Por Jorge A. González/Tras Telón
Todo parece indicar que la Secretaría de Cultura que tanto sueña la entonces directora del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) Silvia Alejandre Prado, tendrá que esperar.
Las preocupaciones del congreso del estado de Veracruz y las del mismo ejecutivo estatal están en otros lados.
Mientras que los ojos de quienes deciden el rumbo de la política en la entidad estén puestos en las sucesiones anticipadas de cualquier espacio, el apoyo a la cultura retrocede un paso.
La lista en la agenda del Congreso Local es larga, y más ahora que ha salido el tema del matrimonio igualitario.
La inseguridad que mantiene obsesionado al gobernador del estado con el Fiscal General, a quien culpa de todos los delitos que suceden en territorio veracruzano.
Y no hablemos del enorme compromiso del mandatario estatal con el Presidente de la República, quien no piensa más allá de la perpetuidad en el poder de él y su partido.
El gobierno federal está inmerso en un proyecto de Nación que trabaja a diario tras telón, con instrumentos subsidiarios y la multiplicación de células que amplíen la cobertura del morenismo.
Habrán de pasar muchos procesos en la función pública para que Alejandre Prado se vea Sentada en la Silla de la Secretaria de Cultura del Estado de Veracruz.
Recordemos que la realidad nos marca que el IVEC, depende de la Secretaría de Turismo, y tiene un presupuesto por alrededor de los 100 millones de pesos.
En proyecto y en papel suena fuerte, suena bien y hasta se escucha necesaria una Secretaría, determinada al fortalecimiento de la cultura en Veracruz.
No obstante, la pregunta es obligada. ¿La federación, el estado, tienen la suficiencia financiera para abrir y sostener una institución de tal envergadura?
Quizá para los que estén empapados del tema tengan la repuesta, pero si vemos las prioridades del Presidente, la cultura no está en las primeras de su lista.
AMLO tendría que comenzar por poner orden en la accidentada transición del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) a la Secretaría de Cultura Federal.
Programa, presupuesto, personal y la problemática laboral que dejó esta decisión están ahí, como una bola de nieve que crece todos los días.
Y mientras la cabeza no esté en orden las “patas” difícilmente lo estarán, porque si algo es seguro en la administración pública, es que sin dinero e infraestructura sólo son sueños al viento.
Así que Alejandre Prado tiene cinco años más para esperar y despachar por fin cerca del Río de las Mariposas en el municipio de Tlacotalpan, Veracruz.
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