Fronteras y pasaportes inteligentes

- en Foro libre

Por Lucía Arias

La modernización de la infraestructura fronteriza es un tema que resuena en las políticas de casi todos los gobiernos latinoamericanos en el último tiempo. El caso más reciente es el de Guatemala y México. Ambos países se pronunciaron sobre la necesidad de crear fronteras inteligentes, es decir, fronteras seguras y ágiles.

El dinamismo es un aspecto vital del tránsito migratorio. Como así también lo es, la seguridad. El problema es mantener ambos elementos, en su potencia máxima para asegurar que la movilidad de las personas y el intercambio comercial se logren bajo los estándares de seguridad necesarios disminuyendo los tiempos del proceso.

Es por eso que algunos países comenzaron a buscar soluciones para poder mantener una política de apertura, garantizando una máxima seguridad. En este contexto, Guatemala está promoviendo la creación de una frontera inteligente con México. “Esto permitirá un intercambio comercial más unido y mejorará los procesos migratorias y aduaneros en los 8 puertos fronterizos existentes”, aseguró el presidente Jimmy Morales.

México también celebró la idea. Para el presidente del país vecino, Enrique Peña Nieto, la creación de una frontera inteligente con Guatemala, es una forma de demostrarle a Donald Trump que hay otras alternativas a la construcción de muros y así lograr una mejor integración regional.

La información es poder, sobretodo cuando puede ser utilizada para prevenir. La idea de una frontera inteligente, se basa en la construcción de una base de datos biométricos para facilitar el movimiento entre fronteras y acelerar el flujo migratorio a través de controles ágiles. El registro biométrico recolecta información sobre las personas a través de sus huellas digitales o por ejemplo, a través del iris de sus ojos, para poder llevar a cabo la identificación por reconocimiento facial. Esa es la clave de la cuestión. En lugar de aplicar políticas proteccionistas, que van en contra de la libre circulación, se refuerzan los sistemas de seguridad.

Las fronteras inteligentes son una tendencia en Europa. Tras la amenaza terrorista, la Unión Europea comenzó a plantearse nuevas formas de asegurar sus fronteras. De esta forma, varios aeropuertos comenzaron a instalar puertas automáticas. Por ejemplo, en el aeropuerto Lyon-Saint Exupéry, se implementaron puertas biométricas desarrolladas por la Imprimerie Nationale de Francia, una de las empresas referentes en esta actividad que recientemente adquirió la actividad de gestión de identidad biométrica de Thales. Lo que demuestra que el impacto de la biometría es tal, que las empresas están reforzando sus sistemas para poder desarrollar esta actividad.

Pero llevar a cabo una modernización del sistema migratorio no es tarea simple. De hecho, Guatemala se enfrenta a una situación difícil en su propio país al intentar solucionar los problemas relacionados a la emisión de pasaportes. En los últimos meses, se registró una gran dificultad a la hora de identificar a los guatemaltecos que residen en el exterior, debido a la falta de cartillas para emitir pasaportes.

Al mismo tiempo, la Dirección General de Migración (DGM) aseguró que para el 2018 se tiene previsto renovar el sistema y emitir pasaportes biométricos. Tal como lo han hecho otros países de la región, como Chile, Colombia y Perú en el último tiempo. En el caso de Perú, el gobierno llevó a cabo una modernización del sistema migratorio a través de la implementación del pasaporte biométrico desarrollado en alrededor de 9 meses, que además de destacarse por sus máximos estándares de seguridad, es uno de los más baratos de la región. Las autoridades migratorias del Perú también activaron puertas biométricas en el aeropuerto Jorge Chávez.

El pasaporte biométrico es una garantía de seguridad y es además, uno de los requisitos para acceder a la exención de visado para el ingreso a diferentes países. Por ejemplo, la implementación del documento biométrico le permitió a Chile convertirse en el primer país de Latinoamérica en ingresar al programa de exención de visa de Estados Unidos. Colombia y Perú, por su parte, fueron eximidos del visado para ingresar al espacio Schengen, una vez que reforzaron la seguridad de sus documentos, al reemplazarlos por pasaportes electrónicos.

Recientemente, Guatemala recibió una advertencia. Según un índice global presentado en las últimas semanas, los ciudadanos guatemaltecos son los que más restricciones tienen para viajar, en comparación con el resto de los países de América Latina. La implementación del pasaporte biométrico modificaría esta situación, permitiéndole a los ciudadanos acceder libremente a más países.

Siguiendo estos datos, es necesario que el gobierno se comprometa a realizar cambios en el sistema migratorio. La configuración de fronteras inteligentes, como las que prometió el presidente Jimmy Morales, es algo que requiere un cambio profundo. Antes se deben destinar los esfuerzos a la normalización de la emisión de documentos y recién a partir de ese momento se podrá pensar en una estructura mayor. Las fronteras con tecnología inteligente no sirven de nada si el sistema no está actualizado. Primero se deben implementar pasaportes biométricos que coincidan con los sistemas instalados en las fronteras, para poder analizar la información que contienen los documentos electrónicos.

Hoy en día, la información es capaz de determinar las políticas migratorias de un país. Si se quiere implementar una política de apertura, se deben garantizar los sistemas para lograrlo. El análisis de datos permite identificar a aquellas personas que no cuentan con los requisitos para ingresar al país. Esto permitirá demostrarle a quienes intenten ingresar ilegalmente al país o llevar a cabo actividades de contrabando, que existe una barrera. La frontera inteligente es esa barrera. No es un muro, sino un freno impuesto, nada más y nada menos que por la tecnología y la información.

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