AMLO: No es Santa Lucía Vs Texcoco, es México Vs México

AMLO sus malas decisiones le están costando al pais muchos millones y está regresando a las políticas del pasado que ya hundieron a México
- en Foro libre

José Luis Ortega Vidal/ Claroscuros

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En el Claroscuros previo planteamos las tres opciones que surgirían a partir del resultado de la mal llamada Consulta Nacional sobre la construcción del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

No puede ser nacional una consulta que sólo le dio oportunidad de votar a un número acotado de ciudadanos dado que apenas en la quinta parte de los más de 2460 municipios que hay en el país se instalaron casillas.

Añadamos que las boletas canalizadas eran insuficientes para el número de empadronados en el Instituto Nacional Electoral, cuyo punto de referencia es el único válido en ese sentido.

Ayer, Andrés Manuel López Obrador anunció que el nuevo aeropuerto surgirá a partir de una ampliación de la base aérea militar número 1 de Santa Lucía, en el estado de México, lo que representa el cierre del proyecto de Texcoco, iniciado durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.

En mi vida me he subido en tres ocasiones a un avión y una de ellas fue -por razones médicas- bajo la condición de un coma inducido así que no cuenta…

Unos tres o cuatro momentos trepé a helicópteros: el primero cuando cursaba el jardín de niños y nuestras brillantes maestras nos sacaron de paseo; el resto fue para trabajos reporteriles…

Eso es todo lo que sé sobre aviones así que no me atrevo a opinar sobre temas técnicos de alturas, rutas, condiciones de despegue y aterrizaje que permiten el complejo funcionamiento del transporte aéreo.

En materia de macroeconomía tampoco soy una autoridad aunque me queda claro que Milton Friedman -ganador del Premio Nobel de Economía en 1976- es considerado un punto de referencia fundamental del Neoliberalismo que impulsó desde la Escuela de Chicago.

Ahí formó a un sinnúmero de economistas que terminarían asesorando a gobernantes del tercer mundo; destacando un grupo de chilenos que trabajarían antes y luego del golpe militar de Augusto Pinochet, en el diseño de la política económica de su país.

El mexicano Francisco Gil Díaz fue alumno de Friedman e impulsó desde los años 80s del siglo XX el Neoliberalismo en México, durante el gobierno de Miguel De la Madrid Hurtado pero sobre todo en el presidente Carlos Salinas de Gortari.

Los tecnócratas y los «Chicago boys» del nopal llegaron al poder desde entonces y han privatizado todo lo que han podido.

Con Ronald Reagan y Margaret Tatcher como ejemplo, el Neoliberalismo de huarache se trepó al caballo de la modernización del país e intentó llevarnos a un primer mundo al que no hemos podido arribar.

Primer mundo que hoy en día padece profundas problemáticas neoliberalistas, ideológicas, de pugnas políticas sin remedio y sujeto a una carrera donde China -por citar un caso- representa un contrapeso geopolítico para el imperio: Estados Unidos.

Pero bueno, volvamos a nuestro pequeño país tercermundista o en vías de desarrollo que ha rebasado las tres décadas con su modelo económico Neoliberal en cuyo contexto se inscribe el tema de un nuevo aeropuerto internacional.

Texcoco o Santa Lucía no representan una disputa por aviones…

La consulta nacional no fue tal…

El anuncio de López Obrador que echa por tierra inversiones que rebasan los 100 mil millones de pesos cuyas afectaciones terminarán en tribunales internacionales, es la crónica de una decisión anunciada desde los tiempos de campaña de AMLO…

En medio de toda esta historia hay un dato claro: ese grupo conformado por políticos e inversionistas a los que AMLO llama la mafia en el poder son simpatizantes de que México siga por el camino del Neoliberalismo…

AMLO y el grupo de seguidores elegidos para votar entre Santa Lucía o Texcoco sin tener una idea sobre las implicaciones técnicas del tema y tomando parte de un teatro llamado Consulta Nacional, están en contra del modelo Neoliberalista…

El tema de fondo va por ahÍ: es político, ideológico, de intereses financieros poderosos.

