a sus gobernantes. En nuestro silencio solo existen miedos y dudas trasformando la vida en una pesadilla, las sociedades se encuentran ciegas a sus realidades y a su merced.

No hay conclusión escrita, la reflexión está en las esencias espirituales del colectivo, esperando que la rebeldía propositiva de unos ciudadanos genere los despertares en aquellos que esperan ser levantados por un letargo que han sido sosegados por una maldad perversa y en sus anhelos intangibles harán uso de sus voces para exteriorizar la proximidad de un alba de paz y armonía de estos sinsabores manifiestos de la vida. 

*Psicoterapeuta.

Comentarios

  1. excelente escrito, es sencillo y profundo al mismo tiempo. en realidad pareciera que fuera el fin de los tiempos

  2. Que crudo pero que certera manera de dotografiar con palabras lo que pasa en todoa ladoa y de lo que nada se habla mas que para alimentar el morbo. Enhorabuena por exclente articulo

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