Trump abre el camino a una nueva época

El presidente estadounidense abre una nueva etapa en la historia de la humanidad.
- en Foro libre

Gastón Pardo Pérez

La orden ejecutiva para el reforzamiento de la ley federal sobre organizaciones criminales

En su Orden ejecutiva, titulada Reforzamiento de la ley federal respecto de las organizaciones criminales y la prevención internacional del tráfico trasnacional criminal, el presidente Donald Trump dice:

“Las organizaciones criminales trasnacionales y sus organizaciones subsidiarias, incluidos los cárteles, se han propagado por todo el país amenazando la seguridad de Estados Unidos y sus ciudadanos Esas organizaciones perciben cantidades de dinero por circuitos ilegales incluyendo actos de violencia y el abuso que exhiben en agravio de la dignidad de las personas.

Esos grupos son conductores de crimen, corrupciión, violencia y miseria. En particular, el tráfico efectuado por cárteles de sustancias controlas que han llevado al abuso letal de drogas y la resultante elevación de la violencia criminal vinculada a las drogas. De la misma manera, el tráfico y contrabando de seres humanos por grupos criminales trasnacionales, ha elevado los riesgos para la vida humana. Esos crímenes y muchos más han enriquecido y dotado de poder a esas organizaciones en detrimento del pueblo de Estados Unidos…”.

El presidente estadounidense abre una nueva etapa en la historia de la humanidad. Única oportunidad para contrarrestar paulatinamente a las presiones en favor del caos y la incertidumbre deliberadamente colocadas por el sistema financiero que ha degradado la vida pública de todos los estados. Sin embargo, no es tarea fácil.

Estamos en medio de un proceso de incertidumbre en el que intervienen lo mismo organizaciones trasnacionales que ciertas organizaciones no gubernamentales y entidades del crimen organizado, sin fronteras a las cuales deban ajustar sus métodos, en la medida que actúan como empresas que aparecen apoyadas en dispositivos geopolíticos desestabilizadores y en movimientos migratorios que son los actores caóticos mayores del momento.

Depende ese proceso en el que sólo la embajadora es capaz de hablar pues ya es insoportable no sólo de la presencia de núcleos crísicos (caracterizados por la carencia de recursos por parte de la clase política para resolver una complejidad), determinados para permanecer en el campo estricto de la teoría, sino de su cantidad y violencia de la que no escapa ningún centro vital, El Sistema todo lo incluye en su caída, y por ello es un terreno propicio para la Guerra de cuarta generación (G4G).

No hay duda de que EE.UU. se encuentra sumergido en un caso excepcional de G4G porque en su dinámica están implicados a la vez la “nación excepcional” (EE.UU. y el Sistema. Esta referencia al anfitrión del desastre que es el Sistema, no ha sido ni siquiera tomada en serio con la profundidad que doña Roberta Jacobi dirige a los mexicanos una síntesis diplomática de las palabras presidenciales por las páginas del diario La Jornada.

Si bien el portal belga dedefensa.org los considera (a la mayor potencia y al Sistema) sinónimos, los geopolíticos proceden teniendo siempre presente que la suerte del país significa la suerte del Sistema y que, mientras dure, el periodo de desintegración del país (y de su vecino del sur) correría la suerte del Sistema.

Por otra parte, la finalidad de la dinámica crísica que se ha intensificado a partir de 2017 con la oposición infame a la llegada al poder presidencial de Donald Trump el diagnóstico adecuado para la gran potencia es catastrófica, cuestiona al Sistema mismo, de manera necesaria e inevitable. De tal manera, la G4G actúa como pez en el agua como una variable combatiente y una forma informe paradójica–, capaz de afectar de manera decisiva al Sistema; la lógica final   desemboca en la G4G como forma-informe de guerra incubada por el Sistema en la medida que es des-estructurante. Mientras la dinámica autodestructora se prepara a asistir a la cita, y México tomado de la mano del Sistema que se autodestruye es el invitado principal.

Estados Unidos está amenazado por una G4G, que es un nivel categorial de una “guerra civil”. El proceso ha sido preparado, dicen los analistas bienaventurados, para una “G4G de baja intensidad” bajo la forma de lucha de gangs que incluye a la NED, a los estrategas católicos, a las iglesias protestantes y al pentecostalismo amorfo además de los clanes mafiosos o no. Un conglomerado que tiene puesta la mirada atenta sobre el campo del crimen organizado con la droga la droga como principal dominio mientras haya lugar a que se dude de la eficacia reparadora de sus múltiples ramificaciones políticas (con la implicación de los servicios como la CIA y mutatis mutandis, del Cisen de México); en este nivel preliminar, las convulsiones son aceptables por la estructura de dirección pública de los estados.

Pero Europa ha pasado a una etapa de la G4G de intensidad media, con periodos de comunicación y un conflicto de deslegitimación de todo Un quebrantamiento jurídico permanente, y una presión social a la medida del nuevo conflicto, todo eso en una dinámica sin solución de continuidad y sin que al alcance de la vista haya alguien que lo resuelva. Esta nueva etapa es de una tensión psicológica considerable que impone la percepción de imposibilidad también estructural de una vida en común entre grupos opuestos entre sí. EE.UU. está hoy dividido en dos grupos irreconciliables, cuya vida común será imposible. El secesionismo en México y Estados Unidos está a la puerta de la esquina

Es impostergable la guerra total en el sentido que le dio Sheridan en el valle de Shenandoah, en la campañaOverland conta los confederados. No medias tintas ni compromisos a la mitad del camino con el enemigo son aceptables. No se trata de una campaña antidrogas. Se trata de una guerra, y el único resultado aceptable es la destrucción de las organizaciones criminales llamadas cárteles o gangs y la neutralización de las mafias o la rendición incondicional de los portadores del Mal.

El momento no está para cruzar los brazos. El mensaje del presidente Trump coincide absolutamente con las previsiones de dos geopolíticos y criminólogos, que han sido materia de enseñanza en el Instituto de Criminología de París: Alain Bauer y Xavier Raufer. Son autores de varias asignaturas en materia de seguridad de los estados y han postulado un método de percepción del hecho criminal y sus portadores que se denomina Décelement précoce o diagnóstico oportuno. Mencionaron muchas veces la noción de zonas grises en relación con las áreas que las ONGs ecológicas señalan como susceptibles de ser consideradas áreas protegidas para que salgan de la soberanía de los estados nacionales. La conjugación de los esfuerzos de los franceses en la academia con los guardianes de la seguridad en Estados Unidos sería un paso adelante irreversible.

Libros imprescindibles para entender el presente:

Jalife, Alfredo. Geopolítica del yihadismo global, México, Orfila, 2016, 255 pp.

Lemus, J. Jesús, Tierra sin Dios, Grijalbo, México, 2015, 372 pp.

Meyer, Jean, La cruzada por México, Tusquets, México, 2008, 339 pp.

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