Grito de Independencia, nada que festejar

Juan Antonio Valencia/ El 27 de septiembre de 1821, con la entrada a la capital, del Ejército Trigarante, se da la consumación de la Independencia de México del yugo español, luego de un baño de sangre de miles de mexicanos, que combatieron en el ejército Insurgente, y que perdieron la vida, en aras de un mejor país.

A esa gesta heroica, se le recuerda y se le conmemora, como el grito de Dolores, que significó el inicio de la guerra, el 15 de septiembre de 1910.

Es en la actualidad, esta fecha, se conmemora con un festejo protocolario, político que publicitariamente, busca enaltecer la imagen del funcionario en el poder, a costa del derroche de recursos, en grupos musicales y de espectáculos, para atraer a la población, y hacerlos olvidar por momentos, de las carencias en que viven.

Pero si bien es cierto que se logró la independencia de España, no menos cierto es, que ahora se depende de Estados Unidos, y sobre todo de un pequeño grupo minoritario, que no representa, ni el 1% de la población en México, y que es el que controla la riqueza del país, se la reparte, y además se heredan los cargos de padres a hijos, para seguir depredando al país, lo que frena el desarrollo y crecimiento del mismo.

Por este y otros motivos, gran parte del núcleo poblacional, se pregunta; ¿hay algo de festejar?

SEMBRANDO TEMOR

En los últimos tres sexenios, el PAN aliado al PRI, han utilizado el método de infundir temor en la población, utilizando el sistema del narcoterror y el terrorismo de estado, para mantener el control de la población, como el más claro ejemplo, con el caso Ayotzinapa, en donde presuntamente, 43 estudiantes normalistas, podrían haber sido exterminados en hornos crematorios oficiales, como lo documenta el ex general brigadier, José Francisco Gallardo Rodríguez.

En el contexto nacional y como parte de esta estrategia, el gobierno de Enrique Peña Nieto, ha permitido hasta el mes de agosto de 2015, un total de 57 mil 410 ejecuciones en solo 32 meses de gestión.

En el sexenio de Felipe Calderón, el semanario Zeta de Tijuana, documentó 83 mil 191 ejecuciones. En la administración de Enrique Peña Nieto, y en solo 32 meses de gestión, se llegó a 57 mil 410 es decir, de mantenerse el promedio de mil 794 asesinatos mensuales, al finalizar su mandato, Peña Nieto, podría superar a Calderón, si llega como lo marca la tendencia, a 130 mil asesinatos dolosos.

Veracruz, “el estado que los tiene todo”, en donde según la publicidad gubernamental, no pasa nada, solo robo de golosinas; ocupa del segundo al décimo lugar nacional, en secuestros, extorsiones, homicidios, fosas clandestinas, cobro de cuotas a migrantes, asaltos a bancos y comercios y es primer lugar en asesinatos y desapariciones forzadas de periodistas, activistas, líderes indígenas, cañeros, y líderes sociales, y está considerado como el cuarto estado, más sanguinario del país.

En años anteriores, Veracruz, señalan las estadísticas, concluyó el sexenio de Felipe Calderón en el lugar número 16, con mil 714 ejecuciones, del 1° de diciembre de 2006 al 30 de noviembre de 2012.

En la administración peñista y en los 32 meses que lleva esta, Veracruz, se ubica ya en el décimo lugar de los Estados más violentos, con 2 mil 189 homicidios dolosos, solo superado por Estado de México (7,771), Guerrero (5,242), Chihuahua (4,742), Jalisco (3,492), Michoacán (3,304), Sinaloa (3,119), Distrito Federal (2,831), Tamaulipas (2,465) y Baja California (2,244).

Pero no solo ese dato da una imagen real de lo que ocurre en Veracruz, sino también el grado de opacidad y la necesidad de ocultar datos estadísticos a la federación, por parte del gobierno de Javier Duarte Ochoa.

