Por Antonio Trujillo y Perdomo/ Verba
Hay certezas demostrables y existen percepciones negativas de las actividades de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz. Es el fenómeno observable en SSP a través de los últimos años.
A unos días de haberse iniciado el último trimestre de servicio duartista, con la titularidad en SSP del Mayor de Infantería DEM, Nabor Nava Holguín ya es perceptible el cambio, inclusive entre la “pinche prensa” frase para la posteridad vomitada por Arturo Bermúdez.
Menciono dos casos de periodistas críticos veracruzanos, cada uno en estilo respetable que convergen en el calificativo final hacia la SSP,.. ya se nota el cambio.. ya no es lo mismo.
Guadalupe Mar y Mussio Cárdenas, entre algunos otros, han cambiado su percepción –digo yo- acerca del comportamiento de los servidores públicos de alto rango, lo menos que dicen es que, ya no es lo mismo de antes.
No debe haber negación para aceptar que la institución ha adquirido equipo moderno y armamento, parque vehicular etc, que gran parte del personal es joven y con preparación profesional adecuada y sin embargo entre los veracruzanos se percibe que el crimen y violencia han aumentado porque así lo marcan estadísticas confiables. ¿Por qué?
Quizá porque se ha recrudecido el enfrentamiento entre agrupaciones profesionales del crimen para arrebatarse “la plaza” y cometer sus fechorías en exclusiva, por ello los desquites atroces y los “calentamientos” de zonas de la entidad, para distraer a los cuerpos policiacos mientras que ellos cometen fechorías.
Otra percepción generalizada es que algunos mandos policiacos, -o elementos de tropa- han estado coludidos con bandas de delincuentes quienes pagarían por protección y encubrimiento; es una realidad que ha dejado de ser percepción. Contra ello poco podrá hacer Nava Holguín, el daño está hecho, solo le resta localizar esos cánceres que aprovecharon el uniforme y cargo y se comportaron como enemigos de la sociedad y proceder contra ellos como lo marca la ley. Castigo ejemplar.
Lo que posiblemente esté a su alcance durante los tres meses que tendrá de actuación en el gobierno de Duarte será señalar errores y abusos de la policía preventiva para corregirlos al tiempo en que deberá tener perfectamente identificadas situaciones que demeriten la función policiaca para resolverlas de la mejor manera.
Pero al mismo tiempo deberá contar con el apoyo gubernamental en cosas elementales como el abastecimiento de combustibles, refacciones, alimentación, equipo armamento. Lo anterior deberá ser entregado en tiempo, sin burocratismos añejos y perversos o debido a directrices equivocadas de gobierno.
Nava es un militar cien por ciento operativo, el discurso político tradicional no le va, las fotografías en prensa, entrevistas, y demás espectáculos para tirar rostro no le quedan; él es de resultados, es institucional y es leal.
Su respuesta a una pregunta de reporteros lo pinta en una frase, “Arturo es mi amigo, pero de ahora en adelante el responsable de la SSP soy yo”.
Por la ética militar adquirida respeta el concepto LEALTAD, en primer lugar a Veracruz y los representantes de los Poderes establecidos, Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Jamás le escucharán ofender o denostar o calificar las acciones buenas o malas de quien fue su jefe, tiene en alta estima aplicar la LEALTAD a sus jefes anteriores, en turno y a las Instituciones. Sobre todo al pueblo, su pueblo.
Difícilmente lo podrán “comprar” grupos delincuenciales, como se rumora lo hicieron con antelación con otros mandos. Nava sólo tiene tres meses para demostrarlo, ser y parecer honesto.
La seguridad está en la misma nave con diferente navegante.
Lo que no deja de ser cierto es que los abusivos desplantes contra 8 millones de veracruzanos del sedicente militar piloto aviador ji ji ji, el Sir Arthur, creyéndose impoluto y decente, contrastan con el espíritu de servicio de un militar de carrera en labores de policía.
Por ello no es creíble que según apunta una nota periodística en un impreso xalapeño un hijo del Secretario de SSP Nabor Nava haya sido sorprendido conduciendo de manera temeraria una patrulla en competencia de arrancones y no es posible porque el hijo de Nava, tiene alrededor de 10 años, ¡coño joder! un niño con alma de Checo Pérez.
En redes sociales han criticado que se ha visto a Bermúdez ex titular de SSP con escoltas de SSP, sin embargo lo que esas redes sociales desconocen es que por LEY un ex titular de la seguridad estatal tiene derecho a ser escoltado por personal oficial durante máximo dos años de haber concluido su encargo, por lo tanto no existe desvío de recursos, ni solapamientos oficiales.
Los que sí están respingando y andan de chivas son algunos empleadillos recomendados de áreas administrativas a los que se les ha recortado o eliminado la compensación mensual, ya sea por estar de talegones, modorros e improductivos. Si demuestran que son leales a la Institución entonces no objetarán cuando les lleguen Oficios de comisión en alguna Delegación del estado por “así requerirlo el servicio”. Total, muerto el perro se acabó la rabia.
Estímulos al trabajo serán en los próximos tres meses para personal operativo, el que arriesga el cuero en los enfrentamientos, el que pasa calores, fríos y lluvias en la batea de la patrulla, el que se parte la madre sin quitarse las botas y el uniforme durante tres días seguidos, esos sí merecen unos pesos extras y no recomendados güevones y nalgoncitas facilonas.
En el mismo barco estarían voluptuosas edecarnes uniformadas de polibarbies que solo servían para calmar el estrés a los ex.
La “pinche prensa” reconoce y acepta el cambio.
Sr. Trujillo. Usted en su artículo ensalza los «valores» militares del srio de la SSP y, me pregunto como con tan altos «valores» no denunció todo lo ilegal que hacía Bermúdez porque bien sabía lo que estaba pasando en la secretaría, y si no lo hizo, cuando menos debió haber renunciado a no ser que tambien recibía beneficios para comprar las residencias que posee en elegante fraccionamiento de Xalapa,Lo justo es que se investiguen sus propiedades . Y de su capacidad, pues ya la estamos viendo: nula.