Xalapa, un municipio, sin democracia

Gracias al pésimo trabajo del alcalde Américo Zúñiga, en Xalapa puede ganar MORENA o la aianza PAN_PRD
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Francisco Domínguez Canseco/ El Ejercicio del Criterio

Nuestro municipio, Xalapa, cuenta con una población de 420 mil habitantes, aproximadamente, asentados en barrios, colonias, conjuntos habitacionales y en las congregaciones: El Castillo, Tronconal, Chiltoyac, 6 de Enero y Andrés Montes (Las Trancas), que cuenta con autoridad comunitaria electa (agentes municipales). Las colonias, barrios de la periferia urbana y comunidades rurales (congregaciones) forma parte de la población excluida del municipio. El gobierno municipal se forma con un ayuntamiento compuesto por presidente, síndico y trece regidoras/es, los cuales forma parte del Cabildo, que es el órgano de gobierno del colegido municipal, sin funcionar como tal.

II

El ayuntamiento de Xalapa, gobierna de manera vertical, sin consultar a la población las decisiones que toma, el Cabildo sólo escucha a la población mediante presión política. Los políticos tradicionales que habitan en el municipio y aspiran a gobernarlo habla del gobierno de la ciudad, sin valorar o reconocer que nuestro municipio se conforma también por congregaciones en proceso de urbanización, con actividades agrícolas, que ahora enfrenta la crisis del campo mexicano, migración y una creciente exclusión social.

Los gobernantes que tenemos no están acostumbrados a rendir cuentas, mucho menos a consultar las decisiones que toman. Confunden transparencia con rendición de cuentas, enredan su obligación de informar con consultar a la población, por lo que niegan su obligación de rendir cuentas y consultar. En nuestro municipio se practica el presidencialismo con la población y ante el gobierno estatal -somos la capital del estado donde reside el gobernador- se practica la subordinación política y el ayuntamiento se comparta como regencia.

El derecho a la participación ciudadana no se ejerce plenamente, la participación ciudadana ha sido corporativizada, no existen organismos de participación ciudadana autónomos, que influyan en las decisiones del gobierno municipal. El clientelismo y el paternalismo son los métodos comunes para relacionarse con la ciudadanía, son esos métodos los que han garantizado a los gobiernos del PRI mantenerse en poder municipal. Por ello es “natural” la existencia de diversos grupos sociales que fomentan la subordinación política de la ciudadanía, que lucran sistemáticamente con las necesidades de la población excluida de los servicios públicos y que condicionan el acceso a los mismos a cambio del voto a favor del partido político de quienes gobierna. Esas prácticas políticas pertenecen a la subcultura de la antidemocracia que el PRI ha perfeccionado, y ahora se ha empezado a “naturalizar” en nuestro frágil sistema de partidos políticos; la compra-venta de los sufragios o el cambio del sufragio por bienes y servicios es una práctica que se está generalizada. Nuestro débil sistema de partidos permite que los partidos políticos “imiten” las prácticas clientelares del PRI.

Los gobiernos municipales emanados del PRI, se ha opuesto de manera frontal a reconocer el derecho humano a la participación ciudadana consciente e informada en el municipio, históricamente han mediatizado los intentos por democratizar el municipio, ya que sólo mediante las prácticas clientelares han logrado gobernar el municipio.

III

La democratización de nuestro municipio, pasa necesariamente por la alternancia en el ayuntamiento, la ciudadanía que habitamos el municipio debemos darnos la oportunidad de probar un gobierno diferente a los gobiernos emanados del PRI, nuestro sufragio es una herramienta ciudadana que nos permite cambiar legal y pacíficamente de gobierno.

La alternancia política en el ayuntamiento, puede abrir caminos a la democratización de nuestro municipio. Es una oportunidad para cambiar la formar de gobernar el municipio y con nuestra participación política nos damos la oportunidad impulsar un desarrollo social incluyente que contribuya a disminuir la enorme brecha social de exclusión, que los gobiernos del PRI han construido para lucrar con la pobreza para convertirla en dividendos electorales que le han permitido gobernar el municipio de Xalapa.

Debemos empezar por reconocer que nuestro municipio es también las congregaciones (las comunidades rurales) no sólo la zona urbanizada, nuestro municipio es también las colonias y barrios de la periferia urbana, lugar donde habitan, la población excluida. El municipio es la población, el territorio y sus bienes naturales comunes, las autoridades comunitarias (agentes municipales) sin voz en el Cabildo al igual que ciudadanía y quienes conforma el ayuntamiento. Nuestro municipio es las mujeres, los jóvenes, las niñas y los niños, somos el municipio y tenemos derecho a vivir con democracia, a contar con gobierno cercano a la población, que trabaje con todos y sirva a la población que gobierna. Usted que opina amable lectora o lector.

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