Trujyper/ Verba
No son Porthos, Athos, Aramís y D´ Artagnan; uno para todos y todos para uno. Son Miguel Ángel, José Francisco, Miguel junior, y Héctor; todos Yunes contra Javier.
A Héctor le ganó la fuerza de la sangre, aunque con retraso de 8 horas su respuesta llegó, a lo que fue considerado una ofensa, en abierto, vertida por el representante del Poder Ejecutivo de Veracruz. La ofensa del regalo de cumpleaños de una caña de pesca, dijo JDO… “aquí también muy cerquita de aquí en El Estero, hay unos peces gordos también muy importantes… y sin importar que sean familiares, también esté presente de las corrupciones evidentes que existen de aquel lado”
Fue su hija Andrea el conducto para enterarnos muchos, de la respuesta oficial tardía del senador priista Héctor Yunes Landa.
Más allá del ¿mito? mediático de aquella noche en Casa Veracruz, de donde salió con sendas “maletas” bien cargadas y a partir de ahí, “bajarle” a su discurso crítico contra JDO, Héctor había optado por mantener una posición de bajo perfil, sin embargo ayer durante la unción del impresentable “Amo de la Cuenca” del Papaloapan, Juan Carlos Molina como usufructuario de lo que queda de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Veracruz, el gobernador Duarte le dio a Héctor donde sí le dolió, en la carga genética de libanés.
A criterio de muchos JDO ofendió al clan Yunes, y Héctor se dolió al castigo; de efectos retardados pero lo hizo por medio de un decálogo.
Sin embargo si su reacción y respuesta de enojo hubieran sido al instante, frente a cientos de reporteros que ahí estábamos, y frente a miles de aplaudidores forzados del priismo local, su enojo tendría en estos momentos otra dimensión, eso sí, de enorme proporción y consecuencia impredecible.
Aún con la pifia hectorina de respuesta tardía, su comentario de que se vio obligado a abandonar el escenario de la obra teatral de “Toma de protesta de la dirigencia estatal de la CNC Veracruz” ya que “..al sufrir una falta de respeto a mi familia y a mi persona, pero sobre todo a millones de veracruzanos que escucho a diario reclamar con toda justicia el castigo a los culpables del saqueo que ha sufrido Veracruz..”. De nueva cuenta aflora su faceta contestataria.
Y digo yo, regresa al equipo de parientes de indisolubles lazos sanguíneos; los Yunes.
El vieeejo cayuco, ya se hace a la maaaar….Héctor el pescadooor, no regresaraaa… No regresará a “Puerto Javi”. Al menos en el tiempo en que habrá de darse el destape oficial a la candidatura priista a gobernador.
Sí Héctor en vez de agradecer el regalo de la caña de pescar frente a los campesinos luciendo sonrisa de oreja a oreja y ojitos pispiretos, hubiera mandado a la chingada a quien se la obsequió, hubiera tirado y pisoteado el artefacto, el efecto buscado por JDO se hubiera revertido al mandatario, pero Héctor no lo hizo; por lo tanto el teatro del enojo tardío, es poco creíble.
Lo que no deja de ser cierto es que Duarte reabrió otro frente, como si no tuviera suficientes, luego que la semana pasada embistieron al alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez por poseer una mansión valuada en millones de pesos, a Chiquiyunes lo acusan diputados priistas rastreros de tener una casota, no de habérsela robado. Pa´la madre con estos diputadetes lambiscones y chupapingas.
El lerdo Héctor pintó su raya, se espera haga frente común junto con sus congéneres (sólo falta sumarse abiertamente el senador panista Fernando Yunes Márquez), contra todo lo que signifique Fidelidad y Duartismo.
Sólo el priista Enrique Peña Nieto puede salvar la embarcación de Javier, ¿lo hará? O dejará que la nave haga agua para que sola se hunda en la profundidad y ningún priista del altiplano achique la inundación del mar azul.
¿Acaso a partir de ayer con esa caña Héctor se dedicará a pescar cachalotes?.
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