Educación: los prodigiosos miligramos

Wenceslao Vargas Márquez

Se sabe que la reforma educativa mexicana y su más sensible arista (la evaluación docente) no han avanzado como deberían en el México de la improvisación y de la falta de presupuesto; más por el México de la improvisación pues la reforma y las evaluaciones han sido improvisadas en todo. Las pruebas de esta afirmación están en tantas posposiciones y cancelaciones de sus más variadas actividades.

En junio de 2015 el secretario Chuayffet de la SEP pospuso una semana las evaluaciones docentes y casi lo fusilan los grupos de la ultraderecha que usualmente desean ver riachuelos de brillante sangre cursando en la resplandeciente arena. Un año después las autoridades pospusieron varios meses (no una semana) las evaluaciones docentes y se canceló la evaluación a alumnos conocida como Planea y esos mismos grupos que denostaron y casi fusilan a Chuayffet, perdonan hoy, sospechosamente, a la SEP y al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE). Hecho esto, hechas estas posposiciones impunes y estas cancelaciones sigue el reto de recomponer el camino andado que ha sido un muy breve camino en tambaleantes metros, de una larga marcha de enérgicos kilómetros. Estamos en el túnel de marcha de la evaluación educativa pero la cosa no funciona. ¿Qué hacer?

Veamos: Durante un mismo día, el viernes 20 de febrero de 2016, saltaron a los medios dos notas paralelas, una anunciando el cese de 15 mil docente en términos de ley y otra del INEE anunciando medidas para corregir las fallas de la evaluación. Veamos primero la nota de prensa de un diario nacional que decía lo siguiente: “Fuentes de la SEP indicaron a Excélsior que son más de 15 mil profesores los que no presentaron ninguna de las tres pruebas que solicitaron para evaluar la práctica docente, de modo que serán cesados del servicio educativo por haberse negado a participar en este proceso”.

El medio informativo decidió mantener el anonimato de la fuente de la SEP que da por hecho que 15 mil docentes serán cesados en los términos de la ley docente. Es importante notar en el párrafo que se alude a que serán cesados quienes no se presentaron a “ninguna de las tres pruebas” confirmándose que basta con presentar una etapa es suficiente. Con una basta. Pero el dato duro es que la SEP contempla mandar a la calle a 15 mil docentes. Esto sería imperdonable que ocurriera entre muchas otras poderosas razones por la falta de autoridad moral de quienes firmen los ceses pues la evaluación docente ha sido sellada por un desorden desproporcionado.

Ninguna autoridad educativa nacional debe permitirse firmar el cese de docente mexicano alguno dado el desorden con que han actuado todas ellas. Además ninguna se disculpa y ninguna renuncia. El diputado federal presidente de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, de la Vega Membrillo, tuvo el tino de adjetivar así a principios de 2015 al desarrollo de la evaluación docente ante líderes de bachillerato: “un marco de desorden”. Si la autoridad es desordenada no puede permitirse cesar a nadie y si esto no es un principio del derecho, sí es un proncipio de la decencia y la congruencia. Hasta aquí la nota (de cierta fuente anónima de la SEP) conteniendo la amenaza del cese de 15 mil docentes. Preguntas finales: ¿Por qué la SEP optó por el anonimato para filtrar el dato? ¿Por qué el diario decidió mantener ese anonimato?

Veamos ahora cómo se supone que se corregirá todo para lograr la culminación en esta idolatría por la calidad: El INEE ha hecho un balance del caos y ha hecho por su cuenta la lista de remedios (caseros, no hay presupuesto) para solucionarlo todo. Además de esta autocrítica del INEE de diciembre de 2015, el propio INEE ha recibido (y parece ser que aceptado) la lista de señalamientos que el SNTE le hizo en enero de 2016 en voz del presidente nacional Juan Díaz. Va hasta ahora un análisis por mes. Febrero de 2016 no podría irse limpio sin que alguien salga a los medios a proponer sus soluciones. ¿Pero quién si ya han salido todos? No todos. En la parte trasera del edificio del INEE, fatigados como hormigas laboriosas y alquímicas, pesando el prodigioso miligramo de Juan José Arreola, se hallan ocultos 18 integrantes docente de base (‘gente detrás de las paredes’) que se ocupa de asesorar al INEE en cuestiones pedagógicas en el marco de la idolatría por la calidad.

Un comunicado del INEE avisa que estos 18 colegas (9 docentes en 18), integrantes del Consejo Pedagógico de Evaluación Educativa (Conpee) del INEE, han dado también su dictamen ante el desorden durante la primera sesión que efectúa el Conpee en este febrero de 2016. ¿Qué recomienda el Conpee? Nada que no se haya dicho antes por el INEE o por el SNTE o por académicos o por docentes ya evaluados. Nada nuevo propone el Conpee. Dice un boletín del INEE que la receta del Conpee es, aislada en un párrafo, la siguiente. Transcripción textual: “Establecer un sistema que proporcione al docente información clara y oportuna, optimizar la coordinación entre las autoridades involucradas, dar a conocer las acciones que corresponden a cada una de ellas, total respeto al maestro en todas las etapas y fortalecer las acciones de tutoría”. Fin de la receta según el boletín 8 del 20 de febrero, fin de la lista de lugares comunes, fin del prodigioso miligramo hallado por el Conpee.

Dijo Arreola: “Los funcionarios del orden público son las personas menos aptas para resolver cuestiones de prodigios y de miligramos. Ante aquel caso imprevisto por el código penal, procedieron con apego a las ordenanzas comunes y corrientes, confiscando el miligramo con hormiga y todo”. Las recetas del SNTE o del Conpee o de quien sea descansan, deben descansar, incluso en el sentido común. No se necesita ser posgraduado en Pedagogía o Didáctica para darse cuenta de los desaciertos y errores. Lo que urge es actuar y eso es lo que no hacen las autoridades mientras amenazan (fuente anónima de la SEP) con ceses masivos y siguen busca y busca prodigiosos miligramos. Concluyamos con Arreola: