Por Gastón Pardo
El 18 de marzo de 1938, hace ochenta años, el general Lázaro Cárdenas en funciones de Jefe del Estado, elegido por los sufragistas mexicanos en 1934, decretó la expropiacióin del petróleo en favor de la nación, no de su usufructo en beneficio de la burocracia parasitaria como ocurrió apatir de 1940 cuando reemplazó en la presidencia el general Manuel Avila Camacho al expropiador Cárdenas.
Todos los mexicanos han escuchado alguna vez en su vida la esperanza que nació con el acto expropiatorio porque el apoyo dado por la clase trabajadora a las medidas del nacionalismo mexicano expresadas por el Partido Revolucionario Mexicano, fue el puntal social que el Ejecutivo federal necesitaba para emprender la independencia económica.
León Trotski, en ese entonces beneficiario del derecho de asilo que le transmitió el presidente Cárdenas, escribio un folleto titulado Los sindicatos en la época del imperialismo, dedicado, a la vez, a apoyar a Cárdenas y a analilizar el bonapartismo que según el revolucionario ruso, es una vocación caudillista perfilada en los grupos militares nacionalistas en varios países en esa época.
Pero no todo ha sido felicidad
El 18 de marzo se había dado, en efecto, un paso histórico para el desarrollo nacional, pero hubo una crisis cuando don Jesús Reyes Heroles siendo director de Pemex en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, después de recibir el informe anual en 1967 de manos del tuxpeño, decidió la no renovación de los cinco “Contratos Riesgo” que entre 1949 y 1951 Petróleos Mexicanos había suscrito con empresas privadas petroleras.
Tales documentos establecían un periodo para la exploración y perforación de pozos y señalaban, como remuneración por parte de Petróleos Mexicanos en favor de ellas, del reembolso total, sin plazo de vencimiento, de los gastos e inversiones por trabajos ejecutados, con valor del 50% de los hidrocarburos producidos por los pozos perforados, y una compensación que iba del 15% al 18% del valor de la producción por un periodo de veinticinco años .
En el Informe y documento denominado “México y su Petróleo” don Jesús Reyes Heroles puntualiza:
“Cabe advertir que cuando se firmaron estos contratos no había impedimento legal para hacerlo, pues la reforma que prohibió celebrarlos es del 29 de noviembre de 1958 y la que ordenó la insubsistencia de los existentes, fue del 20 de enero de 1960”. El denominado Contrato de Tierra Sumergida (inspiradora del ridículo “Tesorito Escondido en el Fondo del Mar” del presidente Felipe Calderón Hinojosa y el malogrado Secretario de Gobernación y empresario petrolero español Juan Camilo Mouriño) se había firmado el 5 de marzo de 1949 con empresas de un grupo denominado CIMA y abarcaba la exploración y perforación de una zona de 400 kilómetros de largo por cinco de ancho en el litoral comprendido entre la Barra de Santecomapan, Veracruz y Puerto Real en la Isla del Carmen Estado de Campeche.El de tierra firme de la misma fecha comprendía un área de tres estructuras geológicas que, por sustituciones previstas contractualmente llegaron a ocho, en los estados de Campeche, Tabasco, Veracruz y Nuevo León con una superficie de 456 kilómetros cuadrados.Enrique Pastor Cruz Carranza en Voces del Periodista informó: «El apocalíptico derrame de la plataforma British Petroleum en el Golfo de México, el gobierno dio una explicación casi magistral de los movimientos de las corrientes y la baja probabilidad que sus efectos lleguen a costas de nuestra país.(Mientras la compañía British Petroleum (BP), dice wikipedia, trataba de resolver el derrame de petróleo provocado el 20 de abril de 2010 tras la explosión y posterior hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México, las últimas cifras aportadas pusieron de relieve la gravedad del derrame.
El accidente dejó 11 muertos y tuvo repercusiones ambientales. Pocos saben que la empresa británica no limpió las aguas del Golfo porque sabía que no tardarían en sumergirse. Hay dudas de que la tapadera colocada sobre el tuvo puesto al descubierto con el accidente está completamente cerrada). Sigue Cruz Carranza:
«De la primera respuesta, solamente recordamos la diligencia y alta capacidad de respuesta demostrada en el accidente de la plataforma Usumacintaen el Golfo de Campeche, cuando, por no atender reportes meteorológicos, hubo un accidente en el que perdieron la vida, 22 trabajadores, a quienes un grupo de notables encabezados por el Premio Nobel de Química, Mario Molina, y presuntos expertos jurídicos y morales «de intachables probidad», recomendados por la UNAM y el IPN, entre otros que dictaminaron la inocencia de la Secretaria del Trabajo y la Previsión Social.
«Los empresarios de la Central y Pemex, sentenciando que los culpables de la tragedia en las mandarinas de desecho y equipos caducos de salvamento fueron los trabajadores ahogados entre las aguas de pestilente complicidad sin castigo».
¿Sería posible una auditoria en los Estados de la república a sus políticos activos, como un día solicitó el director Jesús Reyes-Heroles González Garza, hijo del otro Jesús Reyes Heroles, para tener una idea del rumbo y destino de tantos millones de pesos en los últimos treinta años de administrar la abundancia? ¿Por eso los gobernadores no reclaman la participación en los actuales excedentes?
Nadie evocó en los últimos 30 años el destino del disel subsidiado, las aportaciones de especie, los daños colaterales a las actividades productivas no petroleras que se ven afectadas, como la actividad pesquera que dispone de más de 60 mil kilómetros cuadrados de áreas restringidas y los autores de la contaminación horizontal y vertical de PEMEX han gozado de impunidad absoluta. Las razones de estar iniciando trabajos en áreas naturales protegidas como las de Centla en Tabasco y La Laguna de Términos en Ciudad del Carmen Campeche.
Ha quedado pendiente la indemnización a los propietarios de la parcela 57 de Poza Rica, quienes sólo reciben promesas dilatorias de la Unidad de Relaciones Externas y Comunicación. Esta unidad ahora en manos de personal outsourcing, es arbitrario y majadero. Han prometido que no pagarán por ningún motivo ese adeudo. Veremos lo que opina el actual Director general de la paraestatal que no anda por las ramas.
Esa Unidad de Relaciones Externas es una pesadilla para los ciudadanos. Su labor consiste en fundamentar la aplicación de tabuladores que los perjudicados nunca han visto para indemnizar casos específicos de daños. Su misión es la de engañar al público con un supuesto beneficio nacional que no es identificable.
¿Quién es el director general de Pemex que protagonizará la transición?
El Presidente Enrique Peña Nieto, nombró a Carlos Alberto Treviño Medina nuevo director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), en sustitución de José Antonio González Anaya. La designación por el ejecutivo federal no ha cumplido aún medio año.
Carlos Alberto Treviño Medina se ha desempeñado como director corporativo de administración y servicios de Pemex. Es egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), donde cursó la carrera de Ingeniero en industrias alimentarias y obtuvo maestrías en administración de empresas y en ciencias con especialidad en ingeniería de alimentos.
En Petróleos Mexicanos (PEMEX) tuvo un desempeño sobresaliente como director corporativo de finanzas y en dos ocasiones como director corporativo de Administración.
Entre otros cargos, ha sido oficial mayor en las secretarías de Economía y de Energía. Asimismo, se desempeñó como subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, director general de Financiera Rural y director de Finanzas en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
González Anaya fue designado como secretario de Hacienda y Crédito Público por Peña Nieto este 27 de noviembre de 2017. Fecha en que recibió el nuevo encargo de director general de PEMEX. Treviño- Medina las tiene todas consigo para ser protagonista en el proceso de Transición que instalará en el poder público federal a un equipo del que muoho espera la nación tantas veces traicionada. Movimientos políticos decisivos después de los resultados electorales de julio próximo.
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