Por: José de Jesús López Utrilla
Con la evidente incapacidad de quienes hoy gobiernan Municipios, Estados, así como de quienes han llegado a las altas esferas del poder caminando a lado del Presidente de la República dentro de su gabinete, organismos autónomos u ocupando curules o escaños en el Congreso de la Unión ha quedado muestra clara de quienes son los precursores de los tiempos difíciles que hoy vivimos como mexicanos.
Aquellos aires de cambio que se esperaban con la 4T han quedado en una simple fumarola torpe que ha terminado con la esperanza de casi 20 millones de votantes, la mitad de quienes alzaron el triunfo de un Andrés Manuel inalcanzable que hoy por la necedad y ausencia de conciencia y sentido humano de sus más cercanos hacía los menos favorecidos han dado muestra de un gobierno creado para nuevas camarillas de poder que se regocijan con los dineros públicos apañándolos como propios.
Veracruz no es la excepción, pues más de la mitad de los votantes del amplio territorio reprueba la gestión encabezada por el ingeniero Cuitláhuac García, quien ha sido rebasado a solo dos años de su gobierno por los problemas sociales, económicos y políticos que se presentan en todo el Estado de norte a sur. Con instituciones estatales dirigidas desde la ciudad de México, ausencia de operadores políticos para mermar el conflicto social y con personal proveniente de otros Estados al interior del gobierno estatal, Veracruz se hunde en una crisis social de la que no puede escapar por mandato constitucional, pues el poder ejecutivo se renueva cada seis años de acuerdo con la Constitución local.
Al igual que en palacio de gobierno, en Xalapa, capital del Estado, se recienten los estragos de un político académico en la silla municipal, que, si bien dominó la teoría, en la práctica ha dejado muestra de la ausencia de capacidad para resolver la problemática de la ciudad que resguarda los tres poderes enquistados por Montesquieu.
Aún con ello, MORENA se aferra a no perder la capital del Estado por lo que han bajado a Ricardo Ahued de la representación en el Senado. El aún Senador, estaba a un paso de la gubernatura, con una carrera impoluta y un servicio público transparente, razón por la cual llegó al Senado de la República. Sin embargo, hoy lo obligan a doblar las manos para limpiar el desastre y realzar la bandera guinda.
Xalapa no merece de nueva cuenta a MORENA y MORENA no merece a Ahued, lo mejor que podría hacer el Senador sería renunciar a la candidatura municipal, renunciar a la bancada y allegarse a quienes tomaran próximamente la nueva fuerza en el Congreso de la Unión.
Mantener a MORENA en la capital significaría dejar el camino libre a la ineficacia institucional y permitir que los malos gobiernos se posterguen por tres años más. Si el hoy senador ya fue obligado a renunciar a su escaño por la presión política, el día de mañana solo será otro político servil al régimen sin credibilidad y congruencia.
Los principios y valores que son bandera del xalapeño por adopción están a punto de derrumbarse. Aún con ello en sus manos está la decisión más importante; ser historia porque no tuvo dignidad o hacer historia por ser congruente. Vale más un Ricardo Ahued en el Senado para Xalapa y Veracruz, que un Ricardo Ahued títere de Erik Cisneros. Cabeza y fuerza del peor gobierno que vive Veracruz en los últimos tiempos. El fracaso de aquel fuerte para gobernar al Estado está a un sí de bajarse del Senado.
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Don Pepe Chucho, escribe con mucho resentimiento ¿será que en los gobiernos anteriores tenía usted un lugar de privilegio? ¿Tal vez un jugoso «chayote»? Como sea, en éste caso los tiempos de la política son perfectos, primero Ahued va por la presidencia municipal, termina, o pide licencia, y va por la gubernatura y en ambos casos asegura la continuidad del gobierno de la 4T ¿Que tal?