Guardia Nacional, el gran error de AMLO

AMLO prometió pacificar al país pero teniendo a los militares en las calles, la guerra continuará y los ciudadanos seguirán sufriendo consecuencias
- en Foro libre

Por Sanjuana Martínez/ SinEmbargo.- Una de las promesas más importantes de Andrés Manuel López Obrador durante sus años de campaña, fue retirar a las Fuerzas Armadas de las labores policiacas en las calles y regresarlos a sus cuarteles.

La militarización de los últimos sexenios ha dejado un saldo terrorífico. Las denuncias contra las Fuerzas Armadas se acumulan en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y en las comisiones estatales, la Procuraduría General de la República (PGR) y los ministerios públicos.

Todos ellos han funcionado como tapaderas de los terribles crímenes cometidos por el Ejército, la Marina y las distintas policías. Los crímenes de Estado permanecen impunes y los ciudadanos viven en la indefensión.

Las cifras han demostrado que la estrategia de mantener a militares y marinos en las calles ha sido un gran error. En los últimos años más de 7 mil denuncias por graves violaciones a los derechos humanos se han presentado ante la CNDH contra el Ejército mexicano. Violaciones que van desde tortura, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas

Los militares son una casta de privilegiados por encima de la ley. Los responsables de terribles crímenes siguen impunes porque el fuero militar los protege. Una mínima cantidad de criminales con uniforme verde han sido sometidos a la justicia militar y por consiguiente han recibido el beneficio de ser juez y parte. Finalmente, sólo un pequeño porcentaje de los militares “enjuiciados”, son encarcelados en prisiones especiales, algunas similares a un SPA en donde simulan cumplir mínimas condenas.

El Ejército en las calles ha significado tener militares con licencia para torturar, desaparecer y ejecutar. Los militares saben que sus excesos, sus delitos, sus crímenes, jamás serán juzgados conforme a la ley que rige para todos. Los crímenes de Estado de Tlatlaya y Ayotzinapa ejemplifican claramente lo anterior.

Lo mismo sucede con la Marina, institución que acumula igualmente cientos de denuncias. En los últimos meses, los marinos han desaparecido a más de 90 hombres y menores de edad, en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Los delitos siguen impunes y los familiares siguen esperando el regreso de los desaparecidos. A esto habría que añadir un largo historial de ejecuciones extrajudiciales y tortura. La Marina ha tenido centros de detención clandestinos en gimnasios, lienzos charros y moteles, donde practica la tortura y las ejecuciones extrajudiciales, según los testimonios recabados.

Otros crímenes de Estado han sido cometidos por la Policía Federal como el de Tanhuato y el de Apatzingán. Los federales son famosos por participar en la prospera industria del secuestro en México.

Por todo lo anterior, sorprende que ahora AMLO anuncie una Guardia Nacional compuesta por militares. El Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024 contiene una serie de despropósitos que parece haber sido redactado por simples improvisados.

Sorprende también que con el nefasto saldo de la militarización en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, AMLO traicione su palabra y pretenda sostener una estrategia fallida e infame para los ciudadanos.

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