Poder judicial de Veracruz, cochinero..

La información vertida en este medio de comunicación, causó no solo polémica, sino que provocó que la censura en el seno del Tribunal Superior de Justicia, se incrementara.

Nos referimos por supuesto, a toda la serie de tropelías, corrupción y demás manejos que vienen realizándose desde la zona donde Raúl Pimentel Murrieta, vive sus últimos días como mandamás del Poder Judicial de Veracruz, por lo que la complicidad y el sometimiento de Alberto Sosa Hernández, con este sujeto, aparentemente estaría por terminar.

Las transas sin embargo se van a seguir dando, llegue quien llegue, pues los pactos celebrados tanto en las reuniones entre los integrantes del Consejo de la Judicatura que a la fecha maneja a Sosa Hernández y este ultimo, difícilmente se romperán.

A unos metros de donde se gestan todos los malos manejos, compadrazgos, la corrupción que acabó con el poco prestigio que el Tribunal tuviera, desde que Pimentel Murrieta se apoderó del Poder Judicial de Veracruz, en los juzgados tanto civiles como penales, ya sean menores o de primera instancia que se ubican en el llamado edificio B del Palacio de Justicia, cada día huele mas a caño cargado de aguas negras.

La industria del Tribunal de lo familiar en cambio, sigue en aumento.

Nueras y consentidas de algunos magistrados siguen negociando todos los asuntos y algunos juniors como Daniel Ruiz, hijo del intocable Magistrado Daniel Ruiz Morales, solo dan paso y solución a los casos en que traen anexo, es decir aquellos que tienen un soporte económico que obligan al junior a trabajar en el Juzgado Civil de Primera Instancia, donde inmerecidamente, es Juez.

Se diría que entonces, para que existen las visitas de revisión a los juzgados, que estarían a cargo de algunos magistrados.

La respuesta es inmediata, solo se visitan y supervisan los juzgados en donde se ubican jueces, contra los que se tiene una indicación específica, generalmente foráneos a la capital estatal, porque ni siquiera los de Pacho o Coatepec, son afectados.

Los feudos de Raúl Pimentel y Emilio Polanco al igual que cada Magistrado tiene con sus ahijados y ahijadas, no se tocan.

Ahora bien cuando una visita se ordena esta exclusivamente debe provenir de la decisión de Pimentel Murrieta, en cuyo cubículo es donde mas hiede.

Si algunos jueces son intocables solo por el padrinazgo desde luego que en el caso del junior Daniel Ruiz, está mas que blindado.

Este parece ser el mismo caso que ocurre con Francisco Hernández Lima, sujeto que se desempeña como Secretario de la Quinta Sala del TSJ, que todo mundo se pregunta que secretos le conoce a los Magistrados Alfredo Algarín, Emilio Polanco y Andrés Cruz, en cuyo nombre, opera todo tipo de negocios con los expedientes e igualmente maneja los criterios que deberìan corresponder a los llamados proyectistas, con los que tiene, desde luego, intereses económicos, que van mas allá del sueldito.

El tal Hernandez Lima, pese a los probados actos de corrupción y hostigamiento sexual hacia varones de su personal, se tornó intocable, para verguenza, una mas, del Poder Judicial de Veracruz.

Al respecto seguramente pronto habrá mas noticias, porque este empleado con ínfulas también de Magistrado, en su loca carrera por la búsqueda de que la Sala siga siendo la mas productiva, a parte del reconocimiento de primer lugar en corrupción, ya es también la que mas amparos en contra obtiene, producto de las tontas e insensatez resoluciones que allí se pronuncian.

Pero Alberto Sosa, está mas preocupado, por las ruedas de prensa, que encabeza, que en cumplir con las obligaciones que como Presidente del TSJ, tiene.
Decir que también es Presidente del Consejo de la Judicatura de Veracruz, en la práctica, es una soberana mentira.