Inaugurarán muestra fotográfica en Montevideo en homenaje a las 43 víctimas de Ayotzinapa

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Fotografía tomada en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, con la nueva camada de estudiantes, los “pelones”
Fotografía tomada en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, con la nueva camada de estudiantes, los “pelones”

Montevideo. El próximo viernes 22 de enero en la Fotogalería Ciudad Vieja, el Centro de Fotografía inaugura la nueva exposición Ayotzinapa: Acción Visual de Marcelo Brodsky.

La muestra consta de fotografías realizadas en el marco de la convocatoria abierta a una Acción Visual Internacional lanzada por el fotógrafo argentino Marcelo Brodsky, en solidaridad con las víctimas de la desaparición y los asesinatos sucedidos en Ayotzinapa, en septiembre de 2014, ciudad mexicana de Iguala, estado de Guerrero.

El principal resultado de esta iniciativa es la conformación de una galería virtual que hace visible el apoyo que, desde fuera de México, se brinda a la lucha que sostienen los familiares de los muertos y desaparecidos. La iniciativa cobró sentido cuando la volvieron suya grupos de personas residentes en diversas regiones del mundo, quienes aceptaron armar y remitir un retrato colectivo que suscribía, con la rúbrica de sus rostros y cuerpos, diferentes variables de un mismo reclamo. La muestra estará vigente hasta el 30 de marzo. Adjuntamos fotos (*)

La muestra

Este proyecto comenzó con una convocatoria abierta que este fotógrafo hiciera pública en noviembre de 2014, después del acto de barbarie que tuvo lugar en la ciudad mexicana de Iguala, en el estado de Guerrero, la noche del 26 de setiembre de 2014. Esa noche desaparecieron a fuerza 43 estudiantes pertenecientes a la Escuela Normal Isidro Burgos, de Ayotzinapa, y fueron asesinadas seis personas, entre ellas tres normalistas, en manos de un cártel de narcotraficantes, al parecer en complicidad con el alcalde local y fuerzas policiales.

Esta modalidad de activismo político se apoyó desde sus inicios en el uso combinado de la fotografía e internet, colocándose en una zona sin demarcaciones tajantes en que pudieron convivir el registro documental, el agitprop de viejo y nuevo cuño, la gestoría comunitaria y el arte contemporáneo. La iniciativa cobró sentido cuando la volvieron suya grupos de personas residentes en diversas regiones del mundo, quienes aceptaron armar y remitir un retrato colectivo que suscribía, con la rúbrica de sus rostros y cuerpos, diferentes variables de un mismo reclamo.

El proyecto fue impulsado por las organizaciones Tlachinollan, que representa a la familias de las víctimas, y Visual Action, que coordinó la acción visual. Se sumaron otras 53 organizaciones académicas, fotográficas, de derechos humanos y de comunicación digital. El principal resultado fue la conformación de una galería virtual en la que se ha hecho visible la dimensión personal y comunitaria del apoyo que, desde fuera de México, se brinda a la lucha que sostienen los familiares y compañeros de los normalistas muertos y desaparecidos. Los retratos compendiados –remitidos desde Japón o Brasil, desde la ciudad de Londres o la de Bologna, desde la Argentina de Buenos Aires o la de Tucumán– son también un tributo a los modestos actos de congregación, fraternidad y solidaridad que hacen posible que un conflicto en principio local se convierta en causa de interés internacional, únicamente por tratarse, como es el caso de la desaparición y muerte de los normalistas de Ayotzinapa, de intolerables violaciones a los derechos humanos. En la plaza pública construida por Acción Visual por Ayotzinapa se confirma que en los tiempos que corren ya no hay fronteras geográficas ni límites nacionales que impidan la participación política del ciudadano común en cualquier asunto relacionado con la integridad de nuestra especie, del planeta que habitamos y del medio ambiente del que formamos parte, así ese ejercicio no pueda ser más que la libre expresión de apoyos o críticas a la distancia.

La notoriedad alcanzada por los crímenes de Iguala permitió reconocer que la muerte violenta y la desaparición forzada no eran asunto exclusivo de esa localidad del estado de Guerrero y que su rastro atravesaba buena parte de la república mexicana desde muchos años atrás, abonado por el atraso social, la precariedad económica y la corrupción de los aparatos gubernamentales. El accionar ilegal e impune de organizaciones criminales y de corporaciones policiacas y militares, frecuentes socios en lucrativos negocios clandestinos, es parte de una historia truculenta escasamente documentada de la que el caso Ayotzinapa es, por desgracia, sólo uno de sus episodios.

Ayotzinapa era un nombre desconocido en el mundo pero que ha quedado grabado para siempre en la conciencia de millones. Sede de una escuela rural que sobrevive a duras penas, se ha convertido en una prueba flagrante de que la desaparición forzada de jóvenes en nuestro continente no es asunto del pasado. Un mal que empezó con las dictaduras y los conflictos armados pero que ha sido imitado con ferocidad por el crimen organizado, secundado por la renuncia o la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad y la vida de sus habitantes.

Texto elaborado a partir de versiones anteriores escritas por Alfonso Morales y Ricardo Brodsky para el libro Ayotzinapa. Acción Visual, publicado por Marcelo Brodsky en 2015.

 Primera foto de la campaña Visual Action por Ayotzinapa. Colegio Nacional de Buenos Aires. Buenos Aires, Argentina Foto: Marcelo Brodsky, 2014
Primera foto de la campaña Visual Action por Ayotzinapa. Colegio Nacional de Buenos Aires.
Buenos Aires, Argentina
Foto: Marcelo Brodsky, 2014

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