Juana de Arco/ Flechadora
Caos y desastre político, es como ya toda la sociedad veracruzana (lectora) considera la situación en la que se encuentra la entidad. Para muchos les puede resultar muy divertido, pero la calamidad que Cuitláhuac García Jiménez ha propiciado a raíz de la detención del secretario técnico de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) del Senado de la República, ha provocado el trastabilleo al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por una decisión absolutamente absurda y pueril, de quien se dice gobernar la entidad.
Analizando la mediocre “política” (si es que la podemos llamarla así) que se está desarrollando en el estado y haciendo la analogía de que el estado de Veracruz es un caballo desbocado, mi pregunta es:
¿Quién lleva las riendas? Porque hasta pareciera que en ese equino van montados los cuatro “figurones” del apocalipsis que gobiernan el estado de Veracruz: Rocío Nahle, Eric Cisneros, Manuel Huerta y en ancas, y con la cara a la cola del animal, el más bobo de todos, Cuitláhuac García, gobernando a la nada.
Verónica Hernández Giádans es incondicional de Eric Cisneros Burgos, por lo tanto, se sabe que esta mujer no mueve un solo dedo si su amo no se lo autoriza.
¿Será que Cisneros se está aprovechando de la falta de oficio del tontín del grupo y hacerlo ver más bruto? Lo cierto, es que “haiga sido como haiga sido” (emulando al borrachito Calderón) el que haya ordenado el exabrupto de la detención de José Manuel del Río Vírgen, abrió la caja de pandora que está originando no tan sólo la jodidez de Cuitláhuac y sus 40 ladrones; sino también la inmundicia de un ejecutivo federal que hoy la calabacea y mañana también. Un enano que ya no logra tener el mismo rating de antaño en sus aburridas mañaneras y que al intentar defender a su parásito gobernador está acelerando el conflicto político que sufren todos los presidentes de las República en el 4º y 5º año de gobierno.
Lo cierto es que el Senador, Ricardo Monreal Ávila, mañosamente está llevando a ésta bola de ineptos que conforman la administración del “Cuitlacoche” a un terreno inteligentemente diseñado. El proponer la desaparición de poderes, es un acto que podría provocar que con mucho pesar tendrá que permitir Andrés Manuel López Obrador se lleve de una vez por todas a su engendro (los veracruzanos saldrían ganando). Con mucho pesar, porque no podrá tener a un tipo tan pueril y rastrero como Cuitláhuac. Un gusano, aplaudidor y que si lo escupe, celebra agradecido la acción como si le hubiera dado una palmada de aceptación en su hueca cabeza. ¿En dónde encontrará un ejemplar así tan pusilánime?
Monreal Ávila es un corruptazo con colmillo. Y le está dando atole al dedo a las víctimas al decir que pondrá un teléfono del Senado (que seguro no servirá o sonará y sonará y nadie contestará) pero el sólo proponerlo abre una posibilidad de provocar un caos en el gobierno del grisaseo Cuitláhuac; porque sabe que la señora fiscala tiene un verdadero muladar en la procuración de justicia y que además con su mentado “ultrajes a la autoridad”, han originado un caos no tan solo con los adversarios políticos, sino con los ciudadanos. La Guardia Nacional y elementos de la SSP han aprovechado esa reforma al código penal para someter a quienes no quieran ser sobornados, y se los llevan a la cárcel acusados por ese delito, aunque sean ellos quienes los sometan a cachetadas.
Las palomitas no pueden faltar. Es un espectáculo realmente sin precedentes. Ver como se hacen trizas entre ellos. Morenos contra Morenos. Los Sheimbam’s, los Ebrard’s y ahora los Monreal’s encarnizadamente decididos en quebrarse la “maceta” si es preciso. Definitivamente los integrantes de Morena para cuando lleguen las elecciones para decirle adiós a López Obrador, estarán más que desquebrajados y debilitados. Pagamos por ver ese gran final.
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