Veracruz: en lo adverso y la enfermedad

La pobreza y enfermedad se apoderan de veracruzanos tras casi 90 años del PRI en el gobierno
- en Foro libre

Por Carolina Gómez Vinales/ Columna de Opinión

A principios de este mes revisé el último Boletín Epidemiológico que estaba disponible en la página web de la Secretaría de Salud Federal, relativo a la semana 26 que abarca del 25 de junio al 1º de julio de este año; y me encontré con la desafortunada noticia que también andamos mal en algunos temas de salud pública.

De acuerdo con dicho boletín, Veracruz ocupa el primer lugar nacional en cuanto al número de casos de tuberculosis registrados este año: 601 son mujeres y 352 son hombres. Es decir, un total de 953 personas padecen esta enfermedad más aquéllas que han sido registradas en años anteriores. El control de la tuberculosis se ha venido complicando gradualmente por la aparición de casos de infección conjunta por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), la Diabetes Mellitus (DM) y por la resistencia a los fármacos.

El Inegi señala que en Veracruz viven 8.1 millones de personas, de las cuales, 61% de la población es urbana y 39% rural. El estado está organizado en 11 Jurisdicciones Sanitarias y es la tercera entidad federativa del país con presencia indígena después de Chiapas y Oaxaca, con aproximadamente 10% de población indígena que habita en Veracruz. Entre las principales causas de muerte de los veracruzanos, según el Censo de 2015, fueron las enfermedades del corazón, la DM y los tumores malignos. Somos campeones al ocupar el primer lugar por problemas de obesidad, sobrepeso y DM.

Menciono lo anterior, para tener un contexto de por qué es relevante la información sobre la Vigilancia Epidemiológica de la Semana 26 de 2017. La tuberculosis es una enfermedad curable y prevenible. Se transmite de persona a persona, cuando un enfermo tose, estornuda o escupe. A lo largo de un año, un enfermo tuberculoso puede infectar hasta a 15 personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la tuberculosis es una de las causas principales de defunción en las personas con VIH. En 2015, 35% de las muertes asociadas al VIH se debieron a la tuberculosis.

La DM y la tuberculosis son enfermedades crónicas con altas repercusiones en la población. Y es un binomio muy riesgoso, porque la diabetes disminuye la función inmunitaria y aumenta el riesgo de contraer la tuberculosis. Ésta también es una enfermedad que se asocia a la pobreza y desnutrición. El tratamiento dura en promedio seis meses (nueve en caso de ser diabético y 12 si tiene VIH). Por eso es tan difícil curarla, pues muchos pacientes suspenden el tratamiento o bien no lo toman en forma correcta y en estos casos las bacterias pueden volverse resistentes a esos medicamentos.

La diabetes también es una enfermedad prevenible. Los síntomas de alerta son sobrepeso y comorbilidades como la presión arterial alta, el sedentarismo, la mala alimentación. La propia carga genética es un factor de riesgo. Así que quiero resaltar que las autoridades sanitarias del estado deben poner énfasis en los tratamientos de aquellas personas diabéticas que no están bajo control médico.

La prevención y promoción de la salud debe ser una de las tareas prioritarias para el secretario de Salud del estado, el doctor Arturo Irán Suárez Villa, quien, por cierto, ya lleva más de seis meses en el cargo. Aunque su experiencia reciente es en el estado de Puebla, su formación académica revela que es un médico con suficientes capacidades para mejorar la atención médica que demandan los veracruzanos.

La situación de las finanzas estatales puede ser un argumento que impida crear nuevos programas y atender los retos más urgentes en los que a salud pública se refiere. No obstante, es evidente que hay un obvio rezago en los programas preventivos y en el abasto oportuno de los medicamentos. Esto último es preocupante porque los pacientes diabéticos y tuberculosos no pueden dejar de ingerir sus medicinas diariamente. Esto, como vimos, complica su ya deteriorada salud.

He seguido algunas de las actividades del doctor Suárez y lo veo enfocado a concluir las obras que dejó inconclusas el gobierno del impresentable señor Javier Duarte. Sería deseable que no dejara pasar esta alerta sanitaria y responda ante su deber público. A esta administración sólo le quedan unos meses, y debería actuar para enfrentar este nuevo reto en salud pública. Los veracruzanos merecemos algo más que los vaivenes mediáticos por nuestra mala fortuna. www.excelsior.com.mx

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