Rodolfo Herrera/ Vivir en el Golfo
Al igual que casi la totalidad de los 2 mil 458 municipios y 16 delegaciones de México, hace poco menos de diez años la ciudad de Orizaba lo padecía todo, la ausencia de obra pública, pésimos servicios y corrupción a todo nivel.
El orizabeño común lo había intentado todo con políticos tradicionales del PAN y del PRI, pero los resultados fueron desastrosos, cada gobernante llegó a saquear el pueblo sin resolver un solo problema ni dar un solo resultado ¿Y qué cree? Ninguno de ellos fue alcanzado por el muy corto brazo de la justicia veracruzana.
En el 2008, Orizaba comenzó a sufrir una metamorfosis política y un nuevo gobierno llegó para sustituir a un político tradicional, entonces comenzaron a darse cambios que al día de hoy se pueden constatar.
A diferencia del pueblo que tal vez le haya tocado ver, hoy Orizaba es una ciudad limpia, vigilada, ordenada y la tarea de atraer al turismo nacional y extranjero inició sin esperar a que la mediocridad del secretario de turismo Harry Grappa alcanzara a frenarlos.
Con el slogan “los 10 imperdibles de Orizaba”, los prestadores de servicios advierten que hay 10 puntos de la arquitectura, ecoturismo y cultura que ofrecen y que en su mayoría son gratuitos, como el Paseo del río y reserva animal, el “Palacio de Hierro” que es una estructura desmontable traída de Bélgica en el siglo XVIII y que sirvió como sede del poder local durante 97 años. Además que alberga un museo interactivo espacial, el museo de la cerveza y el museo del futbol, constatando que esa tierra fue cuna de ese deporte nacional. El Museo del arte del estado, el Ojo de agua, el mural de José Clemente Orozco, el majestuoso teatro “Ignacio de la Llave”, la alameda Francisco Gabilondo Soler “Cri Cri”, el teleférico de la Plaza Río y el mercado “Cerritos”, que antes pertenecía a la industria textilera y a cuyo inmueble aceptaron entrar por su propia voluntad todos los vendedores ambulantes, con lo cual las calles quedaron totalmente limpias.
Es más, están ganando dinero a todo que ya hasta se inventaron el turismo fúnebre y todas las noches ofrecen con bastante éxito, los “Recorridos Nocturnos del Panteon”, que es un novedoso atractivo cultural que ha gustado al turismo.
La ciudad tiene un moderno sistema de señalización, todos los semáforos funcionan a la perfección, no hay baches, el pavimentado es eficiente, las calles totalmente limpias, las tiendas de conveniencia no pintarrajean el centro histórico con esos deprimentes colores amarillo y rojo, sino que mantienen un color acorde a la arquitectura local.
Todos los parques están limpios, los árboles podados, las flores si florecen y hay modernos botes de basura por todos lados. Con la advertencia “El peatón es primero”, los transeúntes están seguros, pues tienen preferencia en sus bien señalizadas sus áreas de paso.
Pese a que las vialidades son angostas y limitadas, no hay problemas de congestionamiento pues en todos los cruces impera el paso 1X1 que los locales respetan cabalmente, los taxistas no tratan de ganarle el paso.
El sistema de recolección es eficiente y no hay amontonamiento de basura en medio de las calles durante el día. El sistema de agua y alcantarillado dejó atrás los encharcamientos, pese a que Orizaba no tiene un escurrimiento natural como otras ciudades a orilla del mar.
TODO GRACIAS AL TRIFE
Pero ¿Qué fue lo que sucedió en Orizaba? ¿Qué motivó al orizabeño común a cambiar de fondo? Mire usted, en el 2007, una semana antes de la elección para presidente municipal el Tribunal Federal Electoral, el Trife, destituyó al candidato del PRI Víctor Castelán Crivelli y el tricolor desesperado buscó alguien que los representara bien en la elección, encontrando esa posibilidad en un industrial automotriz residente de Orizaba, pero no fue fácil convencerlo, hasta que el empresario les advirtió que de aceptar y de ganar gobernaría sin presiones del estado, sin recomendados ni compromisos de partido, lo cual el PRI aceptó con desconfianza.
Una vez ganadas las elecciones, el empresario comenzó a gobernar en el 2008 manejando el ayuntamiento como una empresa, a sus amigos constructores los invitó a trabajar advirtiéndoles que solo contrataría mano de obra, los materiales los compraría el ayuntamiento directamente a los proveedores que ofrecieran el mejor precio, se acabó el moche, el diezmo, en esa primera fase se le dieron resultados a la ciudadanía y entonces poco a poco se les invitó a tener confianza en su gobierno y a formar parte de la nueva cultura de orden y progreso de Orizaba, el comercio establecido, los ambulantes y los ciudadanos aceptaron el reto y hoy gozan de una tasa muy baja de desempleo, incluso han aprendido a tenerle confianza al policía y el agente de tránsito como servidores públicos.
Todo eso sucedió cuando los ciudadanos reconocieron que al gobierno llegó un hombre de empresas, de éxito, sin necesidad de robar, con la finalidad de marcar huella entre sus semejantes que hoy residen en mejores condiciones de vida, mientras eso no suceda y sigamos escuchando a los mismos nefastos de los partidos que tan malos resultados dejan en cada cargo que ocupan, el destino seguirá siendo el mismo ¿Ya ve usted? También hay buenos ejemplos, así que usted decide ¿Político o empresario?
Ah se me olvidaba, ese mismo alcalde que volvió a ser electo para un segundo periodo, se llama Juan Manuel Diez Francos.
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Ese hijo de su pinche madre (Manuel Diez Francos) honra la memoria de un pinche dictador, asesino, autoritarista y represor al cual le erigió una estatua (Porfirio Díaz) a pesar de la critica y la oposición del pueblo y dijo que era su héroe (ahora resulta que la revolución y toda la gente que peleo y murió por ella estaba equivocada) y que si la tiraban la volvía a levantar, ademas en tiempos de Fidel Herrera Beltran hizo negocios millonarios vendiendo carros al Gobierno del Estado por medio de adjudicación bajo quien sabe que condiciones y tranzas como ellos acostumbran para beneficiar al entonces gobernador y obviamente a el mismo.