En lo particular, dentro de lo poco que entiendo sobre las ideas de Milton Friedman, una de ellas consiste en plantear que la liberación total del mercado de manos de la participación del Estado generaría mayor desarrollo económico y éste, bajo mecanismos intrínsecos de eficiencia, impulsaría el desarollo democrático…

Durante años el Neoliberalismo no ha traído ni democracia ni desarrollo ni justicia social…

Las cifras del CONEVAL y el INEGI son devastadoras: hoy en día hay más de 50 millones de pobres en México, en una población que rebasa los 120 millones de ciudadanos.

El 1 % de la población general del país es poseedor de más del 28 % de la riqueza nacional y el resto se queda entre las clases alta-media, alta-baja, media-alta, media-media, media-baja…

Son grupos que tienen para un coche, una vivienda, comida y para ir al cine o contratar Netflix…

Los más privilegiados cuentan con dinero para viajar al extranjero en avión de lujo con todo y sus perritos -la hija de Carlos Romero Deschamps es un ejemplo de corrupción vergonzoza e institucional-…

Todos descansan sobre los hombros de más de 50 millones de jodidos; incluidos casi 10 millones de mexicanos famélicos, que no acceden diariamente a la dieta básica para vivir…

AMLO polariza al país desde sus actitudes y su discurso; pero ésta es una característica del tabasqueño desde sus tiempos de coordinador de la campaña del poeta Carlos Pellicer al Senado en la década de los 70s, cuando el llamado «Peje» militaba en el PRI.

Siempre ha sido un líder de discurso duro y soberbio.

Por otra parte, AMLO polariza la opinión pública, lo que es distinto a polarizar una estructura que no depende de un individuo sino de modelos macroeconómicos.

Es decir, el país vive fundamental polarizado al margen de López Obrador.

Su papel es desnudar datos que por años se han mantenido ocultos.

Quizá Santa Lucía resulte más caro, a largo plazo, que Texcoco, como proyecto aeroportuario; pero en Texcoco están los de siempre haciendo lo de siempre: enriqueciéndose sin llenadera.

Frente a esta realidad lo negativo de la decisión de López Obrador se encuentra en su vocación de manipular, su falta de verdadero sentido democrático y su visión equívoca de mezclar el caldo de camarón con las albóndigas de res.

Me explico: fallido, cruento, injusto, el modelo neoliberal forma parte de una estructura a la que no se puede transformar de un plumazo o por capricho.

La intención es buena pero las transformaciones graduales suelen dar mejores resultados que las abruptas, aun en casos de emergencia.

Milton Friedman hizo aportaciones importantes. Hay que conocerlo más a fondo, no sólo denostarlo desde la ignorancia.

A pesar de tener razón en su búsqueda por sacar adelante a más de 50 millones de pobres, AMLO no se manda solo: están frente a él la Constitución, la Democracia, las Instituciones, los poderes Ejecutivo y Legislativo y por supuesto sus enemigos de la mafia en el poder.

Se requiere inteligencia, paciencia, planificación, diálogo, acuerdos a nivel nacional e internacional y mucho más tiempo que un sexenio para transformar de fondo a un país tan complejo como México.

La decisión abrupta anunciada ayer por el próximo Presidente de México es -por decir lo menos- sumamente riesgosa para la macroeconomía que va ligada a la microeconomía.

Así como a la política entendida como ejercicio cotidiano del poder tanto de los líderes como de ese ente llamado «la masa» y las personas que -para citar a Freud y Jung- cuentan con un inconsciente individual pero también con uno colectivo.

López Obrador está jugando con fuego y los avances democráticos generados por 30 millones de votos pueden perderse por dar pan de dulce -a modo de alivio- a un hambiento que al mismo tiempo es diabético y presenta 500 miligramos por decilitro en la sangre…

Es decir, con una buena acción se puede generar un colapso.

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