Por José Rojas/ Éste noche se reportó el fallecimiento por COVID; del inspector Pablo Hernández López, quien últimamente estuvo como Delegado de la Policía Estatal en Playa Vicente, pero también se hizo cargo de la Delegación Regional de la Conurbación Veracruz-Boca del Río, cuando su compadre Jaime Téllez Marie fue titular de la SSP. Se sabe que el jefe policiaco presentaba fiebre y fuerte dolor de cabeza cuando ingresó al IMSS en la capital del estado, también comentaron que padecía de presión arterial alta.
Otro elemento de la Policía Estatal permanece grave, y ya entubado en el Hospital del Seguro Social de Orizaba, con síntomas de COVID-19 después de tomar su periodo de vacaciones, su familia dijo que comenzó a sentirse mal y tuvo que ingresar a urgencias. Agregaron que es diabético.
Por estos hechos, la incertidumbre y preocupación inquieta la mente y corazones de los elementos de las corporaciones policiacas, no tan sólo perteneciente a la Fiscalía General del Estado, como es el caso de la Policía Ministerial, sino también de la Secretaría de Seguridad Pública, pues continúan reportando muertes de sus compañeros, algunos que presentaron síntomas de COVID-19, otras aún no confirmadas por los familiares
Hace apenas unos días, se dio conocer la muerte de Lázaro Limón Rivera de la PME, quien estuvo luchando durante 19 días internado en la Clínica 71 del IMSS de la ciudad de Veracruz, y ahora trascendió el fallecimiento del comandante Juan Salas, otro policía de carrera muy estimado entre sus compañeros de trabajo, algunos de ellos reaccionaron hasta incrédulos y otros molestos, porque dicen: “a los jefes no les importan nuestra salud, la orden es sacar la chamba”.
Sin embargo, y a pesar de la sana distancia que la mayoría intenta guardar, ya ha trascendido que no sólo en la Policía Ministerial del Estado hay elementos con síntomas de contagio, sino también dentro de las filas de la Policía Estatal, se habla que hay varios casos en el cuartel San José con sede en la ciudad de Xalapa, otros más han sido reportado en las instalaciones del C-5 de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
Como siempre sucede, más viniendo de las dependencia del Gobierno del Estado, “quieren tapar el sol con un dedo” aseguran algunos de los uniformados, que ya están considerando en solicitar sus bajas, pues no les están dando las garantías para poder desempeñar bien sus funciones, y ya no se hable de chalecos antibalas, uniformes, botas y demás implementos, que a veces tienen que comprar ellos mismos, se refieren a que ni cubrebocas les proporcionan.
Así las cosas en Veracruz, pues ahora, no sólo tienen que cuidarse de ser víctima de algún ataque de la delincuencia, “sino tantito peor, salir a trabajar y regresar a la casa, con la familia para contagiar a lo que más quieres, y morir por coronavirus”, finalizaron la plática.
Descanse en paz Juanito Salas.