OCULTARON DATOS

Esta administración es un claro ejemplo de opacidad de las estadísticas reales en cuanto a homicidios dolosos, pues solo informó a la Secretaría, de mil 786 averiguaciones por homicidios dolosos, ocurridos del 1° de diciembre de 2012 al 31 de julio de 2015, cuando en realidad fueron 2 mil 189 en el mismo periodo.

La administración de Javier Duarte omitió en ese periodo 403 asesinatos dolosos, con la finalidad de disminuir, teóricamente, el alto índice de delitos de alto impacto, logrado en su administración.

Por otra parte, la oficina del Coordinador Nacional Antisecuestros Renato Sales Heredia, fundamenta en su informe, que: “Las estadísticas por índices de secuestros ya ubican al estado de Veracruz en segundo lugar nacional por este delito con 111 casos reportados en los primeros 7 meses de este año”, y reconoció incrementos a nivel nacional en estos delitos.

Ubicándose a la ciudad de Minatitlán, dentro del estado de Veracruz y en el ámbito nacional, como el primer lugar en secuestros, con promedio de un secuestro cada 72 horas.

Coatzacoalcos es segundo, en secuestros y parte fundamental en homicidio y en donde cada 72 horas se comete un asesinato.

Renato Sales Heredia Coordinador Nacional Antisecuestros, informó en un comunicado, que a raíz del incremento en el delito de secuestro trabajan con las 32 unidades antisecuestro del país y se da seguimiento especial a las 10 entidades que reportan 83 por ciento de la incidencia de este delito, entre estos el estado de Veracruz que se ubica en el segundo lugar nacional por delitos de secuestros.

La incidencia de este delito en el ámbito nacional, es la siguiente: del 1°enero al 31 de julio de 2015, han sido denunciados 909 casos. El número más alto lo tiene Tamaulipas, con 158 averiguaciones previas, seguido de Veracruz con 111, Michoacán, con 82; estado de México, con 79; Morelos, 70, y Tabasco, 69. Esto sin tomar en consideración, los secuestros que no se denuncian, por recomendación, de los propios secuestradores y que pueden ser similares al 30% de los casos.

SECUESTRO Y COBRO DE MIGRANTES

Pese a que por estos delitos no se registran averiguaciones previas ni por tráfico de personas en Coatzacoalcos, secuestros y cobro de cuotas, la Casa del Migrante de Saltillo reportó, que Coatzacoalcos, fue el municipio más violento contra la población migrante en 2013 y 2014.

Entre julio y diciembre del año pasado la organización no gubernamental, documentó 113 casos de violación de derechos humanos contra los migrantes.

En su informe, publicó que 42% de los casos de cobro de cuota se produjo, precisamente, en Coatzacoalcos; 23% en Tierra Blanca, y 19% en Orizaba, tres municipios veracruzanos, donde los migrantes son obligados a pagar una cuota de cien dólares.

El sacerdote y activista, Alejandro Solalinde, considera que los migrantes, ocupan también, fosas clandestinas sembradas a lo largo de Veracruz, y pidió perdón para los integrantes del grupo armado “Los Zetas”, de los que dijo, también son víctimas del sistema político-gubernamental y por eso delinquen, y cuánta razón tiene; ellos también son víctimas del sistema que devora a México.

Ante esta situación, el gobierno del estado de Veracruz, y los gobiernos municipales de la entidad, están más preocupados por organizar un magno festejo del grito de la independencia, para entretener a la población, que por resolver, los altos índices de inseguridad en uno de los estados considerados de los más sanguinarios del país.

A todo esto vale interrogar, ¿hay algo que festejar?

Veracruz, actualmente es un estado en quiebra, sus finanzas fueron saqueadas, enfrenta una deuda multimillonaria, la inseguridad está más latente que nunca, no existe ni existirá en los últimos catorce meses obra pública, estatal o municipal, por ende no se verá crecimiento.

En la cortina de opacidad que tienden en el estado y en los municipios, es más sencillo, pagar grupos musicales para mantener entretenida a la población, deseosa de diversión y creyendo que de verdad hay una independencia. Aunque no haya nada que festejar. . .