Por qué el arribo de Yunes al gobierno de Veracruz no es un hecho histórico

Miguel Ángel Yunes Linares gobernador/Fotover
- en Foro libre

José Luis Ortega Vidal/ Claroscuros
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Miguel Angel Yunes Linares, quien se ha convertido desde las 00:01 horas de hoy en gobernador de Veracruz, no representa un cambio histórico en la entidad.
Para llamar histórico a un suceso o acontecimiento se requieren ciertas condiciones; una de ellas es su incidencia estructural en una sociedad determinada: la caída del muro de Berlín representó el final de la guerra fría, por ejemplo.
La Revolución de Cuba que ha contado con varias facetas fue un hecho histórico al culminar la etapa armada que llevó a la caída de la dictadura de Fulgencio Batista en 1959.
En cambio, la muerte de Fidel Castro no es un acontecimiento histórico porque el anciano que encarnizó la conversión de héroe a dictador representó durante los últimos lustros un polémico papel meramente político, simbólico.
El aparato de estado diseñado por Fidel se movía y se mueve desde hace un buen tiempo sin él, al margen suyo, no obstante haber quedado al frente su hermano Raúl Castro…o quizá por eso.
La muerte del comandante, pues, no es más que la crónica de una puesta escénica anunciada.
En México, la ilusión de que el triunfo panista del año 2 mil con Vicente Fox a la cabeza se constituyese en un momento histórico, al final de la docena trágica –incluyendo el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa- sólo fue una decepción histriónica: con un pésimo montaje, ridículos actores y un guión que dictaron los dueños del país que eran y siguen siendo los integrantes de la oligarquía económica, religiosa, política más allá de los partidos.
He aquí, en este punto en particular, donde está la base del argumento escrito en el primer párrafo de este artículo: el arribo de Miguel Angel Yunes Linares a la gubernatura de Veracruz no representa un cambio histórico en la entidad porque la estructura socio-política-económica que él operará seguirá obedeciendo al modelo de poder que nos ha regido en Veracruz desde casi 86 años.
Y no me refiero a que Yunes Linares nació, se formó y sigue siendo priísta.
Que Miguel Angel sólo le haya servido al PAN/PRD para llevar por fin sus siglas al gobierno veracruzano, es lo de menos.
Lo esencial no está en la superficie sino en el fondo de las cosas.
El río, el mar, una laguna, pueden lucir quietas por encima y estar viviendo una turbulencia de grandes dimensiones aguas adentro.
Veracruz luce turbulento por encima y por debajo en los días que corren.
Y es probable –sólo probable- que en dos años la marea salvaje que es nuestra entidad se aquiete.
Por debajo, empero, no hay acciones lógicas que puedan calmar nuestra furiosa mar.
Y menos cuando el PRI y el PAN representan el mismo modelo neoliberal que se implementa en México…
Menos cuando las reformas estructurales impulsadas por Enrique Peña Nieto están fracasando no sólo en Veracruz sino en el país…
Menos cuando es evidente que el PRI teme perder el poder federal en el 2018 y será siempre preferible volver a dárselo al PAN –su igual- que a la izquierda dividida, algunos de cuyos integrantes plantean ajustes a fondo del modelo económico injusto que nos rige…
Menos aún cuando la titular de SEFIPLAN, Clementina Guerrero García nos ofrece datos crueles sobre la deuda que hereda el sexenio que ayer terminó. 
“Si Veracruz fuera una empresa, estaría en quiebra”, nos detalla. 
Y nos expone: nuestro gobierno debe 87 mil 927 millones de pesos.
Este pasivo se divide en 41 mil 529 millones de deuda bancaria y bursátil mientras que 46 mil 398 millones se deben a proveedores.
Clementina Guerrero informó de ello al nuevo Congreso pero no entró en detalles sobre los 35 mil millones de pesos que la Auditoría Superior de la Federación ha denunciado como potenciales desvíos del gobierno duartista.
Tampoco sobre el dinero que se adeuda a los 212 Ayuntamientos e instituciones y sectores.
Sólo Coatzacoalcos reclama 250 millones; Veracruz 50 millones; la UV 2 mil 300 millones; las deudas a becarios, deportistas, maestros, pensionados, por citar dos casos.
En pocas palabras, Veracruz debe mucho más que los 87 mil 927 millones englobados en el concepto de pasivos por parte de la nueva titular de SEFIPLAN.(2)
En toda acción humana hay siempre un instante y un contexto.
El instante en Veracruz es la llegada, hoy, de un priísta vestido de panista al poder estatal.
El contexto es la defensa a ultranza del modelo neoliberal impuesto vía las reformas estructurales que pasa por las elecciones del 2018 y que se juega a través de alianzas: PRI-PAN y desde luego el PRD.
Otro instante y otro contexto están representados por el sistema de partidos –a las órdenes de la oligarquía que concentra la inmensa mayoría de la riqueza mexicana- y la sociedad domesticada, antidemocrática que somos.
Al final del día mayoritariamente vemos la superficie y nos causa flojera investigar el fondo de las cosas…

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